OPCIONES

EGUISHEIM

EGUISHEIM


Nuestras primera parada tras dejar Alemania y entrar en la Alsacia, es el pequeño pueblo de Eguisheim, una de las joyas de la corona de Alsacia, un pueblo anclado en el medievo con rincones mágicos. Está situado a unos 5 kms de Colmar, por lo que si decidís hacer noche en Colmar, es una visita imprescindible.

Esta zona de la Alsacia es eminentemente vinícola, encontraréis gran cantidad de bodegas donde comprar vino alsaciano, normalmente blancos secos. La ruta por los pueblos entorno a Colmar, Turckheim, Eguisheim, Riquewihr, y Kaysersberg es la llamada Ruta de los Vinos.

Si nos disponemos a visitar Eguisheim lo primero que tenemos que tener en cuenta es que es un lugar muy visitado por turistas de todos los países, nos encontramos allí a alemanes, franceses, belgas y como no, españoles... No es recomendable las horas del mediodía por la cantidad de turistas que encontraréis, y si tenéis pensado comer allí, tenéis que reservar con anterioridad, en la mayoría de los restaurantes una vez completos cierran la puerta, y es complicado poder comer.
 
 
La particularidad de este pequeño pueblo es su estructura concéntrica, ya que las mismas casas actuaban como muralla ante los invasores . Antiguamente esta estructura rodeaba un castillo del siglo VIII del que ya no quedan restos. 

Nada mas entrar entramos en el pueblo tenemos un letrero que nos indica la ruta recomendada para visitar el mismo, es una ruta circular, que termina en la plaza central del pueblo, por lo que en verdad es la mas acertada.
 
Plano de Eguisheim
 

A través de las calles vamos viendo pequeñas casas de entramados de madera, combinando distintos colores a lo largo de las calles. Algunas de estas casas ejercen de vértice de bifurcación entre distintas callejuelas y quedan suspendidas en pequeños pilares.
 





 




En algunas de estas casas con entramados de madera, podemos leer sobre las ventanas o balcones principales, pequeñas inscripciones, que recuerdan el pasado germano de estas tierras. 

Las inscripciones que aun se conservan están escrita en alemán antiguo, ya que estas casas datan del siglo XVII y XVIII, y normalmente indican motivos religiosos.









 






Continuamos callejeando por Eguisheim, por sus calles adoquinadas, contemplando pequeñas casas, pero también grandes mansiones, que indicaban el poder adquisitivo de sus propietarios. Todas se hayan perfectamente conservadas, y si bien en Invierno no tienen la vistosidad que tendrán en verano con sus flores por doquier, imaginamos lo que debe ser en esta estación este pequeño pueblo con riadas y riadas de turistas. Al menos el Invierno, con el frío te permite ver las cosas con algo de tranquilidad.












Se suceden las casas en una calle circular que parece no tener fin, así que a mitad de camino aprovechamos para beber nuestro vino  caliente y los dulces típicos del lugar. Es curioso que estando tan cerca de Alemania y conservando las mismas tradiciones, el Glühwein y el Mercado de Navidad, los sabores son distintos, ni el vino sabe igual, ni el ambiente es el mismo. Es una opinión personal, por supuesto, pero después de vivir los mercadillos de navidad en Francia y Alemania, creo que hay una gran diferencia, en Francia apuestan por el adorno, pero el mercadillo es eminentemente comercial. En Alemania sin embargo, el mercado combina lo comercial con la tradición de quedar con los amigos para tomar un vino caliente, cenar, charlar, es más una costumbre cultural, y no un lugar comercial.

                    

 



En la misma calle circular, vemos una de las bodegas, hay que recordar que estamos en plena ruta del Vino Alsaciano. En las bodegas puedes entrar gratuitamente, degustar los distintos tipos de vino y finalmente...comprarlos... al final nadie se libra.

               


Plaza de San León IX

Terminando la calle circular y llegamos a la Plaza Principal del Pueblo, llamada Plaza de San León... ¿Pero quien fue este hombre? Nos referimos al Papa San León IX, nacido en Eguisheim.  Este papa, de nombre Hugo nació aquí en el 1002 y era hijo del Conde de Alsacia. Como era costumbre en la edad media, uno de los hijos no primogénitos era colocado en la Iglesia, no de párroco claro está, sino de obispo o cardenal. Hugo fue obispo de Toul a los 24 años, y en el año 1048, a los 47 años fue nombrado Papa, en una decisión del Emperador. Hay que decir que en la edad Media las elecciones de los papas eran políticas y no siempre canónicas. Fue un papa muy reformista, que lucho contra la simonía (uso de los beneficios de la religión con fines económicos) y contra el matrimonio de los sacerdotes, aunque en su contra cuenta que durante su pontificado se consumo el cisma de la iglesia ortodoxa de oriente.





 



En la plaza encontramos el Mercadillo de navidad, muy modesto, pero repleto de gente, casi todos turistas. 

 


Desde la plaza se puede ver claramente los restos de la muralla del antiguo castillo del siglo VIII, sobre el que está la capilla dedicada al papa León IX. La capilla, que está en la cima del promontorio sobre la que estaba el castillo, es muy pequeña pero no exenta de encanto y belleza. Las vistas desde este promontorio de la Plaza son también de destacar.


A la izquierda Capilla de León IX con los restos de la muralla del castillo


                            

Fachada de la Iglesia de Eguisheim

 

Nos dirigimos ahora hacia la Iglesia de Eguisheim, del siglo XIX, conserva no obstante algunas zonas de estilo románico heredados de la iglesia que existía en la antigüedad.

Su interior es muy sencillo,  lejos del estilo de las grandes catedrales que hemos visto en Freiburg en días anteriores. Tras la caminata y el frío extremo del exterior, se agradece un poco de tranquilidad y de calor, así que aprovechamos unos minutos para recuperar energías.



           
Interior de la Iglesia
Tras recuperar energías, nos decidimos a buscar un sitio donde almorzar, tarea harto difícil, y que no conseguimos por mucho que preguntamos en los numerosos restaurantes, pues estaban todos completos, así que tuvimos que comer en nuestro próximo destino, Riquewihr.

De cualquier modo el paseo hasta el coche nos permitió seguir admirando el pequeño pueblo de Eguisheim, sus casas entramadas y sus rincones llenos de encanto no se nos olvidarán.






















No hay comentarios:

Publicar un comentario