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LOURMARIN

 


LOURMARIN


Volvemos al coche y llegamos a Lourmarin en unos 15 minutos. Nos encontramos con muchos vehículos en comparación con los otros pueblos que habíamos visitados, y su razón no era otra que la celebración del mercado semanal, que tiene lugar todos los Viernes. El mercado, es muy amplio y ocupa todo el centro histórico de la localidad, está repleto de puestos de ropa, comida y productos gastronómicos provenzales, como quesos, miel, verduras... y también y como no...la lavanda, en todos sus usos, jabones, productos aromáticos etc... 

Para mi gusto pocos productos de artesanía, sin duda en L´Isle sur le Sorgue, donde encontramos otro mercadillo, es más idóneo si es lo que estás buscando.

Eso sí, la animación en este pequeño pueblo era enorme, sus calles estaban repletas, y el COVID parecía que nunca había existido, porque había mareas de gente entre sus puestos.

Mercado Provenzal

Este pueblo está repleto de tiendas de diseñadores, las galerías de pintura y escultura son muy numerosas, eso sí a precios prohibitivos... pero dignos de contemplarse. Nos dirigimos directamente hacia el castillo de Lourmarin. 


Castillo de Lourmarin
El castillo de Lourmarin fue construido a lo largo del siglo XIV y tras pasar por distintos propietarios, cayó en el abandono tras la revolución francesa. A comienzos del siglo XIX estaba prácticamente  en ruinas, hasta tal punto que iba a subastarse como cantera de piedra. 

Afortunadamente, un industrial de Lyon, llamado Robert Laurent, lo compró y destinó parte de su fortuna a su restauración.



Iglesia protestante de Lourmarin
Junto al castillo, encontramos la iglesia protestante, que en verano tiene que ser de postal, porque está rodeada de campos de lavanda. Cuando fuimos estaba cerrada, por lo que continuamos con nuestro paseo, por los puestos del mercado provenzal.



Uno de los placeres de Lourmarin es recorrer sus calles, aprovechar para comer en una de sus terrazas, o simplemente tomar un vino de la región mientras ves la gente pasar. Una cosa a tener en cuenta es la hora de almorzar... se comienza a las 12 de la mañana y a las 14 horas ya te será muy improbable encontrar sitio para comer, salvo en las pizzerias o lugares de comida rápida, inexistentes por otro lado en estos pequeños pueblos.

Iglesia de Saint André



Antes de marcharnos, nos adentramos en las callejuelas más escondidas de Lourmarin y llegamos hasta la Iglesia de Saint Andre, del siglo XI. Actualmente el templo conserva zonas románicas y góticas, en especial los arcos y la crucería, mientras que en su interior destaca la pila bautismal, con una columna invertida con un lobo, que representa el escudo de la familia Montauban, y que está en el escudo de Lourmarin.








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