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CASTILLO DE HAUT KOENIGSBURG


CASTILLO DE HAUT KOENIGSBOURG

Aunque en un principio no teníamos pensado ir, porque queríamos aprovechar más el día en Estrasburgo, aunque después de visitarlo tengo que decir, que el cambio de planes mereció la pena. El Castillo de Haut Koeningsburg esta a unos 755 metros de altura, pero para nosotros significó pasar de los -4 grados bajo cero bajo la capa de nubes a unos confortables 7º sobre cero por encima de ellos, asi que a la belleza del conjunto, se unió, sin duda, el confort de un clima menos adverso.

Mar de nubes desde el Castillo de Haut Koenigsburg

Para llegar al castillo debes coger desde Colmar la nacional N83 y a unos 27 kilómetros podéis fácilmente encontrarlos. Para llegar hasta el castillo encontraréis un ultimo tramo de muchas curvas, y que en un día nublado os permitirá cruzar el mar de nubes, otro aliciente para la visita del castillo.

Camino de acceso al Castillo

La primera vez que se menciona algo sobre el castillo fue sobre el siglo XII, estaba situado en un lugar estratégico, por en lado en la ruta comercial del trigo y el vino, el primero venía del Oeste y el segundo del Este, y por otro lado de la ruta de la Sal y la Plata, la sal del Oeste y la plata del Este.

El castillo perteneció a los Habsburgos, pero el 1479 fue transferido a la familia Tierstein, quien lo fortificó y lo doto de artillería. Durante la guerra de los 30 años, que enfrentó a protestantes y católicos, el castillo resistió el asedio de los Suecos durante mas de un mes, pero al final fue tomado y quemado, causa por la que fue abandonado durante mas de dos siglos y medio.










En 1865, el castillo y los bosques cercanos pertenecían a la ciudad de Selestat, quien en 1899 regalo las ruinas del castillo al Kaiser Guillermo II. hay que recordar que desde 1870, como consecuencia de la guerra franco prusiana, la Alsacia perteneció al Imperio alemán. 






El Kaiser Guillermo II encomendó la restauración al arquitecto Bodo Ebhardt quien restauró por completo el castillo en tan solo 8 años, y es que en este castillo se aplicaron las tecnologías mas avanzadas de la época, y no se repararon en gastos. La restauración para el Kaiser era emblemática ya que significaba una demostración del poderío alemán y una constatación de su presencia en la zona.

Pero dicen que las alegrías duran poco, después del Tratado de Versalles, la Alsacia fue recuperada por Francia, quien tomo posesión del castillo.




Entramos por la puerta principal, y sobre una pequeña torre amurallada, vemos con claridad el  gran escudo de armas, del Emperador (Kaiser) alemán Guillermo II, así como referencias al año de construcción y restauración del castillo.

Tras caminar unos pasos, a la derecha vemos los establos y algunos edificios de almacenaje que hacían que el castillo ante un asedio pudiese ser autosuficiente.

Entramos en un patio donde encontramos una fuente, que es una copia de una que esta situada en Eiguisheim.

En este patio encontraréis el acceso al castillo y la tienda de regalos.





Escalera de acceso a la primera planta


En este mismo patio encontramos una torre, que es el único acceso al edificio principal, a la que se accede por una escalera techada con unos pequeños huecos. 

Esta disposición obligaba a los asaltantes a avanzar pegados a la pendiente de la escalera para no ser heridos desde los huecos de la misma.

En la planta baja encontramos además del pozo fortificado para que no pudiese ser destruido durante los asedios, los almacenes y las cocinas. Una escalera poligonal nos da acceso a la segunda planta donde vamos a encontrar las habitaciones privadas.








Ya en la segunda planta, que se visita antes que la primera, las habitaciones tienen un uso u otro en función de su dirección geográfica. Así las habitaciones que dan al Norte tienen revestimiento de madera, para de esta forma mejorar su aislamiento. En la Zona Oeste se encuentra la habitación del Emperador, con un gran águila imperial y un gran escudo de armas indica el carácter político de esta habitación. Junto a esta sala, la sala de banquetes, y mas allá la habitación de Lorena, llamada así porque esta amueblada con mobiliario que la región de Lorena regalo al Emperador. Ya en el lado Sur encontramos una galería tras la que encontraremos una serie de salas interconectadas . Eran las habitaciones más lujosas del castillo, pues estaban dotadas de letrinas.


Sala de banquetes
Habitaciones del lado Norte






Capilla
Habitación del Emperador

Bajamos ahora de la segunda a la primera planta donde además de la sala de trofeos de caza, encontramos la capilla, bastante pequeña en relación al resto de habitaciones del Castillo. También en esta planta encontramos la sala de armas, con espadas, piezas de armadura, y todo lo que esperas encontrar en un castillo.

Desde aquí salimos al jardín, no muy espectacular en esta época del año, pero con miradores que permiten unas vistas excepcionales del castillo y de sus alrededores.


Patio exterior




Acceso al Gran Bastión
Desde el Patio se accede al Gran bastión. Como quiera que los asaltantes del castillo podían situar sus cañones a lo largo de la cadena montañosa que hay en el oeste, para cubrir este punto débil, se construyo un Gran bastión, como un escudo de defensa del edificio. Al gran bastión se accede por una puerta amurallada, con un puente levadizo que en caso de ataque permitía aislar la posición. Sobre la puerta de nuevo el escudo del Kaiser. 

Tras la escalera de acceso, y el puente se nos abre una gran plataforma con distintas piezas de artillería de distintos calibres y formas. Destacan algunos cañones, por sus enormes dimensiones.

Desde el gran bastión las vistas son increíbles, ya que se puede ver otros dos castillos cercanos, el de Ortenberg y Frankenburg, además también es fácilmente observable las antiguas rutas comerciales que pasaban a orillas del castillo








Paseo exterior
Del gran bastión bajamos por una escalera, de traza actual, mientras pasamos de una sala a otra con una exposición realmente interesante de como se restauró el castillo, así como las técnicas de ingeniería y arquitectura que se usaron para dicha restauración.

Salimos nuevamente a la planta baja del castillo, donde para acceder al exterior pasamos por un paseo circular entorno al edificio principal. Una vez llegamos al final del paseo, repleto de hojas caídas que le daban un aire melancólico al lugar, salimos al primer patio, donde encontramos la tienda de recuerdos y damos rienda a nuestro afán consumista.


Si con algo nos quedamos en la memoria, es sin duda con la silueta del Castillo entre el mar de nubes...







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