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TRIER

Trier


Mi historia con Trier comienza hace más de 20 años, cuando siendo un estudiante pase uno de los mejores años de mi vida, donde conocí gente estupenda y donde me abrió la mente como persona. Ahora después de 20 años he vuelto, para volver a disfrutar de esta maravillosa ciudad, repleta de historia y de rincones maravillosos.




Trier como el resto de ciudades del Mosela puedes disfrutarlo en todas las épocas del año, aunque sin duda desde Mayo a Septiembre es la mejor fecha, sumándole a estas fechas la Navidad, donde puedes disfrtar uno de los mejores mercados Navideños del Land. 






Cuando llegamos a Trier lo primero que hicimos fue llegarnos al Hotel, escogimos el Ibis Style Trier, muy buen hotel a un precio muy asequible y en pleno centro histórico, con aparcamiento muy cercano, sinceramente muy recomendable.


Un poco de historia...

El Emperador Octavio Augusto para asegurar la frontera norte del Imperium de las continuas incursiones bárbaras, decidió establecer un asentamiento junto al río Mosela en el lugar donde los tréviros -un pueblo de origen celta que habitaba aquellas tierras- habían construido un santuario. Así nació Augusta Treverorum el año 16 a.C.; es decir, unos setecientos y pico años después que Roma.

En sus dos mil años de historia, aquella fundación romana llegó a ser capital de la Galia, sede de uno de los arzobispados más influyentes de la Edad Media y una de las pocas ciudades que elegían al monarca del Sacro Imperio Germánico. Un gran pasado, sin duda, en el que también han dejado su huella la túnica sagrada de Cristo -que aún se conserva en la Cámara Santa de la catedral-, las reliquias de los Reyes Magos o la casa natal de Karl Marx, conformando un extraordinario conjunto histórico y artístico que la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad en 1986 y que, a pesar de todo, es uno de los más desconocidos de Alemania.



El eslogan que define a este lugar como "La ciudad más antigua de Alemania" no se debe, sin embargo, a su origen romano porque, al fin y al cabo, Colonia, por no viajar muy lejos, también fue una "colonia" fundada por Roma para el descanso de sus soldados, de ahí su nombre; la razón que se argumenta es que Tréveris fue la primera localidad, al norte de los Alpes, que recibió el calificativo de "ciudad"; algo que se ha convertido en el verdadero leit motif de sus campañas turísticas y en el orgullo de sus 100.000 habitantes, a pesar de que Augsburgo, en Baviera, siga reclamando la misma consideración.

Debes tener en cuenta que el hecho de que la Iglesia a través de sus Arzobispos dominasen la zona durante siglos, hizo que esta zona del país fuera y es eminentemente católica, por lo que casi todos sus templos históricos tienen dicho rito, siendo la excepción los del rito luterano.



Que ver en Trier
Porta Nigra

La Porta Nigra: Si vas a recorrer Trier lo primero que has de hacer es situarte en el edificio más antiguo y que preside la entrada a la Ciudad, la llamada Porta Nigra  ('Puerta Negra') en la Edad Media fue construida a finales del siglo III, debe su nombre a la pátina oscura que cubre sus bloques de arenisca. Lo que es la estructura defensiva más antigua de Alemania sigue impresionando por  lo colosal de su tamaño. Los dos vanos dan paso a un pequeño patio interior, y hay dos niveles de galerías defensivas abiertas al exterior con grandes ventanales. Dos torres flanquean la puerta: la del oeste, de cuatro alturas, y la inacabada torre del este, con tres. La estructura está compuesta por enormes bloques de arenisca ensamblados con barras de hierro, sin cemento. En el siglo XI, la puerta fortificada fue transformada en una iglesia de dos plantas consagrada a San Simeón (Simeonkirche), función que conservó hasta principios del siglo XIX. Sólo quedan el ábside y vestigios de esculturas rococó tras la destrucción ordenada por Napoleón. Es la puerta de ciudad más grande y mejor conservada al norte de los Alpes, y constituye hoy el símbolo de la ciudad. 

Claustro del Convento de San Simeón.

Junto a la Porta Nigra encontrarás el claustro del antiguo convento de San Simeón, que hoy alberga el Museo de historia de la Ciudad. Sencillo, de forma cuadrada, realizado totalmente de piedra. Compuesta de dos plantas, la primera repletas de puertas con arcos de medio punto que dan paso a un amplio patio central. En la planta superior completamente rodeado de ventanales del mismo estilo. 






Casa de los Tres Reyes magos

Dreikönigenhaus: Tras abandonar la zona de la Porta Nigra, dejándola a tu espalda y debes comenzar a recorrer la calle principal, la SimeonStrasse, y encontrarás a mano izquierda la Calle de los Tres Reyes Magos (Dreikönigenhaus). Es una antigua residencia de estilo románico construida en el siglo XIII en el lugar donde la tradición cristiana situó, durante un tiempo, los restos de Melchor, Gaspar y Baltasar. Según cuentan, cuando Federico I Barbarroja arrasó Milán en 1164, el obispo Dassel de Colonia se llevó las reliquias de la capital lombarda, pasó por Tréveris y las depositó en un arca bizantina en la catedral de Colonia, donde aún se veneran como patronos de la ciudad. En el primer piso de esta "Casa de los Tres Reyes", hoy reconvertida en cafetería, aún se conserva el acceso medieval a la vivienda. Desde esa altura, los inquilinos bajaban a la calle por una escalera de madera que recogían en caso de peligro para que los atacantes no pudieran entrar en la vivienda.





Hauptsmarkt:


Continuando por la Calle Simeonstrasse llegaréis a la plaza principal de la ciudad, la Hauptsmarkt, La plaza del Mercado de Trier, es una de las más atractivas de Alemania, data del siglo X. En el centro de la plaza se levanta la Markkreuz (cruz del Mercado), erigida en 958 al serle concedido a la ciudad el derecho de mercado, fue restaurada en el siglo XVIII representando a la cruz sobre una columna romana de granito con un relieve del Cordero de Dios. Petrusbrunnen, la fuente de San Pedro, es de 1595 y está decorada con esculturas pintadas de san Pedro y las cuatro virtudes. 


Hauptmarkt
En el lado suroeste se eleva la Steipe (1482), un edificio con un pronunciado tejado con hastial que fue utilizado por los consejeros municipales como residencia de invitados y salón de banquetes y que aún conserva la bodega (Ratskeller). La Casa Roja (Rotes Haus) barroca adyacente data de 1683. 

La Löwenapotheke ocupa un edificio del siglo del siglo XVII en el flanco sureste de la plaza y es la farmacia más antigua de Alemania (aparece mencionada ya en el siglo XIII). Destaca también el impresionante conjunto de casas de diversos siglos.

En el hauptmarkt encontrarás parte del mercado de navidad, no puedes dejar la oportunidad de probar un Vino Caliente (Glühwine) mientras degustas una buena salchicha alemana (bratwurst), bocadillos de cerdo, chocolate, y muchas cosas más que no podrá dejar de probar. Acuerdate de llevarte siempre de cada mercadillo una taza de glühwine, pues cuando lo tomas tienes la oportunidad de llevartela por 2,5€ y es un recuerdo para siempre.


Catedral de San Pedro e Iglesia de Nuestra Señora

Desde el hauptmarkt encontrarás una de las calles llamada Sternstrasse que te llevará directamente a la plaza Domfreihof, donde encontrarás una junta a otra el Dom (Catedral) y la Liebfrauenkirche (Iglesia de Nuestra Señora)


Dom Trier

La catedral actual, de rito católico, tiene el aspecto de una fortaleza e incorpora los restos de una iglesia anterior del siglo IV. Se trata de la iglesia más antigua de Alemania, y fue construida por etapas: a principios del siglo XI, finales del XII, mediados del XIII y durante el siglo XIV. Su fachada, robusta y severa, con sus torres redondas y achaparradas, es un bello ejemplo de arquitectura románica primitiva. 


El interior del edificio es esencialmente barroco y contiene retablos interesantes, además de la tumba del emisario papal Ivo (1144). Destaca, asimismo, el magnífico tímpano en la nave lateral derecha. El tesoro custodia marfiles de gran valor y piezas de orfebrería (estuche del Santo Clavo). Desde el claustro gótico se goza de una bella vista de la catedral. En el subsuelo se puede encontrar una capilla de estilo románico y las tumbas de los Arzobispos más importantes de Trier, en la práctica y hasta la época napoleónica, verdaderos señores feudales de la zona.





Capilla Románica del Subsuelo de la Catedral
Liebfrauenkirche

Junto a la catedral se encuentra la Liebfrauenkirche. La iglesia de Nuestra Señora, erigida en 1235-1260), está inspirada en modelos de la Champaña francesa. La planta es de cruz griega y la torre sobre la cúpula acentúa la intersección de las naves. Ocho capillas de tres lienzos de pared se intercalan, dos a dos, entre los cuatro ábsides que rematan la cruz formando una rosa de doce pétalos. Además del tímpano del portal oeste ('Virgen en majestad', 'Anunciación' y 'Adoración de los Magos'), cabe destacar el monumento funerario del canónigo Karl von Metternich. Junto con la catedral de Magdeburgo, esta iglesia es uno de los primeros ejemplos de arquitectura gótica alemana. La altura de las paredes y las vidrieras hacen que las fotos no recojan toda su magnificencia, por ello, ahí va un pequeño vídeo.





Pyramiden



En el exterior, más mercadillo de Navidad, donde cabe destacar un objeto típico alemán, las pyramiden son una suerte de pequeñas torres construidas sobre un carrusel. Pueden tener uno o más pisos, y siempre están rematadas por un aspa. Suelen ser de madera (aunque pueden estar fabricadas en otro material) y estar habitadas por un motón de muñequitos de colores cuidadosamente labrados que representan escenas navideñas (como el nacimiento de Jesús) o están relacionados con ellas (ángeles, etc.). En el perímetro del piso más bajo y más ancho hay varios huecos para colocar velas. Gracias a las corrientes de convención térmica que genera el calor que desprenden las velas, la pirámide gira. Tanto paradas como en movimiento son una auténtica preciosidad.


KonstantinBasilika

Tras dejar la Catedral y la Iglesia de Nuestra Señora, encontrarás muy cerca otra de las joyas de la ciudad, la KonstantinBasilika. 

Konstantin Basilika

Originalmente era la antigua Aula Palatina de la residencia imperial, construida bajo el reinado de Constantino en 310. Servía de pabellón del trono del emperador romano o su representante, ya que Trier fue la capital de una de las dos provincias en la que se dividió el Imperio Romano de Occidente en torno al siglo IV de nuestra Era. 


Es un imponente edificio alargado rectangular de ladrillo, con un vasto ábside semicircular, y fue varias veces remodelado (siglo XII, siglo XVII, época napoleónica y prusiana, reconstrucción bajo el reinado de Federico Guillermo IV) antes de recobrar su aspecto original en el siglo XIX. Reconstruido en 1954 tras los daños ocasionados por los bombardeos de 1944, es hoy la iglesia protestante de San Salvador, de rito protestante.




Kurfürstliches Palais

A la espalda de la Konstantinbasilika, podrás encontrar el antiguo palacio del príncipe elector del que sólo quedan las alas norte y este. De estilo renacentista, su construcción se inició en 1615. Del ala rococó, construida entre 1756 y 1762 por Johann Philipp von Walderdorff siguiendo diseños de J. Seiz, destaca su magnífica escalera. En el tímpano aparecen Pomona, Venus, Apolo y un grupo de ángeles. Es una de las más bellas realizaciones de su género en Alemania. Es también digno de mención el parque a la francesa (Palastgarden), adornado con estanques, parterres de flores y estatuas barrocas.

Kurfürstliches Palais

Kaiser Thermen

Justo enfrente del Kurfürstliches Palais encontrareis otra de las Joyas arquitectónicas romanas, las termas imperiales, Kaiser Thermen. Las Termas Imperiales de Trier , nunca llegaron a completarse según el proyecto original, tal era su magnificencia, ya que como indicaba antes toda la parte del Imperio Romano que comprendía Britania, Galia, Hispania y Mauritania se gobernaban desde aquí. Su construcción comenzó con Constantino, si bien el impulsor definitivo fue el emperador Valentiniano I. Las termas comprendían el caldarium (baños calientes), el tepidarium (sala tibia) y el frigidarium (baños fríos). Durante la Edad media parte de las ruinas fueron usadas por una familia noble para la cimentación de su castillo , así como para la iglesia de St.Agnes y San Gervasio.



La visita merece la pena, una gran parte del edificio de los baños aun se encuentra en pie, aunque lo verdaderamente sorprendente son los inumerables túneles que recorren los subsuelos de las ruinas. En el interior podrás encontrar vídeos interactivos sobre la historia romana de Trier, así como planos del edificio original proyectado y mapas del imperio. Muy cerca de los baños imperiales encontrarás los restos del anfiteatro romano, situado en la ladera de la montaña Petrisberg, tenía capacidad para veinte mil espectadores. La estructura, compuesta por una pista elíptica y un auditorio escalonado, estaba rodeado por un muro elevado dividido a su vez en plantas individuales por arcadas con columnas. En el siglo V, los habitantes de Trier utilizaron el lugar para refugiarse de las cada vez más frecuentes incursiones de las tribus germánicas. En la Edad Media sirvió de cantera. En el siglo XVIII, las gradas estaban en tan mal estado que se cultivaban allí viñas. En la actualidad, constituye el escenario para conciertos y, en especial, para el festival Antikenfestspiele.






Keiser Thermen
Karl Marx House

Por último, y puedes ir a visitar la Casa natal de Karl Marx, convertido hoy en día en Museo de su recorrido vital (Trier, Bonn, Berlín, Bruselas y Londres). Encontramos en ella copiosa información sobre la vida y la obra del principal teórico del socialismo. Se exponen en su interior las primeras ediciones, volúmenes de poesía, canciones populares y traducciones de sus escritos importantes, como 'El Capital'. La casa es de 1727 y el patio de 1868.




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