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CHEF CHAOUEN

Chef Chaouen

La primera jornada de nuestro viaje no comienza en Marruecos, sino en el sur de España, en la ciudad de Algeciras, donde tomamos el barco de la compañía Acciona para cruzar el estrecho de Gibraltar. Tan solo 11 kilómetros separan un mundo de otro. Pasar hasta Marruecos es algo tedioso, cansino, para lo que no puedes tener prisas, aunque la verdad, aun siendo así pensábamos que iba a ser peor. Supongo que tuvo que ver con que viajáramos en el mes de Febrero, ya que hacerlo en la temporada del paso del Estrecho (Julio y Agosto) podría convertirse en algo interminable.

Solo salir de Algeciras ya os llevará un rato, porque si pasas con el coche como hicimos nosotros, tienen que revisar la documentación cuidadosamente, ya que es en los puertos de Algeciras, Ceuta y Melilla donde se trafica más con coches robados. Las mafias roban los coches en Europa, cambian los números de bastidor y los pasan hacia Marruecos, donde ya se pierden por África.

Tras pasar el control de la frontera de Algeciras y embarcar, debes sentarte tranquilamente y disfrutar de un trayecto de apenas una hora hasta llegar al Puerto nuevo de Tánger (TangerMed). Allí ya es donde tienes que armarte de paciencia, ya que revisan todos los coches que pasan la frontera, y como quiera que muchos coches van cargados hasta los topes, cuando te toca a ti han pasado dos horas.

Por fin nos ponemos en marcha para conducir durante 111 kms hasta Chef Chaouen. Si vais en coche (en mi opinión altamente recomendable) debereis tener cuidado con los radares. En marruecos son de verdad móviles, ya que te sale un policía detrás de un arbusto con una radar al hombro y te para si vas a más de la velocidad del límite de la carretera. Así que no os arriesgáis, ya que salen de donde menos te esperas. En honor a la verdad, lo mismo que os digo que salen de cualquier lado, os confieso que si no sobrepasas el límite no te paran (lo digo para desmitificar los radares en Marruecos).


Por fin llegamos a Chef Chauoen, también llamada Chauen, Xauen. El nombre Accawen significa en rifeño "Los cuernos", en referencia a los dos picos visibles desde la ciudad. La ciudad fue fundada en 1471 en el emplazamiento de una pequeña población bereber. Su población original estuvo compuesta sobre todo por exiliados de Al-Ándalus, tanto musulmanes como judíos, razón por la cual la parte antigua de la ciudad tiene una apariencia muy similar a la de los pueblos andaluces, con pequeñas callejuelas de trazado irregular y casas encaladas. Chauen fue durante siglos una ciudad considerada sagrada, donde se prohibía la entrada a los extranjeros. Por esta razón se ha mantenido con pocas alteraciones toda su fisonomía medieval. Fueron las tropas españolas las que abrieron Chauen al tomar el control de toda la zona norte del actual Marruecos para instaurar el protectorado concedido por la Conferencia de Algeciras (1906) y definido por el tratado hispano-francés de 1912. Cuando los españoles llegaron, la ciudad tenía una importante población judía sefardí que hablaba judeoespañol.


Plaza Uta el Hammam



Cuando llegas a la ciudad puedes aparcar el coche en la Plaza de Makhzen, donde además de encontrar el hotel Parador hallarás un parking, donde por una propina te cuidan el coche. Tras dejar el coche y a escasos metros dirección Oeste llegarás a la plaza Uta al-Hammam, donde podremos encontrar la plaza principal de esta pequeña y pintoresca localidad. 

Esta gran plaza está repleta de cafeterías y restaurantes. Si vas con hambre es el mejor sitio para comer comida típica marroquí mientras te sientas a observar el trasiego de gente. La plaza está dominada por la Alcazaba (Kasbah) y la Gran Mezquita.


Kasbah (Fortaleza de la ciudad

Desde la Plaza Uta el-Hammam se accede a la fortaleza amurallada de la Kasbah, construida en los tiempos de Moulay Ismail, que alberga uno de los más bellos jardines de Chefchaouen.

En el interior de la Kasbah también podemos visitar una torre con unas estupendas vistas panorámicas de todas la ciudad y unas escalofriantes mazmorras.


 




Gran Mezquita
La Mezquita, también situada en el centro de la plaza, es bien conocida por su torre de planta octogonal famosa por ser una rareza arquitectónica que fue construida por el hijo del fundador de la ciudad, Ali Ben Rachid en el siglo XV. 

Lamentablemente, los turistas no podemos visitar el interior de la Mezquita, ya que no está abierta al igual que el resto de mezquitas del país a los no musulmanes.






Tras visitar la plaza Uta Al Hammam, nos dirigimos a pasear por el  principal atractivo de la ciudad de Chef Chaouen, la Medina. Se encuentra formada por diversos barrios dentro del centro histórico de la ciudad. En la Medina encontraréis estrechas callejuelas con casas blanqueadas de azul añil, escaleras y empinadas cuestas, llenas de pequeñas tiendas de artesanía, su baño público (Hamman), hornos de pan, mezquita... etc.



Se puede apreciar en ella una fuerte influencia andaluza en la arquitectura de la Medina, con techos de tejas rojas y casas de un azul intenso, pues salvo en el color azul, es muy parecida a ciudades gaditanas como Arcos, Zahara etc... 




Debéis pasear y deambular por sus rincones y callejuelas,   disfrutar de la tranquilidad de este pueblo de montaña, donde las prisas se deben haber olvidado tiempo atrás.

Probad los pastelillos recién cocidos en hornos de leña de pan artesanales, es algo irrepetible y desconocido de donde procedemos.











Desde la Plaza de Makhzen, se puede tomar un callejón que sale hacía el noreste a Bab el-Ansar y la fuente Ras el-Maa, un arroyo que surge de roca caliza. Este curso de agua, como es típico en la cultura andalusí, es sabiamente aprovechado para diversas actividades: molienda de cereal, lavaderos y acequias de riego. 





Bajo el relajante sonido del agua se puede bajar al lado del riachuelo, ver como las mujeres hacen la colada y cómo funcionan todavía los molinos hidráulicos. Este precioso camino nos lleva al Rif Sebbanin, el barrio de los lavaderos, con la Plaza de Sebbanin y su mezquita del siglo XV. Te recomiendo tomarte un te de menta frente a una de estas fuentes y disfrutar de la tranquilidad y del paisaje.







Fuente Ras el Maa

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