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GEIRANGER

GEIRANGER /HELLESYLT

Iniciamos el día realizando una ruta entre dos pequeños pueblos de los Fiordos, Geiranger y Hellesylt. Esta ruta nos permitirá no solo ver las innumerables cascadas que descienden de las montañas, sino también los paisajes interiores de los fiordos, aquellos que no puedes apreciar desde el crucero.

Fiordo de Geiranger

Geiranger




Llegamos a Geiranger a través del fiordo Geirangerfjord , donde podemos observar algunas de las cataratas más impresionantes de los fiordos, “las siete hermanas", ”el pretendiente” o “el velo”. Todas caen cientos de metros sobre las rocas de los fiordos.

Geiranger es una población con apenas 200 habitantes, sin embargo durante el verano recibe más de 600.000 visitantes.








Nada más bajar lo primero que vemos es un camping de caravanas y un sendero que sube hacia el monte. Seguimos ese sendero junto a un río y nos llevamos la primera sorpresa, una espectacular catarata con una fuerza descomunal baja desde el pueblo al fiordo. Hay un mirador que literalmente cuelga sobre la catarata, lo que te permite observar la fuerza del agua al bajar hacia el mar.


Catarata en Geiranger


Tras esta toma de contacto nos dirigimos hacia el monte Dalsnibba, no sin antes parar en uno de los miradores de la carretera que te permite ver en su inmensidad el Fiordo de Geiranger. No podrás dejar de hacer fotos ante la vista tan espectacular.


Foto del Fiordo de Geiranger desde el mirador
Foto del Fiordo de Geiranger desde el mirador

Unos kilómetros más y dejamos atrás la costa para adentrarnos en una zona más montañosa, un paisaje rocoso salpicado de lagos, donde aún en Verano las cumbres están cubiertas de nieve. Nos dirigimos al Monte Dalsnibba, que es una montaña de más de 1500 metros de altura, con unas maravillosas vistas del Fiordo de Geiranger. Un sitio maravilloso. Pero como en la vida nada es fácil, llegar al Monte Dalsnibba no es fácil, pues la carretera es endiablada, una secuencia de curvas cerradas y una experiencia en sí misma. Desde luego no es un camino apto para cardíacos, aunque al llegar, las vistas hacen que merezca la pena el mal rato. La carretera es privada, así que si vais en coche, hay que pagar por entrar.





Las vistas desde Dalsnibba son espectaculares y variadas. Puedes mirar a lo largo de los picos cubiertos de nieve, así como todo el camino a Geiranger y los barcos de crucero en el fiordo. Solo una cosa, si vas a subir, asegúrate que el tiempo es bueno y no está nublado porque de lo contrario no te merecerá la pena subir.





Lago a los pies del Dalsnibba



Una vez descendemos por las tortuosas carreteras del Dalnibba paramos en una granja típica noruega, convertida en restaurante, pero con numerosas salas ambientadas y decoradas como antaño…curioso.












Durante el camino, parándonos sucesivamente en paisajes nevados, lagos eternos y granjas diseminadas por el recorrido.





Cuando llegamos a Hellesylt, vemos que es otro pueblo muy pequeño, como todos los delos fiordos, y que lo que más destaca es otra catarata, esta mas baja pero mas ancha, que desemboca justamente en el pequeño puerto de la ciudad.

Catarata en Hellesylt






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