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sábado, 9 de junio de 2018

ISLANDIA: BALLENAS EN HUSAVIK, GODAFOSS, AKUREYRI Y HOFSOS

ISLANDIA

BALLENAS EN HUSAVIK, GODAFOSS, AKUREYRI Y HOFSOS

Volvía a tocar levantarse muy pronto, porque teníamos contratada la excursión en Husavik para ver ballenas. Teníamos la excursión a las 9,15 y hay unos 40 minutos desde el Hotel. 






Una de las cosas que no olvidaremos es el desayuno que nos tomamos antes de de salir para Husavik en el Fosshotel Myvatn, con esas maravillosas vistas.







Nada más salir del hotel encontramos un mirador desde donde se podía ver claramente otra de las atracciones del Lago Myvatn, el cráter Hverfjall. Es un cráter de explosión de 396 metros de alto. Se parece a un cono de ceniza negra de proporciones gigantescas. Se puede caminar por las empinadas laderas y alrededor del borde del cráter para obtener una vista sobrenatural e impresionante del paisaje circundante.





BALLENAS EN HUSAVIK

Husavik
Husavik es una pequeña localidad en el norte de Islandia famosa por las excursiones para ver Ballenas, y también los famosos frailecillos. Las excursiones de ballenas las hay todo el año, pero las de frailecillos solo en verano, pues son aves migratorias.

Todo el pueblo esta orientado a este tipo de excursiones, y encontrareis varias compañías, aunque las principales son North Sailing y Gentle Giants, ambas en el mismo puerto. Es recomendable reservar por anticipado ya que los barcos suelen ir bastante completos y si vas en Abril solo hay dos salidas por la mañana. El precio es el mismo en ambas compañías, unos 70 euros por persona, así como los barcos que usan para los avistamientos, así que no le des muchas vueltas y si te decides por la excursión coge el que mejor te venga de horario.

La excursión son unas tres horas y debéis ir abrigados, aunque os darán unos monos térmicos con los que no pasas frío. Debes tener en cuenta varias cosas antes de coger esta excursión, lo primero es que las ballenas no se acercan tanto como se ven en las fotos, suelen estar lejos y rehuyen de los barcos, pues tanto turismo está creando estrés entre los cetáceos.




Hay una opción de acercarse aun mas a las ballenas, es la excursión en unas lanchas neumáticas rápidas, para solo 8 pasajeros. El precio es casi el doble, y por lo que pudimos ver nosotros, no se acercaban mucho más que los barcos tradicionales.




El paisaje durante la excursión es maravilloso, pues es la salida de un fiordo e incluso se alcanza ver el circulo polar ártico. Tardamos bastante tiempo hasta que vimos la primera ballena, y a partir de ahí era un correr de un lado para otro siguiendo la ballena, no me extraña que cojan estrés.






El problema de ver ballenas, es que una vez que se sumergen no sabes por donde van a salir, y como a veces giran bajo el agua, terminan despistándote. Asi que los barcos andaban buscando la aleta, y zigzagueando de un lado a otro del fiordo para intentar seguirlas. Estuvimos más de media hora siguiendo a la ballena, y aunque no nos acercamos mucho, si pudimos verla en varias ocasiones.



Después de unas tres horas de excursión volvimos al puerto de Husavik, ver las ballenas es una experiencia, aunque para la distancia que la vimos, y la dificultad para seguirlas, una experiencia algo cara.


Una vez llegamos al puerto, hay poco que ver más, hacerte una foto junto a una gran estatua con una cola de ballena, por la que pasan todos los visitantes, pasear por el puerto, repleto de barcos de pesca y turísticos, y visitar la antigua iglesia de Husavik.







Iglesia de Husavik






La Iglesia de Husavik fue construida en 1907, diseñado por el arquitecto estatal, Rognvaldur Olafsson. Tiene forma de cruz y fue construida con madera importada de Noruega. Llama poderosamente la atención su torre de 26 metros y sus tejados verdes 

La iglesia está abierta la mayoría de los días durante la temporada turística, y la entrada es gratuita.

Dejamos Husavik, aprovechamos para parar en un supermercado y nos dirigimos hacia Godafoss.




GODAFOSS


Godafoss


Nos ponemos nuevamente en marcha tomando la carretera 845 desde Husavik, y que enlaza con la carretera N1 (Ring Road).  Godafoss se encuentra prácticamente a pie de carretera y se ve perfectamente desde la N1. 

Godafoss
Tras unos 40 minutos llegamos a Godafoss, hay un aparcamiento justo enfrente de un restaurante, y desde allí comienza el sendero. Hay un sendero principal que lleva hasta un mirador de la zona superior de la catarata y a medio camino surge una bifurcación que lleva a la parte baja, al nivel del agua.
Godafoss, o La catarata de los Dioses, es llamada así porque se dice que que cuando se declaró el cristianismo como religión oficina en Islandia, el sacerdote Þorgeir Ljósvetningagoði, después de su propia conversión, arrojó las estatuas de los antiguos dioses nórdicos a la cascada. 


La catarata tiene forma de herradura, con dos caídas principales y con caídas más pequeñas alrededor de la semicircunferencia. Tiene un ancho de unos 30 metros y una caída de unos 12 metros, y tras la misma hay un gran cañón esculpido por el propio río durante más de 8000 años.

Nosotros tomamos en primer lugar el sendero principal para contemplar Godafoss desde arriba, donde hay un mirador y desde donde se puede ver como las aguas provenientes del río Skjálfandafljót, el cuarto más grande de Islandia, caen con gran estruendo.

Después de un buen rato, volvemos sobre nuestros pasos y tomamos el camino de la bifurcación para bajar al nivel del agua. El sendero es estrecho y resbaladizo, pero merece la pena bajar hasta abajo.




Mientras nos acercamos vemos el gran cañón que se formó por la erosión y la fuerza del agua a lo largo de miles de años. 

Se puede llegar hasta la misma base de la cascada, desde aquí la vista es magnífica, pues prácticamente te metes en la semicircunferecia de la catarata y el agua te salpica.




Godafoss





AKUREYRI





Cuando dejamos Godafoss, nos planteamos ir hacia Akureyri, la capital del norte y la segunda población mas grande de Islandia, A pesar de tener el título de capital del norte, solo tiene 18.000 habitantes, pero hay que tener en cuenta que la mayoría de las poblaciones que encontramos no tenían mas de 300 habitantes.


Desde Godafoss a Akureyri, hay unos 50 kilómetros, y como ya íbamos tarde, lo primero que hicimos al llegar es un buscar donde comer. Lo encontramos en el Akureyri Fish & Chips , situado en la calle Skipagata. A un precio razonable, considerando los precios de Islandia, puedes probar incluso el filete de tiburón.








Aunque en el entorno de la ciudad se han descubierto vestigios vikingos, no fue hasta el año 1602 cuando se fundó la actual ciudad de Akureyri como asentamiento comercial danés, a quien pertenecia la isla de islandia por aquel entonces. Hubo que esperar hasta 1786 para que se le otorgase el título de ciudad y comenzase a considerarse como la capital del norte.







Akureyri fue tal vez la visita más decepcionante de todo el viaje, pues realmente hay poco que ver en la ciudad. Básicamente todo los turísticamente interesante se encuentra en torno a la calle Hafnarstræti. En esta calle, es donde se encuentran la mayoría de tiendas de ropa y souvenirs, y también se pueden encontrar varias casas antiguas de colores llamativos, del siglo XIX y hoy convertidas en cafeterías y tiendas.


Parada obligada es la foto con dos enormes trolls que se encuentran en una tienda de souvenirs. Otra de las paradas obligadas es la catedral de Akureiry situada sobre una colina y construida a mediados de siglo XX. 





Como habíamos pasado menos tiempo del previsto y nos quedaba día por delante, y tras revisar las rutas y horarios, decidimos dirigirnos hacia Hofsós, pues habíamos leído de que allí estaba ubicada la piscina con mejores vistas de Islandia y era una oportunidad que no queríamos desaprovechar, así que nos pusimos en marcha.

Eran alrededor de las cuatro de la tarde y teníamos alrededor de hora y media hasta Hofsós. Si llegábamos sobre las 6 aun tendríamos un par de horas en la piscina.

Para llegar a Hofsós, tienes que tomar la N1 hasta cerca de Varmahlid y luego tomar la carretera 76.



HOFSÓS

Al igual que Akureyri fue decepcionante, el camino a Hofsós, la piscina y el propio pueblo fueron un descubrimiento y colmaron nuestras expectativas.

El camino comienza a ponerse interesante cuando tomamos la carretera 76, los paisajes se convierten en parajes extensos, montañas nevadas y granjas dispersas donde pastan caballos islandeses.




De vez en cuando nos encontramos alguna iglesia, y es que no deja de sorprendernos la gran cantidad de iglesias que hay en este pais.

Tras media hora recorriendo el fiordo Skagafjördur, llegamos a Hofsos y lo primero que hacemos es dirigirnos a la piscina pública, llamada Sundlaugin á Hofsósi. 

La piscina está a la entrada del pueblo y abre en Invierno de 7:05 a 13:05 y de 17:15 a 20:15 y en verano de 7:00 a 21:00. Su precio es sorprendentemente asequible para los precios islandeses, solo 8 euros al cambio, con derecho a usar duchas, taquillas, hots tube y piscina.

La piscina es realmente impresionante, con una temperatura del agua entre los 38 y 40 grados, es sin duda la piscina más maravillosa de cuantas he visto hasta ahora. La razón no es otra que las impresionantes vistas que tienes, y es que en pocos lugares del mundo creo que puedas estar bañándote en agua a 40 grados, mientras están disfrutando de las vistas del mar entrando en un fiordo y  con montañas nevadas a tu alrededor.

Cuando llegamos tuvimos la piscina para nosotros solos y estuvimos así durante más de media hora, hasta que llegaron una pareja de coreanos un poco despistados. Tras un largo baño embobados con el entorno, puedes tomar un baño en una hots tube, con agua aun mas caliente, donde relajarte y hablar con los paisanos, y es que en Islandia, es un acto social hablar en los hots tube. Pudimos observar como los islandeses podían estar horas metidos en el agua caliente hablando.
















Cuando dieron las 8 era hora de abandonar la piscina, era hora de cierre, pero aun estaba el sol fueram asi que decidimos dar una vuelta por el pueblo y fue todo un acierto hacerlo.

Hosós es un pueblo antiguo, que data del siglo XVI, y aunque fue un pueblo eminentemente comercial gracias al apoyo de la corona danesa, hoy en día su población se dedica a la pesca y cada vez más al turismo.






Tras dejar el coche y andar un rato, cruzamos un pequeño puente y divisamos varios edificios antiguos recientemente restaurados. Se tratan de de un viejo almacén de madera, llamado Pakkhúsið, u que data del periodo comercial de la localidad. 






Este periodo comercial terminó en 1786 con motivo del cese del monopolio dan,es e impidió que Hofsós se desarrollase el ritmo que se preveía.

Hofsós
Otro de los edificios que encontramos por allí es un Museo dedicado a la Historia de la emigración de los islandeses a América del Norte





Varios edificios del puerto se han convertido al Centro de Emigración de Islandia, un museo dedicado a la historia de la emigración de Islandia a América del Norte. Islandia perdió 16.000 residentes entre 1870 y 1914, y otros tantos después de la Segunda Guerra Mundial.

El paseo resulta muy agradable y no encontramos a nadie por las calles, parece una ciudad donde se ha parado el tiempo.




Hofsós




Dejamos Hofsós y nos dirigimos al Hotel, esta noche dormimos en Varmahlid a media hora de Hofsos. Cuando llegamos al Hotel no había nadie, la recepción estaba abierta y nos habían dejado una carta. En la carta estaban las llaves de la habitación, el Hotel se quedaba abierto toda la noche, sin nadie, nada más que los huéspedes...Islandia es diferente...






























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