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martes, 24 de diciembre de 2019

BATH


BATH

Llegamos a Bath a media mañana, justo antes de la hora de comer, así que disponemos de toda la tarde para dar un paseo por Bath, una de las ciudades más bonitas de Inglaterra.



Los primeros indicios de Bath provienen de las leyendas, entorno a un legendario Rey que como agradecimiento a la superación de la enfermedad de la lepra, edificó un templo en honor a la dios Silus junto a un manantial. Sea o no cierta la leyenda, lo que no es menos cierto es que en época romana la ciudad se llamaba Aqua Sulis, señal de que el agua estaba muy presenta en época romana. De esta época es uno de los mayores atractivos de la ciudad, los antiguos Baños Romanos de Bath.


Pero Bath no es solo romana, también tiene un pasado medieval y sobre todo georgiano. Y es que, por un lado, estuvo muy vinculada a la iglesia católica, siendo sede del Obispado de Bath y Wells, razón por la que se edificó su maravillosa Abadía. También mantuvo durante todos los pasados siglos, su identidad como ciudad residencial gracias a los saludables beneficios de sus manantiales de agua, convirtiéndose de esta forma en lugar de vacaciones y recreo de la clase aristocrática del país, y de ello derivan las grandes construcciones de estilo georgiano. Por cierto, se denomina estilo georgiano, porque estas construcciones se hicieron en una época en la que se sucedieron hasta cuatro reyes ingleses llamados George, los monarcas Jorge I, II, III y IV que gobernaron sucesivamente desde 1714 hasta 1830.

Hoy en día es una ciudad de referencia en el suroeste de Inglaterra, con su propia Universidad, y es un centro de relevancia turística y comercial.


Bath Abbey
Bath tiene muchas cosas que ver, pero si lo que dispones de un día o día y medio y quieres disfrutar de la ciudad, además de ver sus monumentos, probablemente tengas que seleccionar lo que quieres ver. Lo más recomendable es que estés a primera hora de la mañana, podrás aprovechar más el día ya que muchos monumentos cierran a las 16 horas, especialmente en Invierno, que anochece muy pronto. He estado dos veces en Bath, una en verano y otra en Invierno, y en ambos casos tiene su encanto. En Verano, podrás disfrutar de sus parques y jardines, disfrutarás de más horas de sol, pero también tendrás que moverte entre un enjambre de turistas. En Invierno, si vas en Diciembre, encontrarás un clima lluvioso y menos horas de luz, pero disfrutarás de su Mercado de Navidad y del sabor de una buena cerveza en un pub... Para gusto, colores...

Nosotros llegamos a media mañana, y tras aparcar el coche, cosa que en Bath es difícil, nos dispusimos a ver lo más relevante de esta fabulosa ciudad. Antes que nada decir que para aparcar tienes dos opciones, o bien un parking, bastantes caros por cierto, o bien en la calle, pero ten en cuenta que es zona azul y es de pago (aunque más barato). En ese caso hay una sencilla aplicación de móvil para que no tengas que estar yendo y viniendo al coche al ponerle el ticket. Si te decides a aparcar, pon tu navegador hacia la zona del Royal Crescent, donde es más facil encontrar aparcamiento y no estarás lejos del centro.

ROYAL CRESCENT

Pues lo dicho, dejamos el coche cerca del Royal Crescent, un espectacular edificio en forma de media luna, uno de los símbolos de Bath. Los edificios en Bath están hechos todos de piedra local de color dorado y datan de entre los siglos XVII y XIX. Aunque se pueda pensar que estos enormes edificios como  el Royal Crescent o El Circus, estaban pensados para residencias aristocráticas u hoteles, lo cierto es que su propósito inicial era bien distinto. En realidad la mayor parte eran casas de alojamiento, donde los visitantes podían alquilar una habitación o incluso un piso entero durante su estancia en Bath, y era atendido por los sirvientes comunales de la casa. Algo parecido a un Bed and Breakfast del siglo XVIII, pero de larga estancia.


Royal Crescent
El Royal Crescent, fue construido entre 1767 y 1774 y diseñado por John Wood el Joven. Wood diseñó la gran fachada curva de lo que parecen ser unas 30 casas de tres alturas, con columnas jónicas. Pero ahora viene lo curioso, cada comprador compró una cierta longitud de la fachada, y luego empleó a su propio arquitecto para construir el interior y la distribución de la casa con sus propias especificaciones. Así que aunque se pueda pensar que todas las casas son iguales en realidad no es así, lo que parecen ser dos casas es en algunos casos solo una.



Hoy en día el edificio, además de por casas particulares, contiene un Hotel y un Museo, el "Nº1 Royal Crescent", donde si estás interesado en la historia, podrás ver la decoracion interior de una casa victoriana.

Un consejo, si queréis hacer una buena foto, hay una gran pradera frente al Royal Crescent, atravesadla y alejaros un poco para tener una buena perspectiva del edificio


THE CIRCUS

Desde el Royal Crescent, bajamos por la Brock Street y nos encontramos con otro de los edificios de estilo georgiano, imprescindibles de Bath, The Circus. 

The Circus

The Circus, es un complejo circular de casas residenciales, todas ellas iguales en fachada, divididas también en tres plantas, ocupando la zona central un amplio parque con un gran platanero.

A estas alturas, os preguntaréis que manía tenían en esa época en rememorar tiempos clásicos, pero es que el arquitecto principal en Bath de la época, John Wood el Viejo (padre del diseñador del Royal Crescent, John Wood el joven), quería recrear en Bath la arquitectura clásica paladiana en toda la ciudad, de hecho llego a diseñar un Foro Romano que nunca llegó a realizarse.

John Wood el Viejo, diseñó este edificio aunque nunca lo vio terminado, ya que murió tres meses después de ponerse la primera piedra, terminándolo su hijo John Wood el Joven. El edificio de forma circular está dividido en tres cuerpos, cada uno de ellos con una calle de acceso equidistante. Durante la II guerra mundial, y tras un bombardeo alemán algunas casas fueron dañadas, pero se reconstruyeron tras la contienda.




Tras el Circus, bajamos por la Gay Street y pasamos por delante del Museo de Jane Austen, la famosa escritora de novelas como " Orgullo y prejuicio" o "sentido y sensibilidad", donde un Señor con sobrero de copa y vestido de época nos saluda e invita a pasar. Declinamos la oferta y nos vamos a comer, a un pub recomendado y que nos cogía cerca, The Salamander, en la calle John Street. Un sitio con mucho ambiente donde tomar una buena cerveza y una buena comida a un precio asequible. 

Tras la comida, nos damos cuenta que estamos ya en el centro, y empezamos a ver todos los puestos del mercado de Navidad, que por cierto es enorme, y baja por toda la Union Street, pasando por todos los lugares famosos de Bath, como las termas romanas o la propia Abadía.

Tras pasear por la Union Street y todos los puestos del mercadillo de Navidad, nos encontramos con la fachada de la Abadía.

BATH ABBEY

Bath Abbey
La Abadía de Bath la podréis encontrar en Abbey Churchyard, una pequeña plaza junto a las Termas Romanas. En Navidad un gran arbol la preside, mientras que en Verano esta llena de terrazas. Una multitud de gente se aglutina escuchando villancicos en torno al arbol, mientras que otros disfrutan de un té, en el restaurante The Pump Room, con vistas a la plaza y con pinta de ser bastante caro. 



La Abadía de Bath, dedicada a San Pedro, fue una Abadía benedictina antes de convertirse en iglesia parroquial. Fue construida en el siglo VII, destruida y reconstruida durante los siglos siguientes, hasta que el siglo XIX se renovó al gusto victoriano de la época.

Tiene planta cruciforme, y su interior, como todos los templos ingleses está repleto de túmulos de personas notables de la ciudad.

La entrada es de pago y tienes acceso a un museo interior. Dada la hora en que llegamos y puesto que teníamos más ganas de mezclarnos en el ambiente del mercado navideño que del acogimiento religioso, declinamos la entrada y sumergirnos en el ambiente de la ciudad.



Justo al lado de la ciudad, a la espalda de los baños romanos se encuenta una plaza, llamada Kingston Parade, donde se aglutinan una gran cantidad de puestos de comida y bebida.

BAÑOS ROMANOS


Termas Romanas de Bath
Como decía, los orígenes de la ciudad de Bath están ligado a sus manantiales, cosa que supieron aprovechar lso romanos y las generaciones siguientes. Los primeros nos dejaron para la posteridad los famosos baños romanos de Bath.

Los baños propiamente dichos, se encuentran bajo el nivel de la calle, siendo los edificios que lo cubren y rodean, de estilo neoclásico los que están por encima de ese nivel. Fueron varios los arquitectos que modificaron el lugar, anexando edificios de estilo victoriano para diversos usos. En su interior puedes ver un Museo con los restos romanos encontrados

La entrada cuesta 22,50 libras, a mi juicio algo caro para lo que hay que ver, en especial si lo comparas con lo que cuestan las entradas a Pompeya o Jerash, verdaderos sitios donde trasladarse al mundo romano.

THE PULTNEY BRIDGE

Pultney Bridge
Una vez damos una vuelta por los puestos del mercado navideño, nos dirigimos a un lugar con unas vistas impresionantes, los Parade Gardens, justo detrás de la Abadía de Bath. Desde aqui encontramos unas maravillosas vistas del río Avon cuando atraviesa el famoso Pultney Bridge.


El Putney Bridge fue diseñado por Robert Adam y fue finalizado en 1773. Es uno de los únicamente cinco puentes habitados existentes en el mundo, con tiendas a lo largo de ambas márgenes, como una floristería, una tienda de antigüedades, y un bar de zumos. 


El arquitecto se basó en los modelos del Ponte Rialto de Venecia y  el Ponte Veccio de Florencia. y aunque su fachada desde los Parades Garden son armoniosas y delicadas, las distintas reformas de los comerciantes hicieron que a través de los siglos su parte trasera quedase deslucida. 

Te recomiendo que llegues al puente, veras el tráfico rodado en su interior y las tiendas a ambos lados, y puedes tomarte un helado o un zumo viendo como discurre el río Avon por esta maravillosa ciudad.

Pasamos el resto de la tarde paseando por Bath, eso sí ten en cuenta que las tiendas y el mercado navideño cierran a las 18 horas, por lo que con el frío y lluevia que suele hacer en Invierno es hora de refugiarse y tomar un té o un chocolate caliente.

Dejamos Bath y nos dirigimos a nuestro hospedaje, The Northey Arms, un buen lugar donde dormir y donde cenar junto a una chimenea, respirando el ambiente británico, limpio, bien de precio y a muy pocos kilómetros de Bath.

MIRADOR DE ALEXANDRA PARK

Al día siguiente ponemos rumbo a Wells, no sin antes hacer una parada en el Alexandra Park, a las afueras de Bath, sobre una loma que domina la ciudad. El parque es muy extenso, pero los miradores están hacia el lado norte, fáciles de encontrar. Las vistas son sencillamente maravillosas. Desde aqui podemos ver perfectamente la disposición de la ciudad, el Rotal Crescent, The Circus, La Abadía y los Baños romanos. Merece la pena desviarnos un poco de la ruta y subir a este mirador,... no tiene desperdicio.





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