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viernes, 7 de junio de 2019

LOS CASTILLOS OMEYAS DEL DESIERTO

LOS CASTILLOS OMEYAS DEL DESIERTO

Tras nuestra estancia en el Wadi Rum, emprendemos la marcha hacia el norte, es nuestro último día en Jordania, así que parte de el lo pasaremos volviendo en dirección a Amman. Nuestra intención es visitar los castillos Omeyas del desierto, justo al Este de la capital jordana. Habíamos abandonado Wadi Rum después de desayunar en el campamento y con un buen sabor de boca por la experiencia vivida.

El camino desde Wadi Rum es largo, algo más de cuatro horas por la carretera nº 15, una autovía que en algunos tramos está bien de condiciones y en otros bastante mal, así que no es prudente correr mucho. Además hay que recordar que en las carreteras de Jordania te puedes encontrar de todo, camellos, burros y hasta coches en dirección contraria.

Una vez estamos cerca ya de Amman, después de varias horas y con el cuerpo ya algo cansado, nos desviamos hacia la carretera nº 45 y luego hacia la nº 40. Este último tramo no es de autovía, es de carretera de doble sentido, pero en buen estado y poco tráfico. Nos movemos ahora por una zona árida y de poca población, donde nos sorprende ver lo cerca que estamos de la frontera de Arabia Saudí y de Irak.

Qasr al-Kharaneh

A nuestra derecha surge el primero de los castillos, el Castillo de Al Kharaneh, un castillo que en realidad no parece tal, ya que sus dimensiones son pequeñas comparado con el Al Karak o con el Ajlun. Su uso es muy discutido ya que se piensa que no era un castillo defensivo sino mas bien un Khan, es decir, una posada que servía de protección a las caravanas que desde el desierto se dirigían a poniente.

Qasr al-Kharaneh

Aunque el edificio conserva su estructura original gran parte de sus elementos originales, sigue existiendo controversia entre los arqueólogos sobre su uso en el pasado. Lo que si se sabe es que fue edificado en el año 710 D.C. durante el reinado del Califa Omeya Abd Al Malik, ya que se encontraron inscripciones en algunos muros interiores.

El edificio tiene planta cuadrada, de 35 metros cada lado, y con dos plantas.Hay contrafuertes tanto en las esquinas del edificio como en los puntos medios de los muros, excepto claro está en su lado sur, ya que ahí se encuentra la entrada del edificio. En las murallas del edificio hay pequeñas ranuras de flecha que en su momento pudieron tener una función defensiva, aunque también podía tener una función de ventilación y lumínica.

Desde la entrada y a través de un pasaje se llega a un patio central. Este pasaje esta flanqueado por pequeñas habitaciones con poca luz que servían de almacenes. El patio central está rodeada por grupo de habitaciones con arcos de bóveda de cañón. Cada conjunto de habitaciones son unidades separadas no estando conectadas unas con otras. Este esquema se repite en los pisos superiores a los que se accede por unas escaleras laterales.



Los muros interiores de la planta superior no están tan bien conservados, de hecho una parte de la zona norte se encuentra derruidos. Como decía la distribución de la parte superior es similar a la de la zona inferior, salvo las que dan a la parte sur, sobre la entrada. El interior de las habitaciones está decorado con discos de estuco, así como con motivos florales y vegetales, reflejando este hecho las influencias mesopotámicas




El edificio es en si una joya, pero hay que reconocer que su cuidado deja mucho que desear, de hecho encontramos mucha basura en su interior, así como pintadas y arañazos con inscripciones intencionados en los muros.No había en su interior vigilancia alguna, con lo que cualquiera podría haber cogido un elemento decorativo. Es una verdadera lástima que se gasten un dinero en la conservación del edificio, sin prestar luego un mínimo de mantenimiento.




Qsar Amra


Tomamos nuevamente el coche y a unos quince minutos encontramos otro de los castillos que queríamos ver, con total seguridad podemos afirmar que el más espectacular de todos, hablamos de Qsar Amra.

Este Castillo, que no parece en nada un castillo en el concepto habitual del mismo, fue construido probablemente durante el final del reinado del Califa Omeya Al Walid I y el final de la dinastía Omeya en el año 750 D.C. Los Omeyas, seguían la regla ortodoxa islámica e incorporaron muchos motivos decorativos de periodos anteriores como romanos y bizantinos.
Los Omeyas fundaron su califato en Siria y establecieron su capital en Damasco, pero su poder fue rápidamente eclipsado por los abasíes, que establecieron el califato en Iraq, y la capital en Bagdag. Los historiadores ya en el año 1.000, relataban las rutas comerciales entre la Bagdag y Amman, siendo el castillo de Amra utilizado como lugar de paso, parada y fonda.

El castillo de Amra, no solo dispone de un edificio residencial, sino que alrededor de el hay un conjunto de edificios destinados a almacenes y a labores agrícolas, un horno, cisternas, pozos y otros elementos hidráulico, lo que hace suponer que estos castillos del desierto eran también centros agrícolas.

Es una creencia generalizada que los Omeyas no admitían elementos decorativos iconográficos, donde aparecen personas, sin embargo, parece que esta prohibición se circunscribe a las mezquitas mientras que no era aplicable a las viviendas residenciales. Asi Qsar Amra, en su edificio residencial, está repleto de frescos iconográficos, pero además incluyen elementos residenciales como baños completamente decorados.












La distribución del castillo en su zona residencial es de un gran hall con dos salas laterales ricamente decoradas con frescos, con motivos de caza y con pinturas que muestran el día a día del lugar.

En los techos, que son abovedados, se muestran frescos con las profesiones y artes más habituales de la época.


En la zona lateral izquierda se encuentra la zona privada, con los baños, la zona del tepidarium y del caldarium, ambas ricamente decoradas, con motivos animales, vegetales, constelaciones y también con iconografía.





Al-Azraq Castle

Dejamos el castillo de Amra y vamos hacia el último de los castillos que vamos a ver hoy el castillo de Al Azraq, este si es un castillo de estilo clásico. Nos lleva una media hora llegar hasta el desde Qsar Amra y nos situamos a menos de 80 kilómetros de la frontera iraquí.



El Castillo de Al Azraq está en medio de la localida de Al Azraq, Su valor estratégico se debía a un cercano oasis, que hoy es una reserva natural y que era la única fuente de agua en esta desértica región. 

La construcción definitiva fue realizada por los mamelucos en el año 1237, explotando las canteras de basalto de la zona, con lo que el castillo tiene un aspecto mucho más oscuro que el resto de edificios cercanos.

Más tarde, en el siglo XVI fue usado por los otomanos durante su hegemonía sobre la región. Durante la Rebelión Árabe, Lawrence de Arabia centró aquí sus operaciones entre 1917 y 1918, consiguiendo el levantamiento de los árabes contra el imperio otomano.

El castillo, de basalto, tiene una estructura cuadrada de 80 metros de lado. Antes de entrar lo que mas llama la atención es una gran puerta realizad con una losa de granito que gira mediante unas bisagras, que mediante su engrasado con aceite de palma se abren con cierta facilidad. Cada una de estas piezas de granito pesa una tonelada, y en el interior del castillo se pueden ver otras entradas al recinto con la misma tipología. La razón para realizar las puertas de granito era la simple ausencia de madera, ya que en los alrededores solo había palmeras.


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Del castillo queda principalmente los muros exteriores ya que el resto de estancia están semiderruidas. El edificio que más destaca es el que está situado en el centro del castillo y que tenía un uso de mezquita, y donde aun se puede ver perfectamente la situación del mihrab.






Mezquita









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