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lunes, 13 de agosto de 2018

GUIMARAES

GUIMARAES


Una de las joyas de Norte de Portugal es la localidad de Guimaraes, cuyo centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2001.

Castillo de Guimaraes
Se atribuye la fundación de la ciudad a un noble, vasallo del rey de Asturias Alfonso III, Vimara Pérez, quien daría nombre a la ciudad, originalmente llamada Vimaranes. 

Posteriormente sus herederos fundaron un monasterio, luego el castillo y entorno a ellos se consolidó la población ya hoy conocida como Guimaraes.

Nuestra visita comienza por el Castillo de Guimaraes. Se construyó por orden de la condesa de Portugal Mumadosa Dias en el siglo XI para defender el monasterio que se había construido en las cercanías. Esta zona, era frontera con los territorios árabes y asolado por las invasiones vikingas. En el siglo XII llegaron a la zona el conde Enrique de Borgoña. quien es realizan ampliaciones en el castillo para convertirlo además de elemento defensivo, su vivienda residencial.

Aunque el castillo fue importante para la consolidación del reino portugués, con el tiempo acabó en el olvido y el abandono. No fue hasta el siglo XX cuando fue declarado Monumento Nacional y se restaura.

Castillo de Guimaraes















Se pueden visitar las murallas y en su torre del homenaje se encuentra un museo militar, asi que si vas justo de tiempo, un paseo por los alrededores es mas que suficiente.


Muy cerca se encuentra la Iglesia de San Miguel, que más que una iglesia es una capilla con una significación histórica muy relevante, pues cuenta la leyenda que fue aquí donde fue bautizado el primer rey de Portugal, D. Alfonso Henriques. Es de estilo románico y de pequeñas dimensiones, y hay que fijarse en el suelo, que está realizado de lapidas de sepultura de nobles portugueses vinculados con la formación de la nación portuguesa.


Iglesia de San Miguel do Castelo



A escasos metros de la Iglesia de San Miguel, encontramos otro de los lugares simbólicos de Guimaraes, el Palacio de los Duques de Guimaraes. La primera edificación data del siglo XV, mandada edificar por D. Alfonso, Duque de Braganza. El palacio tiene características de casa fortificada, donde destacan un buen numero de chimeneas cilíndricas. Su interior contiene un museo sobre las conquistas portuguesas americanas y africanas.


Junto a unos metros del Palacio de los Duques de Braganza, se encuentra el monumento a Alfonso Henriques, primer rey de Portugal. Fue en Guimaraes donde se enfrentaron las tropas que apoyaban a D. Alfonso a las tropas leonesas, consiguiendo la victoria y afianzando la independencia del entonces condado portugués.

Monumento a Alfonso Henriques

Desde alli nos vamos hacia el centro de la localidad, por la Rua das Trinas y la Rua Joao Lopes de Faira, llena de casas señoriales y rincones con encanto. Entre ellas el Largo dos Laranjais.

La Casa Laranjais, es una casa solariega barroca que data del siglo 14. Destacan las puertas de la fachada manuelina y la torre del siglo XVIII

Largo dos Laranjais



Praça de Sao Tiago
Aprovechamos para comer, cerca de la Plaza de Sao Tiago, verdadero centro neurálgico y turístico de la localidad. La plaza está llena de casas señoriales, y restaurantes repletas de terrazas. Según cuenta la tradición, una imagen de la Virgen de Santa María fue llevada a Guimarães por el apóstol S. Tiago, y colocada en un templo que pasó a llamarse Praça de Sao Tiago (Santiago).





Plaza de Sao Tiago

Comemos muy cerca de esta plaza, en el Histórico Papaboa, situado en el Largo de Misericordia, un buen restaurante con una fabulosa terraza interior.

En esta misma calle, y después de comer, encontramos la Iglesia de la Misericordia.


Largo de Misericordia



Iglesia de la Misericordia








Continuamos nuestro camino por la Rua de la Reina Doña María II, para llegar al Largo de Oliveira, donde se encuentran tres de los principales monumentos de Guimaraes, la Iglesia de Nuestra Señora de Oliveira, el Monumento al Salado y el Antiguo Palacio del Consejo.

La Iglesia de nuestra Señora de Oliveira fue fundada por Alfonso Henriques, y reedificada en 1388 por Juan I en agradecimiento a la Virgen por su victoria en la batalla de Aljubarrota. La nueva iglesia, cuyo arquitecto fue el toledano Juan García, ocupó parte del claustro y fue necesario demoler una de sus galerías. La torre manuelina, que data del año 1515, fue mandada a construir por Pedro Esteves Cogominho, un caballero de la casa de los duque de Braganza. 

El origen de esta iglesia se remonta al monasterio que fundó la condesa Mumadosa Dias, en el año 950 y para cuya protección se construyó el castillo. En su testamento donó todos sus bienes a este monasterio. Tal fue la importancia de este monasterio que no respondía ante la autoridad del arzobispo de Braga, sino exclusivamente de la Santa Sede, lo que originó graves conflictos Iglesia estado.





Otro de los monumentos que podemos encontrar en el Largo de Oliveira es el Monumento al Salado, de estilo gótico, que conmemora la Batalla del Salado, en la que las tropas portuguesas y castellanas derrotaron a los benimerines procedente de Marruecos en las cercanías de Tarifa (Cadiz) en el año 1340. El monumento está justo enfrente del pórtico de la Iglesia de Nuestra Señora.


Monumento al Salado
El último monumento que encontramos en el Largo de Oliveira es la Antigua Casa del Consejo, un edificio amurallado del siglo XIV con unos bajos sobre arcos que comunican con la Plaça Sao Tiago. Actualmente el edificio contiene un museo de arte moderno.


Antigua Casa del Consejo


Volvemos ya sobre nuestros pasos hacia el Castillo, y pasamos por delante del Convento del Carmen. del año 1685, de estilo barroco. El convento fue dedicado a Santa Teresa, aunque a comienzos del año 1700, una bula papal autorizó a las recogidas de Santa Teresa a tomar el velo de religiosas carmelitas descalzas, pero como el altar mayor estaba ocupado por la imagen de Nuestra Señora del Carmen, que era muy venerada el nombre quedó como Convento del Carmen.

Convento del Carmen

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