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TEMPLO DE LUXOR

 TEMPLO DE LUXOR


Cuando llegamos al Templo de Luxor, ya ha anochecido, así que realizaremos la visita nocturna al Templo. A diferencia del Templo de Karnak, el Templo de Luxor está prácticamente en le centro de la localidad, asi que cuando llegamos al acceso se ve mucha animación por la zona, niños jugando a la pelota, familias conversando en la plaza aledaña... ahora bien, lo que no cambia es la enorme cantidad de visitantes, y es que la visita nocturna al Templo de Luxor es una de las visitas estrellas del crucero, asi que si te dan a oportunidad no dejes de hacerla.

Primer Pilono del Templo de  Luxor

El Templo de Luxor, fue construido por las dinastías XVIII y XIX, siendo sus principales impulsores Amenhotep III y Ramsés II, a los que pertenecen las áreas más antiguas. No obstante, se siguieron haciendo modificaciones y ampliaciones durante los siguientes reinados, e incluso en época Ptlomaica.

Nada más entrar al recinto nos encontramos con el primer pilono, con una altura de 21 metros, y que fue ordenado construir por Ramsés II. El pilono está presidido por dos estatuas de Ramsés II, sentado en su trono, a lo que se añaden otras cuatro estatuas de pie. Las estatuas en las que Ramsés está sentado están hechas de un solo bloque de granito, y no se han movido de ahí durante milenios, pero las que están de pie han tenido que ser parcialmente reconstruidas al haber sido dañadas durante los siglos precedentes. El pilono está decorado en su cara exterior con escenas de las batallas de Ramsés II, mientras que la cara interna tiene decoraciones y textos alusivos a su victoria contra los hititas en la batalla de Qadesh.

Obelisco de Ramsés II

Junto a estos seis colosos, se encontraban dos enormes obeliscos, de los cuales actualmente solo queda uno en pie. El otro se encuentra en la Plaza de la Concordia de París. Al menos uno de los obelisco se conserva en su emplazamiento original, ya que aunque los dos obeliscos fueron ofrecidos en 1830 a Carlos X de Francia por Mehemet Ali, solo el de la derecha fue derribado y transportado a Francia. El famoso Champollion fue quien eligió, por mandato del rey, el primero de los dos obeliscos. En agradecimiento, Luis Felipe I de Francia ofreció un reloj que vimos en la Mezquita de Alabastro en el Cairo, pero se estropeó en el camino y nunca funcionó. El segundo obelisco, que nunca salió de Egipto, fue oficialmente «devuelto» por Francia en 1981, al principio del primer mandato de François Mitterrand.


Cruzando el primer pilono, nos adentramos al Patio de Ramsés II, donde a un lado nos encontramos con un Santuario para las barcas sagradas, y al otro una columnata que lo rodea por ambos lados y donde se encuentran intercaladas enormes estatuas de Ramsés II. Podemos citar varias curiosidades, como el hecho de que Ramsés II usurpó algunas estatuas de Amenophis III, cambiando el cartucho real para asi apropiárselas, y es que como he dicho en alguna ocasión, Ramsés era una artista de la propaganda. Otra de las curiosidades es que sobre la columnata, a nuestra izquierda, se puede ver la Mezquita de Abu el Haggag, aun en funcionamiento, que fue construida en el siglo XI sobre los cimientos del templo, y es que en aquella época, la cota del suelo estaba a esa altura, pues el templo estaba enterrado bajo la arena.


Tras este Patio colosal de Ramsés entramos en la Columnata de Amenophis III (al que también podemos referirnos como Amenhotep III), aquí se observa como el Templo no se mantiene en una línea recta, sino que gira ligeramente. Esto es asi porque Ramsés inclinó hacia el este su patio para poder conservar la capilla de las tres barcas construida por Hatsepshut. La columnata está compuesta por catorce columnas papiriformes, que se supone podrían ser los inicios de una gran sala hipóstila que nunca llego a realizarse. Esta columnata no la llegó a ver terminada el propio Amenophis, ya que murió antes de su finalización, cosa que fue llevada a cabo por Tutankhamon y por Seti I. Los cartuchos de Tutankhamon fueron sustituidos por los de Horemheb, general que se proclamó faraón a la muerte de Ay, sucesor de famoso faraón. De hecho, a un lado de la columnata, hay dos estatuas sedentes, una de ellas pertenece al faraón niño, Tutankhamon y la otra a la Gran esposa real Anjesenamón.





Tras la columnata de Amenophis, nos encontramos con el Tercer Pilono y tras este una inmensa plaza columnada de Amenophis III, con dos filas de columnas papiriformes que rodean por completo el recinto. Son un total de 64 columnas, a las que hay que añadir otras 32 columna que delimitan el acceso a la zona de los santuarios

Plaza de Amenhotep III

Tras el gran patio hay una nueva sala de columnas, con dos salas laterales para las barcas de los dioses y un capilla romana, que se ve claramente por dos columnas romanas existentes.

Esta sala fue enlucida con un estuco de yeso, sobre el que pueden verse restos de las pinturas romanas que la decoraron, y bajo el cual se preservan todavía los relieves de Amenophis III. 

Tras esta sala entramos ya en las salas de los santuarios, entre ellos el de Alejandro Magno, y el del propio Amenophis. La de Alejandro es una sala dedicada a la triada de Dioses, Amon, Mut y Jonsu, y dende existe un cartucho grabado que en caracteres jeroglíficos pone "Alexander".

Más allá se sitúa el Sancta sanctorum de Amon Ra, con un gran pedestal de granito donde se situaba la estatua de Dios.

 






Tras la visita al Santuario, volvemos hacia la salida, volviendo a pasar por todas las salas y patios anteriores. Ahora es el momento de disfrutarlo ya que la afluencia ha bajado mucho, de hecho el recinto está próximo a cerrar.

Nuestra última imagen es para la avenida de las esfinges en dirección a Karnak... Volvemos al barco, mañana es otro día intenso, nos espera el Valle de los Reyes..








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