OPCIONES

FEZ



FEZ

                                                                  Llegamos al anochecer a Fez nuestro primer día de viaje, por lo que poco más que localizar el Riad en el que nos alojábamos y salir a cenar a un restaurante cercano fue lo que pudimos hacer esa noche.  En Marruecos hay muchos sitios donde alojarse, pero yo os recomendaría los Riad. 



Un Riad es en realidad una casa palaciega que han convertido en Hotel, con habitaciones perfectamente decoradas, mobiliario de anticuario y un toque de otra época. Están situados en pleno centro de las ciudades, por lo que son perfectos para conocer el centro histórico, para poder pasear y volver al Hotel prescindiendo del coche. En Marruecos hay muchos y de diferentes precios, pero para que os hagáis una idea por 60 euros la noche podéis alojaros dos personas en un Riad equiparable a un Hotel de 4 estrellas en España.



Los Riad suelen tener las entradas por callejones, ya que las casas moriscas no tienen ventanas hacia la calle. De esta forma, las mujeres pueden estar tranquilas y sin que nadie fuera de la familia les pueda ver, pues fuera de la casa, ya sabéis que han de salir cubiertas. En su interior tienen una distribución muy similar a las antiguas casas andaluzas, dejando claro el paralelismo entre ambos del estrecho. La casa gira en torno a un patio central y alrededor de éste todas las habitaciones, en planta baja las cocinas y las salas de estar y las zonas superiores las habitaciones. Abunda la decoración floral en yeso, el azulejo y las maderas nobles... todo ricamente decorado para dar suntuosidad al lugar.

Si puedes alojarte en un Riad, no lo dudes, la experiencia merece la pena.

La jornada comienza temprano, después de un buen desayuno, muy completo, que tomamos en el Riad, nos acompañaban unas japonesas que sin dudan pensaban cómo los europeos podían comer tanto. Aprovechando que teníamos que comprar pilas, fuimos a una tienda que estaba justo frente al Riad, en seguida nos "asaltó" un guía para ofrecernos sus servicios. No somos muy de guías, pero sabiendo lo caótico que es Fez, y que por solo 10 euros se ofrecía a enseñarnos en español todo Fez durante medio día, decidimos cogerlo. La verdad es que, a pesar de que nos paraba cada vez que podía en tiendas para que compráramos (de las que con seguridad llevaba comisión), nos enseñó muchas cosas y nos ahorró mucho tiempo a la hora de situarnos en Fez. Si piensas que te orientas bien, en Fez encontrarás la horma de tu zapato.


Fez es la tercera ciudad de Marruecos, después de Casablanca y Rabat. Es una de las cuatro ciudades llamadas imperiales junto a Marrakech, Meknes y Rabat. En Marruecos está considerada como el centro religioso y cultural del país. La ciudad se divide en tres zonas, Fez el-Bali, la zona antigua, dentro de las murallas, Fès el-Jdid, la zona nueva, donde se encuentra la Mellah, el barrio judío, y la Ville Nouvelle (Villa Nueva), la zona francesa en el noroeste de la ciudad. Cuenta con calles laberínticas y la Medina de Fez el-Bali es de los mayores emplazamientos medievales que existen actualmente en el mundo, y las puertas y murallas que la rodean potencian su magnificencia.

Nuestra visita comenzó en el Fez el Bali, donde estaba situado nuestro Riad, y tras atravesar varias calles, llegamos junto a la Medersa Bou Inania. Tienes que pagar 10 Dinares y puedes entrar de De sábado a jueves: de 9:00 a 18:00 horas.

La Medersa Bou Inania, es una escuela coránica que a su vez se utilizaba como residencia para los estudiantes del Corán. Fue inaugurada en el año 1350 y continúa usándose hoy en día. Permite la entrada a los turistas, pero solo al patio central, por lo que no podremos ver ni las habitaciones de los estudiantes, ni las salas de oraciones.


Panorámica del Patio Central de la Medersa Bou Inania




El patio que podemos visitar es de forma cuadrada, y destacan las paredes talladas a mano con gran precisión sobre estuco y madera. La parte baja de las paredes se ve cubierta por pequeños azulejos que componen infinidad de motivos geométricos.

En la planta baja es fácilmente apreciable, además del patio central, los tres espacios principales que rodean a éste: la mezquita y dos salas para orar, una enfrente de la otra. Además de ello, en dicha planta se disponen otros espacios comunes de menor importancia, como por ejemplo los servicios.


En la segunda planta (que no se puede visitar) siguen conservándose, las habitaciones de los estudiantes. Todas estas habitaciones tienen una pequeña ventana que dan al patio a través de unos pequeños balcones.

Patio central de Bou Inania, con su fuente y las ventanas de las habitaciones de los estudiantes

Al contrario que en las otras medersas, la fuente de abluciones del patio aún se encuentra en funcionamiento para ser utilizada por los cientos de fieles que continúan acudiendo para la oración. El motivo de que siga en funcionamiento es simple, el río pasa por debajo por lo que puede alimentarse constantemente de éste. 

Desde el exterior, una de las características que más destacan es su torre que, al igual que el resto del tejado, se encuentra cubierta por brillantes azulejos verdes que reflejan la luz del sol durante las horas de sol.








Reloj de Agua (Dar al-mag



Justo a la salida de la Medersa de Bou Inania se puede ver el famoso reloj de agua, llamado Clepsidra de Dar al-Magana, hoy en desuso pues faltan varias piezas que se perdieron a lo largo de la historia y que ha sido imposible recuperar. El reloj de agua se construyó en el año 1357 y funcionaba gracias a un sistemas de canales y poleas que giraban hasta caer unas bolas de metal que marcaban las horas. Aún se pueden observar en la fachada las doce ventanas acabadas en arco, por las que seguramente aparecían autómatas, y las trece plataformas sobre las que apoyaban trece cuencos de bronce sobre los que caía la bola de metal. Diariamente un relojero colocaba las bolas de metal para que el sistema se reiniciase.


Tras la visita a la Medrasa nos dirigimos a través de las intrincadas calles de la mezquita hacia la Bab Chorfa. Recorrer las calles de la Medina es volver a la Edad Media, literalmente..., encontrarás puestos de todo tipo, comida, bebida, ropa, artículos inverosímiles, ... si piensas comer, ten en cuenta que la higiene brilla por su ausencia, así que tu mismo.


Uno de los puestos que me llamó mas la atención era uno que parecía una carnicería pero que en la pared situada al fondo del mismo estaba repleto de jaulas con gallinas. 

Cual fue mi sorpresa cuando tras la petición de un cliente, cogió una gallina y allí mismo la mató y la desplumó... No se puede negar que la carne era fresca....


Bab Chorfa


Por fin, y tras un buen rato sorteando viandantes por las estrechas calles de la Medina, llegamos a la Puerta de Chorfa, llamada también "Puerta de los Nobles". En realidad es la entrada al Kabash Nouar (Fortaleza de las flores). Fue construida en el año 1069, es decir tiene casi mil años. La puerta y toda la fortaleza han sido restaurados recientemente. Está decorada con grabados sobre toda su fachada y franqueada por dos torres


Desde la puerta de Chorfa puedes ver a tu izquierda la Puerta de Mahrouk que es una de las puertas de acceso desde la muralla exterior, muralla que rodea a todo el barrio de Fez el-Bali, y frente a ti una enorme plaza, Bou Jelaud, llena de tenderetes, donde se realizan las celebraciones de las fiestas de la ciudad.

Puerta de Bab Chorta desde la plaza Bou Jelaud 





A pocos pasos de allí, una de los lugares más fotografiados de Fez, La Bab Boujloud, conocida por todos como la Blue Gate o Puerta Azul. Realmente no es una puerta muy antigua, fue construida en el año 1913, pero su situación, justo en la entrada de la Medina, y su colorido hacen que sea un lugar pintoresco, una puerta a otra época, y por tanto un sitio que no puedes dejar de fotografiar.

Bab Boujloud
La puerta de Bab Boujloud destaca por la simetría de sus tres arcos de herradura, siendo el central de una altura y anchura mayor que los otros dos que son exactamente iguales. Los tres arcos se encuadran en una estructura casi cuadrada que se remata en su parte más alta con casi 20 almenas que recuerdan a las partes más altas de los castillos medievales. Destacan también los azulejos, de color azul (símbolo de Fez) en la parte exterior y verdes (símbolo del Islam) en la que da hacia la Medina.




Hasta aquí más o menos te orientas en Fez, pero tras unos diez minutos andando por sus estrechas callejuelas, terminas definitivamente perdido, ya que todas las calles te parecen iguales, tenderetes a diestro y siniestro, calles imposibles que parecen no tener fin y que se bifurcan sin cesar. Sin duda, no habríamos encontrado nada sin nuestro guía, o al menos hubiéramos necesitado tres días más.


No sabemos como, pero terminamos a los pies de otra de las puertas que dan acceso a la medina, si bien en la zona del barrio de los curtidores, la llamada Bab Rcif.



Bab Rcif

Visión de una curtiduría
Tras esto entramos en uno de los lugares más impresionantes de Fez, el barrio de los curtidores. Cuando lo ves por internet, preparando el viaje, piensas es algo en desuso y que es una atracción turística más. Cuando estas allí te das cuenta que que no es así, es un modo de vida a la que mucha gente ha de acogerse, aunque es verdad que a su alrededor han proliferado tiendas enormes de productos de cuero para turistas. Estas tiendas utilizan sus terrazas para que puedas ver las curtidurías, a cambio de ello tienes que pasar por toda y cada una de sus salas de ventas, donde ellos intentarán venderte cuanto puedan. Para los amantes de las compras, decir que hay maravillas, pero si esperas encontrar artículos regalados de precio, vas equivocado. Ah, y por supuesto, el eterno regateo...

Cubas de cal


Pudimos hacer dos visitas, la primera es la típica para turistas, y seguramente otro de los lugares que puedes encontrar sumamente fotografiados en cualquier sitio de la red, los pozos de Chouwar, el otro y que comentaré mas adelante fue mucho más particular, ya que era una curtiduría particular, mucho más pequeña y en la que no se suelen hacer visitas.

Secado de las pieles tintadas





El proceso es sencillo, primero las pieles brutas son llevadas a las curtidurías por burros, ya que a través de las calles de la Medina es imposible otro medio de transporte, se limpian de restos de animales y se meten en cal, con guano de paloma y orín de vaca. Esto se hace para darle suavidad a la piel. En las terrazas alrededor de las curtidurías se pueden ver numerosos palomares para usar el guano. Tras esto, otro nuevo repaso, retiran los restos de animales que pudiesen haber quedado, y se vuelven a sumergir en unas cubas con curtientes naturales. Tras este proceso, el pigmentado. Se introduce la piel en otras cubas con pigmentos de colores, cubas que encuentras dispersas por la curtiduría. Por ultimo el secado sobre las terrazas del edificio y ya solo queda que los artesanos les den forma.


Cubas de pigmentos

Seguimos andando por la Medina, paseamos por sus puestos, sus calles, sus mezquitas, que aunque no puedes entrar a verlas, si que puedes por los resquicios de las puertas tener una visión parcial de su interior, sus madrasas... La Medina de Fez no tiene fin, puedes estar recorriéndola días y cada día encuentras algo nuevo.






Como os indicaba antes, tuvimos la oportunidad de visitar otra de las curtidurías desde mucho mas cerca, la oportunidad la tuvimos de forma indirecta, ya que nuestro guía nos había llevado a otra de "sus" tiendas para poder ver desde el piso superior otra de las curtidurias. Como quiera que era tarde y no pensábamos comprar, los dueños de la tienda le dijeron que no podíamos subir (probablemente si hubiéramos comprado algo no habría sido tarde ni nada, pero la vida es así, puro interés...). Como le comenté al guía este hecho, creo que le tocó el amor propio, así que nos pidió que le diéramos 10 Dirham y nos llevó por unas calles y por mitad de unas casas y tras pago al dueño de la curtiduría, entramos directamente en la misma. Pudimos oler ese olor nauseabundo de las curtidurías, palpar lo que tiene que ser trabajar día a día allí, meterse en esas cubas llenas de cal, de guano, de pigmentos... Definitivamente vimos que para trabajar allí tienes que ser de otra pasta, o no tener otra alternativa, que creo es lo más probable.





Fuente y Museo Dar Batha





Ya estamos acabando nuestro recorrido por Fez el Bali, teniendo una última parada en la Fuente pública de la Medina, donde se encuentra situado un palacio hispano-árabe de finales del siglo XIX, donde se ubica el Museo Dar Batha que alberga una extensa colección de arte y objetos de artesanía tradicional marroquí.



En la Medina había mas de sesenta fuentes, ya que la gran mayoría de las casas no tenían agua, y las fuentes eran el único medio de satisfacer tal necesidad.
Tras este recorrido nos disponemos a comer en un restaurante cercana a la Puerta Azul, hay muchos y variados aunque lo mejor es que preguntéis en el mismo Riad y os recomendarán. La comida además de barata era sumamente sabrosa, así que si os gusta probar cosas del país donde vais, Marruecos es el lugar ideal.

Vistas de la Medina de Fez el Bali desde la Puerta Azul

Por la tarde ya nos dirigimos a otro de los barrios de Fez, Fès el-Jdid, donde queremos ver su Medina. En la Medina podemos destacar dos lugares: el Palacio Real, que os anticipo que no se puede visitar, y el Barrio Judío (Mellah), donde la arquitectura y sus mercados determinan la zona.

Boulevard Bou Ksissat


Lo más interesante de Fez el-Jdid es recorrer las calles principales del Mellah (especialmente el Boulevard Bou Ksissat) observando los balcones con vistas hacia la calle. 

Para la cultura musulmana, tener balcones a la calle es algo impensable, ya que como dije antes, todas las casas se orientan hacia el interior, sin apenas ventanas para proteger la privacidad de sus habitantes. También merece la pena destacar el mercado árabe, asentado en la calle Grande Rue de Fes el Jdid, y el mercado cubierto, al inicio de la misma calle.


Balcones en una casa del barrio de Mellah





Los judíos dentro de Fez vivían aislados en un “ghetto” particular, cosa que podría verse como discriminatoria, pero en realidad en el pasado los judíos preferían permanecer en el interior del recinto amurallado que rodeaba al palacio para disfrutar de la protección directa de los sultanes y no arriesgarse a los vaivenes político religiosos del pueblo contra ellos.




Del Palacio Real sólo se puede contemplar sus enormes puertas de latón, rodeadas de azulejos y madera de cedro tallada. Antes de contaros algo del palacio, debéis saber que hay zonas donde no se pueden hacer ni fotos del exterior ya que lo prohíben los guardas apostados en las puertas.

Palacio Real con sus 7 puertas doradas


El Palacio Real de Fez, construido en el siglo XIV, es uno de los más grandes y antiguos de Marruecos. Debido a su gran tamaño, el recinto se edificó fuera de la antigua medina por lo que, tras su construcción, surgió una nueva medina, Fez el-Jdid, para abastecer las necesidades de palacio. Lo que más impresiona son las siete puertas doradas que dan acceso al Palacio. Estas siete puertas representan los siete días de la semana y los siete niveles de la monarquía. Los azulejos de las puertas del palacio, son al igual que en la Puerta Azul, de colores azul y verde, azul por Fez y verde por el islam.

Palacio Real de Fez

Seguimos paseando por la Medina de Fez el Jdid, repleto también de tenderetes de todo tipo, aunque si lo comparamos con la antigua media de Fez El Bali no te hace retroceder tantos años, es más actual.



Tras pasear por la Medina, nada más relajante que pasear por algunos de los parques de Fez. En concreto nosotros lo hicimos por uno próximo al Palacio real, el Jardín Jnan Sbil un parque hermosísimo a escasos metros de la puerta azul, lleno de tranquilidad aunque repleto de gente paseando, jugando, tomando el sol... Un oasis en medio de la caótica Fez.

Jardín Jnan Sbil
Alminar de la Medersa Bou Inania



Y después de este agotador día, buscamos un sitio donde tomarnos tranquilamente un té mientras escuchábamos la llamada a la oración. Nos gustaba la zona cercana a la Medersa Bou Inania, y recordamos que habíamos visto una tetería justo al lado con muy buena pinta, se llama Cafe O´clock. El nombre de la tetería se debe a que está justo al lado del reloj de Agua, la Clepsidra de Dar al-Magana.



Cuando llegamos la realidad superó a nuestra imaginación, era una casa enorme, con una decoración llena de antigüedades, pero sobre la que destacaba su magnífica terraza que dominaba toda la Medina, junto al alminar de la Medersa de Bou Inania. 

Desde allí oíamos perfectamente la llamada a la oración, son momentos que no se olvidan.






No hay comentarios:

Publicar un comentario