OPCIONES

domingo, 29 de diciembre de 2019

CARDIFF

CARDIFF


Cardiff es la última parada de nuestro viaje por los Cotswolds. Llegamos a la capital del País de Gales a media mañana tras haber visitado la impresionante Abadía de Tintern, cerca de la frontera con Inglaterra.


Cardiff para ser una capital, no es una ciudad grande, parece más bien un ciudad del tamaño de Granada o Córdoba, de hecho su población ronda los 300.000 habitantes. Una de las cosas que vas a notar es lo fácil que es moverse por Cardiff, ya que el centro histórico es relativamente pequeño y puedes ir andando a cualquier sitio. Nosotros llegamos el coche, y aparcar es relativamente sencillo, hay bastantes aparcamientos, aunque de pago todos, y bien sea en zona azul o en parkings vigilados no tendrás mucha complicación. Nos alojamos en el Park Radisson Inn City Center, en el centro de la ciudad, y justo enfrente hay un gran parking.

Las primeras constancias de Cardiff como emplazamiento relevante, tiene lugar durante la época romana, cuando el emplazamiento junto al río Taff, que cruza la ciudad, fue elegido como emplazamiento para una fortificación. Esta fortificación, de la que aun se pueden ver los restos en el Castillo de Cardiff, permaneció como baluarte romano hasta su abandono en el siglo V. 

Tras el abandono romano de la zona, el emplazamiento quedó prácticamente abandonado, hasta principios del siglo XI cuando un señor feudal, Robert Fitzhamon , comenzó a rehabilitar la zona, especialmente las murallas y el Castillo. La Edad Media viene marcada en la ciudad por la inmigración de colonos provenientes de Inglaterra, y el desarrollo del Puerto como elemento comercial indispensable, dotando a la ciudad de una población que oscilaba entorno a las 2.000 personas.

Durante siglos Cardiff permaneció estable, enclave de relevantes batallas de la Guerra civil Inglesa, pero sin relevancia política ni económica. Pero todo cambió con la revolución industrial, verdadero motor de la ciudad, ya que su Puerto se convirtió en un enclave idónea para la salida del carbón de los valles de su zona próxima.

Durante el siglo XX la ciudad sufrió una importante reconversión industrial, siendo en la actualidad un centro financiero y administrativo con una creciente industria turística.

Una vez nos hemos hecho una idea de la historia de Cardiff, entramos en materia. Dejamos las maletas en el Hotel, y dado que era ya media mañana, nos dirigimos directamente a la atracción principal de la ciudad, el Castillo de Cardiff. Para ello, caminamos a lo largo de The Hayes, una de las zonas comerciales de la ciudad. Llegamos al Castillo a través de la Working Street, todo el centro está repleto de puestos de comida y regalos en un inmenso mercadillo de navidad.


        


La visita al Castillo de Cardiff, cuesta 13,5 libras, te da acceso a los terrenos del castillo, a los apartamentos, ala castillo normando, a la reconstrucción de la puerta romana, y a los túneles y museos de la guerra del soldado gales. Además, tienes un audio guía gratis en tu idioma. Existe la posibilidad de visitar habitaciones adicionales del castillo por 3,75 libras más, si bien ese tour es guiado por personal del castillo y solo en inglés.

Castillo Normando, Murallas y Puerta romana.


Se accede al castillo por la Castle Street, desde fuera, además de la puerta de acceso se ve la torre del mismo. Se accede al interior y a la derecha encuentras las taquillas donde te dan el audioguía. En el interior del recinto de las taquillas, en su sótano se encuentra el museo militar.Justo en el sótano se pueden ver aun los cimientos de las murallas romanas que rodeaban el recinto.

Nada más salir al exterior, y situándonos en el patio central de espaldas a la entrada, aprovechamos para situarnos. De frente nos encontramos la reconstrucción de la puerta romana, un poco a la izquierda en la misma dirección encontramos el castillo normando y a la izquierda encontramos la residencia palaciega. A nuestras espalda, además de la puerta se encuentra la Torre Negra, de la que más adelante hablaré.

El gran patio interior, se encontraba antiguamente dividida por un muro que separaba la zona publica de la zona privada. En la zona publica se encontraban algunos edificios administrativos, que con las reformas posteriores fueron derribados e incorporados al recinto principal. En la zona izquierda del antiguo muro se encontraba la zona privada, con la residencia noble, que fue ampliada y reformada en varias ocasiones a través de los siglos.

Reconstrucción Puerta Romana


Nos acercamos a la zona frontal y nos encontramos con una reconstrucción de una puerta romana. El primer fuerte romano que existió en la zona se construyó alrededor del año 55 DC. y se ocupó hasta el año 80 DC. Era una estructura rectangular mucho más grande que el sitio actual, y formó parte de la frontera sur romana en Gales. Cuando la frontera avanzó, las defensas se volvieron menos importantes y el fuerte fue reemplazado por una secuencia de dos fortificaciones, mucho más pequeñas, en el lado norte del sitio actual.

Puerta Romana

En el siglo III se construyó un cuarto fuerte para combatir la amenaza pirata a lo largo de la costa, y son de este fuerte la base de los restos romanos que se ven en el sitio del castillo.El fuerte tenía un diseño casi cuadrado, de casi 200 metros de largo y 200 metros de ancho. Esta fortaleza romana probablemente estuvo ocupada al menos hasta el final del siglo IV, aunque posteriormente fue abandonada y no se volvió a reocupar hasta el siglo XI.

La actual puerta que podemos ver, fue una reconstrucción realizada a finales del siglo XIX por el propietario del castillo, el Marques de Bute. La puerta tiene hasta tres pisos, con escaleras interiores para acceder a los distintas plantas. Desde la primera y segunda se accede a la muralla que contiene un pasadizo interior. Realmente este pasadizo se piensa que fue un exceso de celo de los arqueólogos de finales de siglo, ya que solo en Roma y Bizancio se encontraron murallas con este pasadizo interior, y Cardiff nunca tuvo la importancia económica como para permitirse un tipo de construcción tan laboriosa.


Castillo Normando
Para ir a la siguiente zona de visita, hay que volver sobre nuestros propios pasos, vadear la antigua muralla que separaba la zona publica de la privada y embocar un camino que nos lleva al castillo normando.

Los normandos comenzaron a hacer incursiones en el sur de Gales a finales de la década de 1060. Su avance por toda Inglaterra estuvo marcado por la construcción de castillos, con frecuencia en antiguos sitios romanos, y la creación de señoríos regionales. El castillo de Cardiff fue construido durante este período. Se cree que el Señor normando Robert Fitzhamon construyó la primera fortificación alrededor de 1091 y usó el castillo como base para la ocupación del resto de la zona en los años siguientes. El sitio del castillo era ideal, estaba cerca del mar, lo que servía para obtener suministros fácilmente por barco y además estaba protegido por los ríos Taff y Rhymney. Los normandos aprovecharon los restos romanos, utilizando los restos de las murallas para construir el perímetro exterior, cavando una trinchera y fortificando los restos de las murallas con la tierra extraída, formando así una muralla defensiva. En una esquina del castillo, se construyó un torreón de madera sobre un montículo de tierra de 12 metros de altura, al que rodearon por un foso. 

Las antiguas murallas romanas se habían derrumbado y los normandos utilizaron sus restos como base para el perímetro exterior del castillo, cavando una trinchera defensiva y montando un banco de tierra con los sobre las fortificaciones romanas. Los normandos dividieron aún más el castillo con una pared interna para formar un patio interior y otro exterior. En la esquina noroeste del castillo, se construyó un torreón de madera sobre un motín de tierra de 12 metros de altura, rodeado por un foso. 


Estadio del Millenium
Fue en el siglo XII cuando la edificación de madera se convirtió en el castillo que hoy conocemos. Podemos acceder al interior después de unas elevadas escaleras, en su interior encontramos un patio amurallado como patio de armas, desde allí se acceder a la torre principal o torre del homenaje. En la primera planta era la zona donde estaban los guardias, mientras que los pisos superiores era la zona noble. En la segunda planta se accede a una terraza desde donde se puede contemplar perfectamente la superficie del castillo, incluso desde aquí se pueden otras zonas de la ciudad, como el Estadio del Milleniun o el Parlamento.



Durante el siglo XV se reforzaron las murallas, se reformo la entrada del castillo y se construyo la llamada torre negra, que se usaba como torre defensiva del castillo e incluso como prisión.

Palacio del Castillo de Cardiff
La otra zona del castillo es la zona noble o palaciega, que se encuentra a la izquierda del castillo normando, es inconfundible por el aire barroco del palacio y su torre con forma de aguja.

A finales del siglo XVIII, el primer marques de Bute, comenzó a renovar la propiedad, para lo que contrató a un arquitecto llamado Capability Brown. Durante las obras el muro de piedra que separaba la zona exterior e interior fue destruido con pólvora, así como todos los edificios administrativos de la zona exterior. En la zona externa, se allanó todo el patio exterior y se cubrió con césped, mientras que en la residencia interior se demolieron estancias y se construyeron dos alas nuevas según los gustos de la época.



La última gran transformación tiene lugar en el siglo XIX cuando el tercer Marques de Bute, contrata al arquitecto William Burges, que transformaron las estancias dotándolas de un ambiente gótico medieval. A el se debe gran parte de las estancias que podemos ver durante nuestro recorrido, la torre del reloj, la Torre de Invitados, la Sala Árabe, la Sala Chaucer, la Guardería, la Biblioteca, la Sala de Banquetes y las habitaciones para Lord y Lady Bute.



Nada mas entrar dentro del Palacio nos encontramos con una sala espectacular, el Salón Árabe. La sala fue diseñada en la década de 1880 por  William Burges, quien se inspiró en sus viajes a varios rincones remotos del mundo, pero particularmente por el diseño morisco. 

Fue pensado como un salón para mujeres, lo que probablemente influyó en el diseño.  Hay que fijarse en su alta bóveda, con dos pisos, pero hay mucho más en lo que fijarse como por ejemplo, las cornisas, las paredes y baldosas de mármol y la chimenea.


Salón Árabe
Salón Árabe



Otro de los salones que impresionan es el Salón de Baile. Sencillamente es impresionante, con sis techos trabajados en madera, sus lamparas colgantes y toda esa decoración intensa que quiere transportarte a los castillos medievales centroeuropeos. Si algo llama la atención es sin duda la chimenea, sobre esta hay la representación de un castillo de la época normanda. Se muestra a Robert, conde de Gloucester, saliendo del castillo, con su esposa saludando y tocando trompetas en las almenas que anuncian su partida.


Salón de Baile
Salón de Baile


Seguimos hacia delante y nos paramos en otra sala que quiera el hipo, el comedor, donde nuevamente la chimenea destaca sobre cualquier otro elemento.





Por último, bajamos unas escaleras y nos situamos en la biblioteca. Además de en todos los libros, escritorios de madera nogal ventanales y vidrieras, hay que fijarse especialmente en la chimenea. Sobre la chimenea hay varias figuras dedicadas al propio Marques de Bute, un afamado lingüista. Cuatro representan los antiguos alfabetos griego, asirio, hebreo y egipcio, mientras que se cree que la quinta figura representa al propio Bute, vestido como un monje celta.



Biblioteca

Dejamos ya el palacio, y volvemos a los exteriores, nos dirigimos a la torre del reloj, por si podemos subir, pero desafortunadamente estaba cerrada y solo se puede acceder a determinadas horas y previo pago de una entrada aparte. Nos cuentan aquí la audioguía la historia de una de las sirvientas que vivió en la torre antes y durante la segunda mundial, relatando unos episodios parecidos a los que aparecen en las series británicas de época. 



Gárgolas de la Torre del Reloj
Torre del reloj y pasadizo



Abandonamos ya el castillo de Cardiff, hemos estado casi dos horas dentro y ya el frío y la noche empieza a caer. Aprovechamos para comer en el mercadillo de navidad. Como he dicho antes hay puestos de comida y regalos por toda The Hayes. Además en esa calle junto con la aledaña St Marys Street se encuentran todos los comercios más importantes de la ciudad, además de restaurantes y pubs donde tomar una cerveza.
Pasamos lo que nos queda de día paseando y aprovechando para hacer las ultimas compras. Cardiff está lleno de rincones con detalles, como la zona de The Hayes, o la zona donde se encuentra el Ayuntamiento. No pudimos conocerlos en profundidad, por un lado no tuvimos tiempo, y por otro el clima no colaboraba, con una lluvia a veces intensa y desagradable para esta en la calle. 

Por la noche aprovechamos para cenar algo distinto, nos fuimos a un Vietnamita, "Pho Cardiff", en la Church Street. Cuando acabes de cenar, justo en la misma calle hay varios pubs donde tomarte una buena pinta. 













No hay comentarios:

Publicar un comentario