EL DESIERTO DEL WADI RUM

Un desierto que al contrario del Sahara o el desierto egipcio carece de los mares de dunas, de kilómetros y kilómetros de arena,... el Wadi Rum tiene montañas imposibles, recónditos cañones, paisajes marcianos y atardeceres de película... No te puedes perder el Wadi Rum en tu visita a Jordania.
CONSEJOS PARA VISITAR EL WADI RUM

En cuanto al clima, tienes que ser consciente que durante el día hace bastante calor, muchísimo si es cerca del Verano, y por la noche hace frío, bastante es decir poco, en los meses invernales.
¿QUE VER EN EL WADI RUM?
Vistas del Wadi Rum desde Lawrence´s Spring |
Las visitas en el Wadi Rum, son prácticamente las mismas para todos los campos, tienen su ruta definida en función de las horas de excursión contratadas. Los lugares que voy a comentarte son la base para una excursión contratada de día completo, que incluye la comida al medio dia, que no deja de ser un par de pfalafel y una bebida.
LAWRENCE´S SPRING
Lawrence Spring |
Nada más salir del Wadi Rum Village, la primera parada que hacemos es en Lawrence´s Spring, que traduciríamos como el Manantial de Lawrence, pues supuestamente aquí fue donde el famoso Lawrence de Arabia reponía avituallamiento y agua del manantial que otrora bajaba por la montaña. Se cuenta que durante sus incursiones por el desierto para apoyar la insurrección árabe contra el imperio Otomano, Lawrence recorrió infinidad de veces este desierto y vivió largas temporadas en el.
Al llegar hay un aparcamiento donde dejan los todoterrenos, te explican un poco lo que hay por alli y te citan a la media hora... En este lugar se pueden ver varias cosas, la primera son las inscripciones nabateas, están situadas a la derecha del aparcamiento, inscritas en unas rocas. Gracias a estas inscripciones y las que se encontraron en Petra, se ha podido descifrar en parte el alfabeto nabateo.
Inscripciones Nabateas |
Después de echarle un vistazo a las inscripciones nabateas, lo siguiente que nos toca es subir hasta la cima del Lawrence´s Spring, ya que según nuestro guía las vistas bien merecían la pena. Lo que no nos dijo es que la subida es brutal, debes literalmente ir escalando por piedras hasta una altura bastante considerable, imposible para quien no tenga algo de condición física. Subir te llevará unos 20 minutos, y algo menos bajar.
Camellos en Lawrence Spring |
Durante el camino de subida encontramos fauna local, bastante grande para lo que estamos acostumbrados, y no hablamos precisamente de camellos.
Conforme vamos alcanzando la cima, las vistas son más y más impresionantes. El paisaje, si excluimos los todoterrenos que cruzan el horizonte, es de otro planeta, no es de extrañar que en el desierto del Wadi Rum se hayan rodado películas como El Marciano, Prometeus, o Indiana Jones y la última cruzada.
Vistas desde la cima de Lawrence Spring |
LA GRAN DUNA ROJA
En pocos minutos llegamos a la Gran Duna Roja, donde nuestro guía nos recomienda subir y nos ofrece la posibilidad de hacer Sandboard, que viene a ser lo mismo que el Snowboard pero sobre la arena. Subir es agotador porque los pies se hunden en la arena y la pendiente es bastante elevada. Una vez arriba, hay que probar... la arena tiene mayor rozamiento que la nieve, y aunque la experiencia es simpática, no se coge una velocidad excesiva.
La Gran Duna Roja |
Sandboard |

La Gran Duna |
CAÑÓN KHAZALI
Volvemos a subirnos al coche, y nuestra siguiente parada es el Cañón de Khazali. Antes de entrar vemos su conjunto, dos enorme montañas con un corte justo en la mitad de ellas por donde se adentra el cañón. Hay una higuera, que parece puesta a propósito como si estuviese puesto para un decorado. La higuera, que parece seca, no lo está en realidad, renaciendo en época de lluvias. Las rocas de una de las paredes tienen formas extrañas, una de ellas parece la cara de un Rey Nabateo que nos mira desde las alturas.
Nos adentramos en el interior del cañón y comenzamos a ver inscripciones nabateas y árabes. Se ve que como quiera que en el cañón se acumula agua en la época de lluvias y se conserva embalsada durante un tiempo los antiguos nabateos y árabes que habitaron el Wadi Rum, dejaron sus mensajes para la historia esculpidos en la roca.
Se pueden ver alfabeto nabateo, árabe, figuras humanas, animales, partes del cuerpo humano..hay de todo...
Después de ver todas las inscripciones y dibujos nos adentramos por el cañón, cada vez más estrecho, con pequeños estanques donde se ha embalsado el agua de la lluvia. Hay que ir con precaución para evitar caídas, aunque el camino no es excesivamente complicado. Al final del cañón hay una pared vertical que se puede subir si tienes bastante agilidad, aunque nuestro guía lo hizo descalzo y en dos segundos... lo que es ser del lugar...
LITTLE BRIDGE ROCK
Nuestra siguiente parada es uno de los sitios más pintorescos, el Little Bridge Rock, o Pequeño puente de piedra. Un puente natural que podrás acceder fácilmente y sobre el que te podrás hacer unas fotos muy pintorescas. Además, las vistas son realmente preciosas desde arriba, así que este lugar se convierte en otro imprescindible. Aquí es donde aprovechamos para comer y tomarnos un te, mientras nuestro guía habla con sus colegas de profesión.
LAWRENCE´S HOUSE
Después de comer, nos volvemos a subir al coche y llegamos en poco tiempo al siguiente punto de interés, Lawrence´s House, sitio donde se alojó Lawrence de Arabia durante su estancia en el Wadi Rum. De esta casa, solo se conserva un pequeño muro de piedra, por lo que tiene poco que ver.
Sin embargo a su espalda, sobre la montaña con unas vistas espléndidas se ha ido formando un lugar pintoresco, donde todos los turistas van acumulando rocas a modo de recuerdo en forma de pequeñas pirámides.
CAÑÓN BURRAH
Vuelta al coche hacia otro punto completamente distinto, el Cañon Burrah. Es un cañón bastante más largo entre montañas altas y con el suelo de una arena muy fina. Es un poco pesado de recorrer porque el suelo es muy arenoso y cuesta trabajo avanzar. La mayor parte del recorrido es arenoso aunque hay zonas donde tendrás que avanzar entre las rocas. Por otro lado, hay que decir que es un sitio lleno de vegetación, es un pequeño oasis dentro del desierto.
BURDAH ROCK BRIDGE
De hecho muchos de los turistas que llegaban allí, cuando veían la altura y por donde había que subir, desistían de hacerlo.
La tarde va pasando y el atardecer se va acercando, así que nuestra guía pone dirección al campamento para que podamos ver allí la puesta de Sol. Antes hace una parada en una duna, desde se tiene una buena vista del Desierto.
Por fin llegamos al campamento, está instalado a la espalda de una gran montaña de roca. Su forma es cuadrada, con las tiendas con ventanales como la que habíamos alquilado en las zonas exteriores, y las que no tienen ventanas en el interior del cuadrado. Además hay una gran tienda común que es donde se cena, se desayuna y donde se conversa.
Como decía, merece la pena cogerse una tienda con ventanal, ya que además de las maravillosas vistas cuando atardece y amanece, cuentas con un baño privado. No esperes una limpieza perfecta, ni siquiera aceptable, es el desierto... y además piensa que los estándares de limpieza no son los mismos en todos los sitios. El agua está depositada en grandes contenedores exteriores y es escasa. La limpieza lo hacen los propios guías beduinos, y en este no es su fuerte... pero un día es un día, se puede soportar.
Este campamento tiene, a diferencia de otros, una gran terraza sobre la roca que está a sus espaldas. Esta terraza la han habilitado con asientos y bebidas calientes para que te sientes cómodamente a ver la puesta de sol. Es un buen sitio para conversar con otros turistas alojados allí, hablamos con Americanos, alemanas, jordanos, italianos, franceses... eso sí, éramos los únicos españoles del lugar.
Desde este mirador, tomando té y hablando con otros turistas allí alojados, vemos como el Sol se pone progresivamente y como el cielo se cubre de tonos imposibles sobre la silueta de las montañas del desierto
Cuando se pone el Sol es el momento de volver a la tienda, asearse un poco, e irnos a la Tienda común, ya que en breve comienza la cena. La tienda común tiene dos zonas, una en la que nos sentamos para conversar en torno a un fuego, tomar te y fumar la sisha y la otra que es un comedor. En el centro tienen un buffet donde te sirves la comida. Te incluyen agua, pero puedes beber cerveza, coca cola, o lo que quieras, pagándolo aparte, aunque los precios son económicos.
La comida, es abundante y puede decir que muy sabrosa, nos sorprendió gratamente pues no esperábamos gran cosa, y estábamos muy equivocados. La carne y verduras, la hacen asada bajo la arena, en un horno que entierran y que luego te enseñan en una ceremonia bien preparada como la desentierran.
La cena que empieza a las ocho y media, se alarga con el te y la posibilidad de fumar una sisha. El ambiente se relaja y se vuelve muy cómodo entorno al fuego, y terminamos volviendo a la tienda un poco mas tarde de las doce. Antes de volver, nos damos un paseo por los alrededores para ver las estrellas, para aprovechar la ausencia de contaminación lumínica. He de decir, que si bien el cielo estaba limpio y se veían una cantidad enorme de estrellas, no tenía comparación con el desierto en Egipto donde pude ver con claridad la vía láctea.
Si bonito es el atardecer en el desierto, no tiene que envidiarle nada el amanecer. Al ser el sol aún poco potente, el color rojizo de la arena se acentúa, y se un paisaje repleto de plantas con flor cubren la arena. Las pasadas lluvias y el rocío han hecho que el desierto parezca una alfombra de flores.
Después del desayuno, es hora de recoger, nos despedimos de este maravilloso lugar, una joya jordana que no debes perderte bajo ningún concepto. Es hora de poner rumbo Amman y a nuestra última parada en Jordania, los Castillos Omeyas del desierto.
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