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jueves, 20 de septiembre de 2018

MONASTERIO DE BATALHA



MONASTERIO DE BATALHA

El monasterio de Batalha, se encuentra en l localidad de Batalha, a una hora y media aproximadamente de Lisboa.                                                        Fue mandada construir por el rey portugués Juan I, en agradecimiento por la victoria en la Batalla de Aljubarrota que enfrentó a castellanos y portugueses en el año 1.385.


El monasterio representaba el símbolo de la independencia de portuguesa, y símbolo de legitimación de la dinastia AVIS, que se iniciaba con Juan I.

El monasterio tardó dos siglos en ser construido, empezándose en 1386 y terminándose en 1517, durante el reinado de casi siete reyes.

En un principio el rey Juan I, entregó el monasterio a la orden de los dominicos, estableciendo esta orden una escuela de estudios teológicos hasta la expulsión de las ordenes monásticas en el siglo XIX.


El primer arquitecto fue el portugués Alfonso Domingues quien se encargó de la obra hasta 1402. Él fue quién diseñó la planta y muchas de las estructuras en la iglesia y el claustro son responsabilidad suya. Su estilo era, básicamente, gótico.

El trabajo de Domingues fue continuado por el español Huguet desde 1402 hasta el año 1438. Este arquitecto, introdujo el gótico flamígero. Éste se manifiesta en la fachada principal, en la cúpula de la sala capitular, en la Capela do Fundador (Capilla del Fundador), en la estructura básica de las Capelas Imperfeitas (Capillas Inacabadas) y en las naves septentrional y oriental del claustro principal. Huguet murió antes de poder acabar las Capillas Imperfeitas.

Fachada del Monasterio de Batalha

Se suceden distintos arquitectos en los siguientes años, añadiendo distintas dependencias. Cabe destacar en arquitecto Mateus Fernandes que es quien añade el estilo manuelino que tanto llama la atención en la fachada de la Iglesia. Durante algunos años la construcción se paralizó y no fue hasta el reinado de Juan III cuando se reanudaron las obras con la incorporación de la tribuna de estilo renacentista. Desgraciadamente, tras esta ultima obra, se vuelve a interrumpir la construcción, pues el rey Manuel I dedicó todos sus esfuerzos en la construcción del Monasterio de los Jerónimos.

El Monastario sufrió grandes daños durante el terremoto de Lisboa y años más tarde por la invasión de la tropas napoleónicas, quedando prácticamente en el abandono. No fue hasta el siglo XIX, cuando el Rey Fernando I comenzó con las obras de restauración, realizándose varias modificaciones en la planta del edificio, que culminan con el aspecto que tiene en nuestros días.

La entrada al monasterio se realiza por la puerta principal de la Iglesia. La puerta principal fue concebida por el maestro Huguet y posee una gran riqueza iconográfica. En las jambas (pilares) existentes alrededor de la puerta, los apóstoles conducen a Cristo, y en el tímpano (zona sobre la puerta), Cristo está rodeado de los cuatro evangelistas mientras que el las arquivoltas Arcos alrededor de la puerta) se suceden vírgenes, mártires y santos de la Iglesia








Nave central
Una vez traspasamos la puerta principal nos encontramos con la nave central de la Iglesia. a la izquierda encontraras las taquillas y a la derecha la llamada Capilla del Fundador. La nave central es impresionante, tiene una elevación de 32,5 metros, acentuada por las inmensas columnas que forman un muro visual continuo y provocan que la nave aun parezca mas alta.

Justo a la derecha de la entrada se encuentra como dije antes la Capilla del Fundador. Esta capilla fue pensada por el rey Joao I como Panteón de su dinastía y le fue encargada al maestro Huguet. La planta es cuadrada, aunque en su centro se eleva un cúpula octogonal de gran altura a forma de dosel del túmulo (los túmulos son tumbas que no contienen los restos mortales de los difuntos) de los reyes Joao I y su mujer Filipa de Lancaster.





En el túmulo Joao I se hace representar revestido de armadura completa, cosa innovadora pues hasta entonces no existía tal costumbre en Portugal

Por último, decir que en las paredes de la gran capilla se encuentran rodeadas de otras tumbas de distintos familiares de la dinastía.





Cruzamos ahora la nave central hasta su extremo izquierdo para entrar en el claustro mas bello del monasterio, el claustro de Joao I. El claustro fue empezado por Afonso Domingues y fue concluido por Huguet. Destacan las arcadas, por su armonía, su decoración variada y exuberante en algunos casos de la época Manuelina. Recuerda claramente  al claustro del Monasterio de los Jerónimos de Lisboa.




Caminamos alrededor del claustro una y otra vez, contemplando cada rincón, lleno de motivos florales y decorativos. En uno de los rincones se accede a una sala con un gran Cristo, custodiado por dos militares armados, nos encontramos ante la tumba del soldado desconocido. Esta tumba se encuentra en la antigua sala capitular, con una bóveda de vuelo único, sin soporte central.

Tras la visita de la sala capitular, volvemos a disfrutar del claustro y de las vistas de la nave central del monasterio que desde aquí parece inmensa.

Hay otras salas adyacentes al claustro como es el antiguo dormitorio de los monjes. Actualmente esta convertido en centro de interpretación, con exposiciones temporales, como la de los vestidos que usaban en la zona a comienzos del siglo XX.




Claustro Alfonsino
Tras un buen rato paseando y haciendo fotos pòr el claustro, pasamos a otro claustro, el claustro alfonsino. Antes pasamos por el antiguo refectorio, el lugar donde comían los monjes. Actualmente el refectorio es usado como un Museo de las ofrendas al soldado desconocido y solo el púlpito del lector recuerda a que era un refectorio. hay que recordar, que antiguamente, mientras los monjes comían, uno de ellos leía desde el púlpito las sagradas escrituras.




El claustro Alfonsino es desde luego muy distinto al anterior, y es que es sumamente austero en comparación con el claustro de Joao I. Este claustro fue construido en el reinado de Alfonso V y tiene como particularidad que fue el primer claustro alzado en dos pisos. Este claustro era el destinado a la vida diaria de los monjes dominicos.


Claustro Alfonsino

Salimos del Monasterio hacia el exterior para dirigirnos hacia las Capillas Imperfectas o capillas inacabadas, y es que no se accede desde el monasterio sino que hay que salir y volver a entrar, presentando nuevamente la entrada. 

Fachada de las capillas Imperfectas
Las capillas fueron pensadas por el rey Duarte como Panteón para su familia, y fueron comenzadas por Huguet, que diseño una gran rotonda de ocho lados, con siete capillas. La prematura muerte del rey, y al poco tiempo del propio arquitecto, impidió que la obre fuese terminada. En una de las siete capillas reposan los restos del rey Duarte y su esposa. 




Portico de entrada a las Capillas
Tumba del Rey Duarte



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