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EVORA

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Catedral de Évora
Nuestra primera parada de este viaje invernal, es la ciudad portuguesa de Evora, a pocos kilómetros de la frontera Española, y a una hora aproximadamente de Badajoz.

Evora, tiene una importancia histórica desde épocas romanas y existen importantes vestigios de esa época, aunque sin duda uno de los mas conocidos es el Templo Romano de Diana, junto a la catedral.


Llegamos a Evora a medio día y tras aparcar el coche con facilidad anduvimos y callejeamos unos minutos hasta que llegamos a una de nuestras primeras visitas, la catedral de Evora. Antes de entrar con más detalles de la catedral, quiero hacer una recomendación, que es visitar una tienda llamada "Aldeia da Terra", contiene una muestra impresionante de figuras de barro a distintos tamaños, en forma de cómics, y que representan escenas de todos los países, y que hacen las delicias de mayores y niños.

Entrando en más detalles, la catedral de Évora se llama Catedral de Sé, y recibe su nombre de las dos letras S y E, que en latín son la abreviatura de Sedes Episcopalis (el asiento del obispo); por lo tanto, la Sé de Evora es la sede del Obispo en Evora. El evento histórico más importante que tuvo lugar en la Sé fue la bendición de las banderas de la flota de Vasco de Gama antes de su famosa expedición a las Indias. 

Torre fortificada



Antes de entrar en materia, una recomendación. Cuando vayas a visitarla compres la entrada que te permite subir a la cubierta, y es que es una visión muy diferente la que tienes de una catedral desde la altura. Pasear por su tejado, tocar sus torres y campanarios y disfrutar desde la altura del claustro y de las vistas de Évora, bien valen los 2,50 euros que habrás de pagar.

La Catedral de Se, está dedicada a la Virgen María, se comenzó allá en torno a 1186 sobre una antigua mezquita. Llama la atención por ser una catedral fortificada, y es que Évora durante mucho tiempo fue frontera con los reinos musulmanes.

Claustro desde la cubierta
La catedral es diferente, ya que la mayoría de los edificios de estilo románico presentan una clara línea de simetría a lo largo del edificio. La Catedral de Évora tiene dos torres asimétricas: una torre termina en una espiral cónica de azulejos de color azul, y la otra es una torre fortificada con reloj y campanas.







Torreón fortificado y rosetón


Si el exterior es románico, el interior es gótico con planta de cruz latina, y llama sin duda la atención su gran rosetón.




Tumba del Obispo Don Pedro

Después de pasear un buen rato por la cubierta de la catedral, puedes bajar y pasear por el claustro, cada esquina del claustro se encuentra protegida por un evangelista, y en una capilla que sale del claustro encontramos la tumba del obispo fundador de la catedral, Don Pedro
.




Como decía antes, el interior de la Catedral, no es románico, sino gótico. Como curiosidad decir en el altar puede admirarse una poco frecuente representación de la Virgen en avanzado estado de gestación. Las imágenes y estatuas del embarazo de la Virgen María eran bastante comunes en la Europa Medieval, pero fueron erradicadas por decreto del Papa durante los últimos años del siglo XV. La estatua gótica de la Virgen embarazada es la única representación de este tipo que puede encontrarse en Portugal.





Templo de Diana

Dejamos la Catedral tras una hora de visita, con un gran sabor de boca. Junto a la catedral, nos encontramos con el famoso Templo de Diana, la diosa de la caza. Se mantiene en un gran estado de conservación gracias a que la estructura del templo fue incorporada a varios edificios durante la historia, como un castillo o un matadero. Del templo nos quedan 12 columnas corintias de piedra y los arquitrabes que las conectan.

Antes de continuar nuestra visita, nos vamos a comer, en un sitio que nos ha dejado huella, y es que comimos tan bien, que va a ser difícil de olvidar, así que queda recomendado a todos los que vayan por allí "Taberna Típica Quarta Feira". Si os decidís, es imprescindible llamar antes para reservar.

Después de degustar unos maravillosos manjares, nos dirigimos hasta la iglesia de San Francisco, que es donde se encuentra la Capilla de los Huesos, una de las visitas imprescindibles de Evora.

Praca do Giraldo


Durante el camino pasamos por la Praca do Giraldo, centro neurálgico y comercial de la ciudad. La praca do Giraldo tiene forma rectangular y está formada por casas blancas con soportales. En el centro se alza la fuente Henriquina, confeccionada a partir de un solo bloque de mármol. En un extremo de la plaza se sitúa la iglesia de San Antonio, dedicada, según una inscripción latina a San Antonio Abad.


Alcanzamos después de unos minutos la Iglesia de San Francisco, del XVI, de estilo gótico-manuelino. Antiguamente la Iglesia pertenecía a un antiguo y enorme convento, cuyos edificios principales han desaparecido, salvo un pedazo muy pequeño del claustro. 

Muchas veces los turistas pasan de largo pues solo se va a ver la capilla de los huesos, sin embargo merece la pena entrar. Su interior está repleto de altares ricamente elaborados, donde llama la atención el uso de los colores y el dorado. También, como veremos más adelante en muchas iglesias de Lisboa, las paredes se encuentran decoradas con azulejos, en este caso con motivos que evocan a San Francisco.



Entrada a la sacristía en la Iglesia de San Francisco















Sin embargo, lo que llama la atención es la Capela dos ossos (Capilla de los huesos), que se encuentra junto a la Iglesia de San Francisco, y que estaba junto al hoy desaparecido claustro del convento.

Entrada a la Capilla de los Huesos
Para entrar, has de pasar por taquilla, y la entrada te permite la entrada en la Capilla y al Museo episcopal de Evora. 

Antes de entrar en la Capilla, una leyenda te saluda diciendo "Nos ossos que aqui estamos pelos vossos esperamos", algo así como..."los huesos que aquí estamos a los vuestros esperamos"... Aterrador...


La capilla está formada por una nave principal y dos laterales y están cubiertas totalmente con los huesos y las calaveras de cinco mil personas . Su existencia se debe a que durante el siglo XVI, los cementerios de Evora estaban sumamente poblados, por lo que se exhumaron los huesos con el objetivo de hacer sitio para poder enterrar nuevos cadáveres. 


Los huesos se incorporaron respetuosamente al cemento y se alojaron en este lugar para ser venerados. La exhumación era algo habitual y aceptado por las creencias existentes durante el periodo. Para los monjes rezar en esta capilla era una forma de darse cuenta de la brevedad y sencillez de la vida, una forma de estar más cerca de Dios y menos de lo terrenal.





Tras la visita de la Capilla de los Huesos, dejamos Évora para dirigirnos a Lisboa, concluyendo por unanimidad que ha sido una grata sorpresa cultural y gastronómica... parada obligada en tu visita a Portugal.

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