OPCIONES

VILLA MELZI, BELLAGIO Y VARENNA

VILLA MELZI, BELLAGIO Y VARENNA

Mirador de Civenna

Hoy nos levantamos con la intención de recorrer el lado Este del Lago di Como, visitar las localidades de Bellagio y Varenna, y pasear por los jardines de unas de las Villas más destacadas del lago, la Villa Melzi. Nos ponemos en marcha con la intención de dirigirnos a Bellagio, ya que justo en esta localidad se encuentra la Villa, pensábamos ir por la carretera que atraviesa Nesso, pero el navegador nos lleva por la costa de Lenno. No nos viene mal el capricho del navegador, ya que tenemos la oportunidad de parar en uno de los miradores más bonitos del Lago, el Mirador de Civenna, a unos 20 minutos de Bellagio, y desde donde se pueden ver claramente de Mandello y Abbadia. 

Después de unos 25 minutos llegamos a Bellagio, pero nos quedamos a la entrada del pueblo, ya que al ser temprano es mejor hora para ver tranquilamente los jardines de la Villa Melzi. Hay aparcamiento en la misma calle de la Villa, pero es zona azul y bastante caro, pero hay pocas opciones. Si vas a visitar luego Bellagio y Varenna, es mejor que no muevas el coche, pues no merece la pena, ya que los pueblos se ponen luego imposible de turistas como nosotros.

En la Villa Melzi solo se pueden visitar los jardines, e incluye la entrada a la iglesia, y a los invernaderos, pero no al Palacio, que no es visitable. La entrada a los jardines cuesta 6,50 euros y los niños menores de 12 años no pagan. Está abierto de Marzo a Noviembre de 9,30 horas a 18.30 horas.

VILLA MELZI



La Villa melzi fue construida entre 1808 y 1810 por Francesco Melzi d'Eril, conde de Lodi y vicepresidente de la Primera República Italiana en la época de Napoleón, ciomo residencia de verano.


Se consturuyó en estilo neocláisco ya que el conde Melzi era partidario del Emperador, y todo gusto proveniente de Francia era admirado por el. Se puede ver claramente este estilo neoclasico en las columnas blancas que flanquean la villa y en las ventanas que realzan el estilo clásico de la casa cuando se mira desde el lago.

Jardín Japones
El parque fue encargado a Luigi Canonica , extendiéndose el jardín en pendiente desde el lago a un punto alto por encima de la villa, atravesada por multitud de senderos.

Nada mas entrar, lo primero que vemos a nuestra derecha es el parque japonés, con nenúfares, cedros y arces japoneses. 


Jardín Japonés





El paseo continua paralelo a la costa, y durante el mismo encuentras toda clase de arboles exóticos, uno de los que mas nos llaman la atención son las enormes Sequoia. Por el mismo recorrido encontramos adornados los jardines por estatuas de distintas partes del mundo, como la esfinge, el Tritón, el dignatario egipcio... 

Se intenta aportar elementos de todo el mundo clásico por todo el jardín.

Templete Morisco




Alcanzamos un templete, que en realidad es un quiosco de estilo morisco, con dos esculturas en su interior, la de Fernando de Habsburgo y María Ana de Saboya. 

Dentro del templete hay una balconada donde ver unas vistas maravillosas del lago, por ello todos los bancos de los alrededores están siempre muy demandados.


Vistas desde el templete morisco




A la salida del templete nos encontramos con una estatua, el monumento a Dante y Beatrice, de marmol blanco, que se resalta aun más gracias al verde de los jardines que la rodean.




Alcanzamos la Villa, y la terraza que da al lago. A diferencia de la Villa de Balbianello, el edificio en si no llama la atención, ya que su estilo neoclásico no es tan llamativo, sin embargo los exteriores si merecen la pena, en especial las vistas desde la balconada de la Villa, con la Fontana de la Ninfa que preside la vista del lago, repleta de nenúfares y peces.
Esta gran terraza que da al lago, y cuya zona central está dominada por el estanque, está adornada en todos los rincones por estatuas clásicas, entre ellos, leones egipcios, Atenea la Diosaa Griega, ...








Seguimos nuestro recorrido y nos dirigimos hacia la Capilla donde esta enterrada la familia Melzi, por el camino seguimos encontrando cosas curiosas como este barca de época o arboles traídos de todas las partes del mundo.



En la capilla, se encuentran los restos de los Condes de Melzi, tanto padre que murió joven, como el hijo. La capilla es realmente sencilla pero muy bonita, tanto la zona del altar, como los panteones de los Condes.





A la salida de la Capilla, entramos en el bosque de Bambú y desde allí por un sendero llegamos a una especie de Gran estancia, donde hay un Museo de la familia de Napoleón Bonaparte, y es que los Conde Melzi estuvieron políticamente muy unidos a Napoleón. De esta modo, encontramos la efigie del Emperador, flanqueado de sus dos esposas, Josefina de Beauharnais y María Luis de Habsburgo.

También encontramos todos los retratos de los hermanos de Napoleón, como el de José Napoleón, rey de España durante la invasión napoleónica.






BELLAGIO



Tras la visita a la Villa Melzi, vamos caminando hasta Bellagio, uno de los pueblos más conocidos del lago di Como. El pueblo esta situado justo en el vértice de dos las lenguas del lago, poe lo que ostenta un sitio privilegiado en el mismo. 

El pueblo se caracteriza por sus calles empinadas, sus hoteles de finales del XIX y principios del XX y que lo catalogaron como un destino turístico.






Piazza Giuseppe Mazzini

La visita de Bellagio comienza desde el embarcadero y nos adentramos en el pueblo paralela a la costa del Lago. Entramos en la calle principal, que en realidad es una Plaza, la Piazza Giuseppe Mazzini, heroe de la unificación italiana. Desde esta plaza, repleta de Hoteles y edificios señoriales, cuyos bajos están hoy en día lleno de tiendas, cafeterías y restaurantes, parten numerosas calles empinadas hacia la parte superior de la ciudad.





Andar por las calles que suben llega a ser complicado, pues es tal la cantidad de gente que suben y bajan que hasta agobia, no digamos ya parar en una tienda a mirar algo, pues te arriesgas a ser arrastrado por la marea humana. Los restaurantes que están en estas calles se las han ingeniado para colocar terrazas en las de por si ya estrechas calles, por lo que todo resulta aun más complicado.



Cuando por fin alcanzamos el final de estas calles que nos dirigen hacia la parte superior del pueblo, llegamos a la Piazza della Chiesa, donde como su nombre indica encontramos la Iglesia de San Giacomo, cuyo interior nos llama la atención por la sencillez que desprenden sus naves de estilo románico.





Volvemos a bajar hacia el embarcadero para coger el barco que nos llevará a Varenna. Antes pasamos por el Gran Hotel villa Sebelloni, un hotel de 5 estrellas, par un turismo de élite. Una vez en el embarcadero, una nueva lucha para comprar los billetes, porque la verdad es que nos parece un poco desorganizado. El coste del viaje es de 4,60 euros y dicho sea de paso, el coste merece la pena porque es desde el ferry desde donde disfrutamos de las mejores vistas de Bellagio, con la Villa Serbelloni en la cima de la montaña y más abajo la Iglesia y el resto del pueblo. 

Vista de Bellagio

Gran Hotel Villa Sebelloni


VARENNA

Cogemos el barco y en unos diez minutos alcanzamos el pueblo de Varenna, para mi uno de los más bonitos del Lago, tal vez fuera porque nuestro primer encuentro fue desde el propio lago, y su silueta se iba haciendo mas y mas clara y más y más bonita conforme nos acercábamos.
Varenna
El barco te deja en un extremo de Varena, por lo que hay que andar hasta la zona céntrica, sin embargo este paseo es sumamente agradable, pues las vistas son magnificas. Encontramos 




Conforme cogemos el sendero paralelo a la orilla, vemos mansiones, y calles estrechas y empinadas que se pierden en la montaña. 








Llegamos a la zona central del pueblo, donde hay una pequeña playa y donde la gente aprovecha para tomar un baño. La sensación de bañarse en un lago para los que vivimos junto al mar es muy extraña, cuando te pegas el chapuzón esperas encontrarte el sabor al agua salada, pero no... es agua dulce... Si además en vez de encontrarte en el horizonte el mar y el cielo te encuentras enormes montañas, la sensación es aun mas rara.
Aprovechamos para comer en esta zona de Varenna, pasta y pizza... nada del otro mundo... Tras el almuerzo seguimos caminando por la ribera del Lago y llegamos hasta el Hotel Royal Victoria, donde hay una pequeña playa y ahí aprovechamos para darnos un baño y refrescarnos, mientras desde el agua vemos la Villa Monastero y sus jardines.


Hotel Royal Victoria y su playa
Villa Monastero
Después del baño, todo te parece distinto, te quitas el calor, y la pesadez y cansancio del ir y venir de todo el día. Seguimos avanzando y llegamos a la Plaza San Giorgio, donde se encuentra la iglesia del mismo nombre, de estilo románico tanto en su exterior como en su interior, donde las tres naves están separadas por arcos de medio punto, y las paredes conservan aun las pinturas de la época medieval.



Al otro extremos de la Plaza encontramos una pequeña capilla, la capilla de San Giovanni Battista, pequeña, la más antigua de la ciudad, conserva los techos de madera y las pinturas originales sobre el altar.



Capilla de San Giovanni Battista


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