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CASTILLO DE USSE

CASTILLO DE USSE


Castillo de Ussé
El castillo de Ussé está localizado en la localidad de Rigny-Ussé, a unos 40 kms de la localidad de Tours. Veníamos de ver el castillo de Brissac y decidimos venir a este castillo porque habíamos leído sobre su belleza y por ser el castillo donde se inspiro Charle Perrault para escribir el famoso cuento de "La Bella Durmiente del Bosque".


El castillo de Ussé es propiedad del duque de Blacas, aunque el mobiliario actual, las obras de arte y las colecciones actuales, se deben a las numerosas familias que han poseído el castillo durante siglos, en especial porque gran parte del mobiliario fue subastado durante la revolución francesa.

El primer propietario conocido del señorío fue un vikingo, GELDUIN I, en el año 1004, quien construyó una fortaleza de madera en la zona. En el siglo XV, sobre las ruinas de este mismo fuerte, Juan V de Bueil (capián del Rey Carlos VII de Francia) comienza la construccion actual, pero habrá que esperar hasta siglo XVII para que Usse adopte la forma actual, un castillo de placer con una vasta perspectiva sobre el valle de los ríos Indre y Loira, terraszas y jardines a la francesa, diseñados por Le Notre, un famoso arquitecto autor también de los Jardines de Versailles.


Jardines del castillo de Ussé


El coste de la entrada es de 14 euros para ls adultos y de 4 euros para los niños. Su horario es de 10 a 18 horas en Invierno y hasta las 19 horas en verano. Podéis aparcar fácilmente frente al castillo, justo al borde del río.

La entrada al castillo, comienza con la parte más informal,  uno de los torreones contiene en cada una de las salas escenas del cuento de la bella durmiente, desde el comienzo del cuento hasta su desenlace. 





La exposición se muestras en las carias plantas que tiene el torreón, para acabar en la zona superior con un desván lleno de trastos como si llevasen siglos allí.


Tras visitar el torreón, nos dirigimos al propio palacio. El interior del palacio está ambientado con mobiliario del siglo XIX, de hecho muchas de las salas tienen maniquies vestidos con ropaje de ese siglo para dar ideas de como era el dia a dia de las familias en el castillo.

Escudo Heráldico de los Duques de Blacas




El  Duque de Blacas era amigo y consejero del Rey Luis XVIII y del Rey Carlos X, por lo que a lo largo de la visita del castillo se encuentran muchos obsequios regalados por los Reyes. En los mismos escudos y blasones de la Casa de los Duques se hace referencia a esta amistad, incorporando en la heráldica la flor de Lis.





Dentro del castillo destacan varias salas. En primer lugar la sala de la pequeña pieza, que contiene un cofre gótico del siglo V, siendo esta la pieza más antigua del castillo, con tapices flamencos del siglo XVII. Desde esta sala se accedía a La Cueva , que estaba escavada en la base del castillo, y se usaba como refugio en periodos duros o de guerras. Desde esta cueva se podía acceder a través de un pasadizo al bosque cercano de Chinon.







Otras de las salas destacadas es la Galería central, con su suelo ajedrezado y su colección de tapices flamencos. Justo en el centro un busto de Luis XIV el Rey Sol.

Galería Central


Bajo el reinado de Luis XIV, era un deber y una obligación para ciertos castillos tener siempre preparada una habitación para el Rey, así que además de la habitación llamada Cámara del Rey, encontrareis durante todo el recorrido muchas alusiones a este monarca.




Por último destacaría la Gran Escalera, un bellos ejemplo de escalera en rampo y en hierro forjado del siglo XVII, de inspiración italiana. Preside la escalera un retrato del Rey Luis XVIII.

La Gran Escalera


Iglesia del Castillo de Ussé

En la zona exterior del castillo, encontramos la Iglesia de la familia, mucho más grande que las iglesias de muchos pueblos. Dentro de ella está descrita la historia del castillo, haciendo mención especial a la época de la revolución francesa, donde el castillo paso a manos de los revolucionarios que quisieron subastarlo, vender sus muebles e incluso usar el castillo como cantera de piedras. 













Usar los edificios religiosos o de los nobles como canteras fue una practica muy habitual durante la Revolución francesa, tal y como ocurrió con la Abadía de Jumieges, de la que hablaré en otra entrada, y que es considerada la ruina más bella de Francia.



Afortunadamente una de las Duquesa de Blacas, consiguió ganarse a los revolucionarios y el castillo no fue subastado, quedando en propiedad del "pueblo de Francia", dilatándose su venta definitiva, hasta que llegó la restauración borbónica, época en que retornó la propiedad de los Duques de Blacas. Así que reconozcamos el hecho de que gracias a los Duques, este imponente castillo ha llegado hasta nuestros días.

Por último, visitamos las cuadras y las bodegas. En las cuadras encontramos una exposición de carruajes de distintas épocas, algunos usados incluso a comienzos del siglo XX. Por el contrario las bodegas se encuentran justo detrás de la iglesia, en un recinto subterraneo abovedado y ambientado, con botas, botellas e incluso paisanos pisando la uva,





Nos despedimos ya del Castillo de Ussé, un primer aperitivo de lo que nos quedaba por ver, que nos deja muy buen sabor de boca,.


Castillo de Ussé

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