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miércoles, 5 de junio de 2019

EL DESIERTO DEL WADI RUM

EL DESIERTO DEL WADI RUM


Recuerdo hace ya muchos años, que una persona que conocí me hablaba de su viaje a Jordania, y ante la pregunta sobre que le había gustado más, me comentó que sin duda nada hay que se pueda comparar con el Wadi Rum. Años más tardes pude comprobar sin el menor temor a equivocarme, que el desierto del Wadi Rum es una de los sitios que no deberías perderte en tus vueltas por el mundo.
Un desierto que al contrario del Sahara o el desierto egipcio carece de los mares de dunas, de kilómetros y kilómetros de arena,... el Wadi Rum tiene montañas imposibles, recónditos cañones, paisajes marcianos y atardeceres de película... No te puedes perder el Wadi Rum en tu visita a Jordania.

CONSEJOS PARA VISITAR EL WADI RUM

Para visitar al Wadi Rum, es recomendable reservar previamente un tour con alojamiento en uno de las decenas de campamentos que existen en el desierto. Campamentos hay muchos, de muchas calidades y muchos precios, así que dependiendo de tu presupuesto puedes elegir. Mi recomendación es que reserves directamente en la pagina web del propio campamento ya que así el precio te saldrá algo más económico que si reservas con booking y luego reservas la excursión. La mayoría de los campamentos ofrecen excursiones de tres y cinco horas y de día completo, al que unen la cena y el alojamiento, además si reservas con ellos, el precio que te dan es con un todo terreno privdo para dos personas, si luego vais cuatro el precio se reduce y te cobran menos, y si vais seis aun más. El top de los campamentos son aquellos que tienen un alojamiento en forma de cúpula de plástico para observar las estrellas, aunque a un precio desorbitante (250€ la noche) que creo sinceramente no merece la pena, y luego diré porqué. La mayoría de ellos son tiendas, con unas lonas sobre una estructura metálicas y elevadas sobre el suelo, y con baños compartidos. Hay un término medio, que son este tipo de tienda, en el que la pared lateral es un gran ventanal que da al desierto y con baño privado. La diferencia de coste es escasa y merece la pena dormir y despertarse con vistas a una duna del desierto.


Por otro lado tienes que saber que el alojamiento en el Wadi Rum tienes que pagarlo en cash, en dolares, euros o JOD, no valen las tarjetas. SI reservas, cuando llegues al Visitors Center tendrás que enseñar la reserva para que te dejen entrar, ya que el Wadi Rum es un espacio natural protegido, y tiene vetada la entrada libre. Pasar al interior del desierto cuesta 5 JOD, salvo que lleves el Jordan Pass, en cuyo caso no tiene coste. Después de pasar por la entrada, llegarás a un poblado llamado Wadi Rum Village, con un gran aparcamiento, allí irán a recogerte el personal del campamento. De aquí te llevarán a la casa que suelen tener en el Wadi Rum Village los dueños del campamento, allí tomaréis el todo terreno y comenzará vuestra excursión.

Nosotros nos quedamos en el Wadi Rum Starlight Camp, y tiene dos tipos de tiendas, las normales con baño compartido, y tiendas de categoría superior, con un lateral de cristal y baño privado., incluyendo la cena y el desayuno, y en cuanto la excursión cogimos el de día completo. El coste fue de 75 JOD,  el coste adicional por el tipo de tienda es de 10 JOD por persona, y creo que realmente despertarse con esas vistas y un poco de privacidad, merecen la pena.
En cuanto al clima, tienes que ser consciente que durante el día hace bastante calor, muchísimo si es cerca del Verano, y por la noche hace frío, bastante es decir poco, en los meses invernales.

¿QUE VER EN EL WADI RUM?

Vistas del Wadi Rum desde Lawrence´s Spring

Las visitas en el Wadi Rum, son prácticamente las mismas para todos los campos, tienen su ruta definida en función de las horas de excursión contratadas. Los lugares que voy a comentarte son la base para una excursión contratada de día completo, que incluye la comida al medio dia, que no deja de ser un par de pfalafel y una bebida.

LAWRENCE´S SPRING


Lawrence Spring

Nada más salir del Wadi Rum Village, la primera parada que hacemos es en Lawrence´s Spring, que traduciríamos como el Manantial de Lawrence, pues supuestamente aquí fue donde el famoso Lawrence de Arabia reponía avituallamiento y agua del manantial que otrora bajaba por la montaña. Se cuenta que durante sus incursiones por el desierto para apoyar la insurrección árabe contra el imperio Otomano, Lawrence recorrió infinidad de veces este desierto y vivió largas temporadas en el.



Al llegar hay un aparcamiento donde dejan los todoterrenos, te explican un poco lo que hay por alli y te citan a la media hora... En este lugar se pueden ver varias cosas, la primera son las inscripciones nabateas, están situadas a la derecha del aparcamiento, inscritas en unas rocas. Gracias a estas inscripciones y las que se encontraron en Petra, se ha podido descifrar en parte el alfabeto nabateo.




Inscripciones Nabateas

Después de echarle un vistazo a las inscripciones nabateas, lo siguiente que nos toca es subir hasta la cima del Lawrence´s Spring, ya que según nuestro guía las vistas bien merecían la pena. Lo que no nos dijo es que la subida es brutal, debes literalmente ir escalando por piedras hasta una altura bastante considerable, imposible para quien no tenga algo de condición física. Subir te llevará unos 20 minutos, y algo menos bajar.



Camellos en Lawrence Spring

Durante el camino de subida encontramos fauna local, bastante grande para lo que estamos acostumbrados, y no hablamos precisamente de camellos.



Conforme vamos alcanzando la cima, las vistas son más y más impresionantes. El paisaje, si excluimos los todoterrenos que cruzan el horizonte, es de otro planeta, no es de extrañar que en el desierto del Wadi Rum se hayan rodado películas como El Marciano, Prometeus, o Indiana Jones y la última cruzada.

Vistas desde la cima de Lawrence Spring

LA GRAN DUNA ROJA

Dejamos Lawrence Spring y tras montar nuevamente en el coche, nos alejamos a toda velocidad hasta el nuevo destino, la Gran Duna Roja. Antes, vemos una de las estampas más tiernas del viaje, una camella daba de amamantar un camello recién nacido.

En pocos minutos llegamos a la Gran Duna Roja, donde nuestro guía nos recomienda subir y nos ofrece la posibilidad de hacer Sandboard, que viene a ser lo mismo que el Snowboard pero sobre la arena. Subir es agotador porque los pies se hunden en la arena y la pendiente es bastante elevada. Una vez arriba, hay que probar... la arena tiene mayor rozamiento que la nieve, y aunque la experiencia es simpática, no se coge una velocidad excesiva.


La Gran Duna Roja

Sandboard

Una de las cosas que siempre os encontraréis en cada uno de los sitios en que paréis es que encontraréis una tienda de beduinos donde os ofrecerán un te. Aprovechad porque con el calor que hace podéis descansar e hidrataros. Los guías están encantados, ya que se ve que aprovechan para conversar y charlar entre ellos.

La Gran Duna

CAÑÓN KHAZALI

Volvemos a subirnos al coche, y nuestra siguiente parada es el Cañón de Khazali. Antes de entrar vemos su conjunto, dos enorme montañas con un corte justo en la mitad de ellas por donde se adentra el cañón. Hay una higuera, que parece puesta a propósito como si estuviese puesto para un decorado. La higuera, que parece seca, no lo está en realidad, renaciendo en época de lluvias. Las rocas de una de las paredes tienen formas extrañas, una de ellas parece la cara de un Rey Nabateo que nos mira desde las alturas.


Nos adentramos en el interior del cañón y comenzamos a ver inscripciones nabateas y árabes. Se ve que como quiera que en el cañón se acumula agua en la época de lluvias y se conserva embalsada durante un tiempo los antiguos nabateos y árabes que habitaron el Wadi Rum, dejaron sus mensajes para la historia esculpidos en la roca.

Se pueden ver alfabeto nabateo, árabe, figuras humanas, animales, partes del cuerpo humano..hay de todo...












Después de ver todas las inscripciones y dibujos nos adentramos por el cañón, cada vez más estrecho, con pequeños estanques donde se ha embalsado el agua de  la lluvia. Hay que ir con precaución para evitar caídas, aunque el camino no es excesivamente complicado. Al final del cañón hay una pared vertical que se puede subir si tienes bastante agilidad, aunque nuestro guía lo hizo descalzo y en dos segundos... lo que es ser del lugar...







LITTLE BRIDGE ROCK

Nuestra siguiente parada es uno de los sitios más pintorescos, el Little Bridge Rock, o Pequeño puente de piedra. Un puente natural que podrás acceder fácilmente y sobre el que te podrás hacer unas fotos muy pintorescas. Además, las vistas son realmente preciosas desde arriba, así que este lugar se convierte en otro imprescindible. Aquí es donde aprovechamos para comer y tomarnos un te, mientras nuestro guía habla con sus colegas de profesión.








LAWRENCE´S HOUSE

Después de comer, nos volvemos a subir al coche y llegamos en poco tiempo al siguiente punto de interés, Lawrence´s House, sitio donde se alojó Lawrence de Arabia durante su estancia en el Wadi Rum. De esta casa, solo se conserva un pequeño muro de piedra, por lo que tiene poco que ver. 




Sin embargo a su espalda, sobre la montaña con unas vistas espléndidas se ha ido formando un lugar pintoresco, donde todos los turistas van acumulando rocas a modo de recuerdo en forma de pequeñas pirámides.






CAÑÓN BURRAH

Vuelta al coche hacia otro punto completamente distinto, el Cañon Burrah. Es un cañón bastante más largo entre montañas altas y con el suelo de una arena muy fina. Es un poco pesado de recorrer porque el suelo es muy arenoso y cuesta trabajo avanzar. La mayor parte del recorrido es arenoso aunque hay zonas donde tendrás que avanzar entre las rocas. Por otro lado, hay que decir que es un sitio lleno de vegetación, es un pequeño oasis dentro del desierto.









BURDAH ROCK BRIDGE

La siguiente de nuestras paradas es tal vez la más destacada de todas, en la que sin dudas descargaras la mayor cantidad de adrenalina. Es una parada no apta para personas con vértigo porque el Burdah Rock Bridge es un puente natural de roca con una gran altura, y que para subir hasta la cima debes escalar una roca bastante empinada.
De hecho muchos de los turistas que llegaban allí, cuando veían la altura y por donde había que subir, desistían de hacerlo.

La verdad es, que a pesar de que tengo vértigo, soy de los que piensan, que "donde fueres haz lo que vieres"... y como había quien subía, pues había que subir. Después de unos minutos subiendo con más miedo que vergüenza, porque una caída podría ser catastrófica, llegué a la cima, y allí lo que encontré fue una cola de gente esperando para hacerse la foto... Pero bueno, una vez arriba, puedes decir que merece la pena la experiencia.




La tarde va pasando y el atardecer se va acercando, así que nuestra guía pone dirección al campamento para que podamos ver allí la puesta de Sol. Antes hace una parada en una duna, desde se tiene una buena vista del Desierto.


Por fin llegamos al campamento, está instalado a la espalda de una gran montaña de roca. Su forma es cuadrada, con las tiendas con ventanales como la que habíamos alquilado en las zonas exteriores, y las que no tienen ventanas en el interior del cuadrado. Además hay una gran tienda común que es donde se cena, se desayuna y donde se conversa.


Como decía, merece la pena cogerse una tienda con ventanal, ya que además de las maravillosas vistas cuando atardece y amanece, cuentas con un baño privado. No esperes una limpieza perfecta, ni siquiera aceptable, es el desierto... y además piensa que los estándares de limpieza no son los mismos en todos los sitios. El agua está depositada en grandes contenedores exteriores y es escasa. La limpieza lo hacen los propios guías beduinos, y en este no es su fuerte... pero un día es un día, se puede soportar.




Este campamento tiene, a diferencia de otros, una gran terraza sobre la roca que está a sus espaldas. Esta terraza la han habilitado con asientos y bebidas calientes para que te sientes cómodamente a ver la puesta de sol. Es un buen sitio para conversar con otros turistas alojados allí, hablamos con Americanos, alemanas, jordanos, italianos, franceses... eso sí, éramos los únicos españoles del lugar.





Desde este mirador, tomando té y hablando con otros turistas allí alojados, vemos como el Sol se pone progresivamente y como el cielo se cubre de tonos imposibles sobre la silueta de las montañas del desierto


Cuando se pone el Sol es el momento de volver a la tienda, asearse un poco, e irnos a la Tienda común, ya que en breve comienza la cena. La tienda común tiene dos zonas, una en la que nos sentamos para conversar en torno a un fuego, tomar te y fumar la sisha y la otra que es un comedor. En el centro tienen un buffet donde te sirves la comida. Te incluyen agua, pero puedes beber cerveza, coca cola, o lo que quieras, pagándolo aparte, aunque los precios son económicos.



La comida, es abundante y puede decir que muy sabrosa, nos sorprendió gratamente pues no esperábamos gran cosa, y estábamos muy equivocados. La carne y verduras, la hacen asada bajo la arena, en un horno que entierran y que luego te enseñan en una ceremonia bien preparada como la desentierran.





La cena que empieza a las ocho y media, se alarga con el te y la posibilidad de fumar una sisha. El ambiente se relaja y se vuelve muy cómodo entorno al fuego, y terminamos volviendo a la tienda un poco mas tarde de las doce. Antes de volver, nos damos un paseo por los alrededores para ver las estrellas, para aprovechar la ausencia de contaminación lumínica. He de decir, que si bien el cielo estaba limpio y se veían una cantidad enorme de estrellas, no tenía comparación con el desierto en Egipto donde pude ver con claridad la vía láctea.
















Si bonito es el atardecer en el desierto, no tiene que envidiarle nada el amanecer. Al ser el sol aún poco potente, el color rojizo de la arena se acentúa, y se un paisaje repleto de plantas con flor cubren la arena. Las pasadas lluvias y el rocío han hecho que el desierto parezca una alfombra de flores.



Después del desayuno, es hora de recoger, nos despedimos de este maravilloso lugar, una joya jordana que no debes perderte bajo ningún concepto. Es hora de poner rumbo  Amman y a nuestra última parada en Jordania, los Castillos Omeyas del desierto.




























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