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ASIHLA



ASIHLA


Última etapa de nuestro viaje, salimos por la mañana de Meknes y nos dirigimos a Asihla, donde queremos aprovechar la mañana antes de coger nuevamente el barco por la tarde en Tánger. Desde Meknes a Asihla hay unos 300 kilómetros, es decir llegas en unas tres horas. Si vas con tiempo tal vez te merezca la pena parar en Rabat, pero para nosotros era imposible, así que preferimos recorrer temprano el camino y disfrutar de una visita tranquila de Asihla.

Asihla

Asihla, o Arcila es una ciudad situada en la costa oeste de Marruecos, a unos 50 kilómetros al sur de Tánger. Tiene un fácil acceso por carretera gracias a la autovía que recorre el país de norte a sur. Su historia es un cambio casi constante de soberanía, ya que si bien desde el siglo VIII perteneció a los reinos musulmanes que la conquistaron en el año 712, a partir de 1471 paso a poder de los portugueses y posteriormente a los españoles. En el último siglo, a pesar de pertenecer al reino de marruecos, fue zona del protectorado español hasta la independencia del país.


Destacan sus casas blancas y estrechas callejuelas, que te hacen recordar ciudades como Zahara, Arcos y otros pueblos de la sierra gaditana, por lo que salvo por el entorno y la gente no te parece que hayas cruzado el estrecho. Las ventanas con sus verjas de hierro forjado no nos permiten olvidar que durante la época del protectorado fue territorio español.

Torre de Al-Kamra
Las murallas portuguesas que rodean el casco antiguo contrastan con sus casas blancas y la convierten en un destino muy popular, sobre todo en verano. La Medina sigue siendo una de las más bellas y coquetas de todo Marruecos, siendo así un lugar perfecto y disfrutar de un agradable paseo a lo largo de la costa atlántica o de un buen almuerzo con pescado fresco y marisco.


La entrada al caso histórico la haces por la Avenida Imam Abssili, donde encontrarás una de las puertas de la muralla de origen portugués (construida por Alfonso V de Portugal en el siglo XV) que rodea toda la ciudad. Justo antes de acceder al interior, puedes visitar la Bab Homar, o Puerta Tierra abierta, donde aún se puede ver el antiguo escudo de Portugal.



Pero volvamos a la entrada que da acceso al interior del caso histórico. Por esta puerta accedes a una larga calle peatonal con casas blancas a uno y otro lado con algunas pequeñas tiendas en su recorrido. Al final de esta calle encuentras una de las primeras paradas de tu visita, la plaza Ibn Kaldhoun, donde se encuentra la antigua torre portuguesa de Al- Kamra que da acceso a otra de las puertas de la muralla, la Puerta del Mar.

Una vez accedas a la Medina, encontrarás calles estrechas, de un color blanco inmaculado, repleto de tiendas, pero a diferencia de Fez o Meknes, estas tiendas tienen un tinte más europeo, con una higiene cuidada, artesanía de calidad, decoración... Nos llevamos un muy buen sabor de boca. Se suceden también las casas de color blanco y azul, o blanco y verde...

Otra de las cosas que no debes perderte en Asihla son las vistas que tienes desde las murallas de la ciudad, el azul intenso se realza con las casa blancas, los torreones y el color de la piedra de las murallas. Pasear se convierte en un delicia.







Tras callejear por sus calles y deleitarnos con los rincones de esta preciosa ciudad, llegamos a el mausoleo de Sidi Ahmed El Mansur, rey que reconquistó la ciudad tras la Batalla de los Tres Reyes. Esta batalla enfrentó a los portugueses con los marroquíes y falleció el rey de Portugal Don Sebastián, lo que facilitó el acceso de Felipe II de España a la corona portuguesa, uniendo de esta forma las dos coronas ibéricas.



Mausoleo de Sidi Ahmed El Mansur


Vistas desde el mirador de Kri
Desde allí, y para terminar con nuestras visita, vamos a uno de los lugares más interesantes de la medina que es el mirador de Ceraquia (también llamado Krikia) pues, desde aquí se pueden apreciar las más bellas vistas de la ciudad. No hay lugar mejor para ver el atardecer o amanecer sobre el océano atlántico, haciendo un bello contraste con las antiguas murallas portuguesas y la cúpula verde de la tumba de Sidi Ahemd Mansour.





Playa de Asihla con la muralla portuguesa.



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