OPCIONES

lunes, 13 de agosto de 2018

PARQUE NACIONAL PEREDA GERES

PARQUE NACIONAL PEREDA GERES



El parque Nacional de Pereda Geres, está situado al norte de Portugal, en la zona limítrofe con la frontera española por Galicia. Es el único Parque Nacional portugués, y fue creado en el año 1971. Sin duda, es un lugar estupendo si quieres pasar un día rodeado de la naturaleza, en un entorno repleto de arroyos, bosques y cascadas por doquier.





Si piensas visitar este Parque Nacional lo primero que debes hacer es planificar un poco tu ruta, y ajustarla a los días que quieres estar. Has de tener en cuenta que todas las carretreas que lo recorren son carreteras de montaña por lo que un trayecto de 20 kilómetros te puede llevar una hora.


Además no todas los puntos de interés son accesibles en coches, en algunos casos, tendrás que dejarlo e ir andando un rato, así que mejor planifícalo. En el siguiente mapa te pondré los puntos de mayor interés dentro del Parque. 





Lo primero que tienes que tener claro a la hora de planificarte es que es lo que prefieres ver, si prefieres ver santuarios y castillos medievales o si por el contrario te va más la naturaleza y disfrutar de las cascadas que este parque te puede ofrecer.

Si tu opción es la primera no puedes dejar de ir a el Castillo de Lindoso y a la población de Soajo, para después ir a los Santuarios de San Bento y al de Pitoes das Junias. Hemos leido buenas referencias de ellos, y aunque quisimos visitar algunos de estos sitios, tras ver el tiempo que nos llevaba recorrer los kilómetros por las complicadas carreteras del Parque, tuvimos que declinar visitarlas y centrarnos en la segunda opción, disfrutar de los miradores y de las cascadas del parque.

Dentro de las cascadas, que hay varias, nosotros visitamos tres de ellas, la Cascada de Portela do Homem, la Cascada do Arado y la Cascada Tahití, bañándonos en la primera y en la última. No puedes tampoco dejar de ir al mirador de Pedra Bela, ni hacer paradas para ver los tupidos bosques del Parque Nacional.


Cuando llegamos al Parque lo primero que hicimos fue ir hacia la oficina de información y turismo, donde nos indicaron los lugares imprescindibles para visitar en un día. Te dan un mapa, y a comenzar el camino. Nos recomendaron que la primera parada la hiciéramos en el sitio más lejos, en la Cascada de Portela do Homem, a pocos kilómetros ya de la frontera española. 

Cascada de Portela

Desde la entrada del parque hasta la Cascada de Portela hay unos 20 kilómetros, pero tardarás unos 40 minutos en llegar. Tendrás que dejar el coche junto a la carretera porque no hay aparcamiento, pero sin duda el camino tiene su recompensa.

Cascada de Portela
Si no tienes idea de bañarte, la cascada se puede ver desde un puente que cruza la carretera, aunque sin la menor sombre de dudas, tienes que hacer todo lo posible por sumergirte en esas aguas cristalinas y heladas de la cascada.

Para bajar a la cascada debes tomar el camino que sale de la derecha, justo por donde pasa la calzada romana que se dirige hacia Galicia. La calzada está perfectamente conservada y tienes que recorrerla unos metros para ver la desviación a la cascada. Para bajar tienes que tener cierta agilidad, y es imposible para personas que tengan dificultades para subir y bajar piedras de considerable tamaño.

Después de una complicada bajada, llegamos a una zona de rocas donde puedes cambiarte y dejar las mochilas, y a solo unos metros tienes la cascada y el lago. El agua es de color esmeralda y cristalina, pero helada en su temperatura. Cuesta sumergirte, pero una vez dentro, la sensación es increíble.







Puedes tener la sensación de como te cae el agua de la catarata encima mientras te bañas e incluso para los más atrevidos, saltar desde las rocas al lago esmeralda. Cuando termines, cuidado al subir, si difícil era bajar, la subida no es más fácil ni mucho menos.


Nos volvemos a montar en el coche y ponemos rumbo ahora a otro de los puntos de interés, el Mirador de Pedra Bela. Como era ya hora de comer, aprovechamos para hacer una parada en Geres en un restaurante, comer bacalao ao brasa y continuar con mas energías. 

Durante el camino, otra vez por sinuosas carreteras, hacemos más de una parada para ver los frondosos bosques del parque, repletos de helechos y de árboles cubiertos de enredaderas.

Son más de 10 kilómetros los que hacemos viendo el mismo paisaje, verde a un lado y otro de la carretera, con árboles que cubren la misma y no dejan ver el sol.
























Llegamos al Mirador de Pedra Bela, desde donde se pueden ver unas vistas muy bonitas del lago creado por la presa del Río Cavado. Desde la cima hay un mirador donde no solo se divisa el lago, sino también el pueblo de Geres y también todas las zonas boscosas de los alrededores.




Mirador de Pedra Bela


Cascada do Arado


La siguiente parada de nuestro recorrido fue la Cascada do Arado, la más alta de la zona. Para alcanzarla, tienes que andar un buen trecho, salvo que vayas en todoterreno, en cuyo caso puedes adentrarte por el camino de tierra y llegar cerca de la cascada. Nosotros tomamos el camino de tierra hasta un puente donde dejamos el coche y comenzamos a subir. La subida no es fácil porque se intercalan tramos de subida por piedras con escalones, así que cuando llegas a la cumbre llegas ya cansado, pues son al menos diez minutos subiendo.


La cascada tiene una doble caída con una doble poza, tanto en la primera caída como en la segunda. Se puede ver perfectamente desde un mirador que hay al final del sendero escalonado. La primera caída es la más pequeña, y la poza tiene un difícil acceso para bañarse. La segunda caída es la más alta, y su poza se sitúa al nivel del río. Desde el mirador hay un pequeño sendero de tierra muy empinado que baja hasta la orilla del río, aunque no puedo hablar de la dificultad porque decidimos no tomarlo y aprovechar para alcanzar la última cascada del día, la cascada Tahití.


Cascada do Arado
Río Arado




Desde la cascada do Arado hasta la cascada Tahití hay unos 6 kilómetros que tardarás unos 25 minutos en recorrer en coche, Al llegar encontrarás aparcamiento a ambos lados de la carretera y comenzarás a bajar por un sendero. La cascada Tahiti es en realidad una sucesión de saltos cascadas que descienden entre las montañas. No encuentras una cascada con un salto enorme, pero si una sucesión de ellas que hacen que el entorno sea sorprendente y muy bello.

Esta sucesión de cascadas forman pozas en muchos puntos, por lo que no dejaras de ver gente tumbada entre las rocas de la cascada o aprovechando para bañarse en las pozas. Pasamos toda lo que quedaba de tarde en esta cascada, había poca gente, una tranquilidad absoluta y la oportunidad de tener una poza con cascada para ti solo... La oportunidad era única y no pudimos resistirnos a quedarnos un buen rato.

Cascada Tahití





Cascada Tahití


Después de echar la tarde en las cascadas ponemos rumbo a la salida del Parque, nos lleva más de media hora alcanzar la oficina de turismo. Durante el camino, vemos la zona más comercial del parque nacional, ya cerca de la presa, lleno de restaurante y actividades acuáticas. Tendremos que volver para ver la parte más cultural del parque, pero eso será en otra ocasión...

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