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ROCHEFORT EN TERRE

ROCHEFORT EN TERRE

Hoy nos toca visitar una población catalogada como el "pequeño pueblo más bello de Francia", y aunque en un principio pensábamos que era un lema como otro cualquiera, tenemos que reconocer que se quedan corto, Rochefort en Terre es uno de los pueblos más bonitos que hemos visto en Francia. Pasear por sus calles es una delicia para los sentidos, un sitio IMPRESCINDIBLE con mayúsculas si vas a ir a la Bretaña.


El castillo y luego la ciudadela, comenzaron a construirse en el siglo XII, en esta estribación rocosa, que paso a llamarse "Rochefort Forte", y que dio nombre tanto a la familia "Rochefort" como al lugar.

En el siglo XIV, la familia Rochefort quedó sin heredero, y se unió por matrimonio a la familia Rieux. El lugar y el castillo feudal pasaron a ser propiedad de Rieux Rochefort, y fue precisamente durante el reinado del Duque Juan IV, cuando la ciudadela comenzó a prosperar.  Juan IV se opuso a la anexión de Bretaña por parte del reino de Francia, y como quiera que en su pelea con el Rey Carlos VIII perdió la batalla de Saint Aubin, Carlos derribó varios castillos bretones, entre ellos el de Rochefort. Pero la historia es muy caprichosa, y al final resultó que la sobrina de Juan IV, Ana de Bretaña se caso con el rey Carlos, y éste terminó dotando al Señor de Rochefort fondos para reconstruir el castillo que el mismo había derribado.

Durante la revolución francesa el castillo fue nuevamente destruido, y siguió en ruinas hasta principios del siglo pasado, cuando el pintor americano Alfred Klots adquirió las ruinas y reconstruyó parcialmente el castillo.

Pero comencemos a conocer Rochefort en Terre... (al final de la página encontrarás un mapa de Rochefort en Terre).

Dejamos el coche en una amplia plaza llamada de Saint Michel, allí encontrareis aparcamientos de sobra, ya que la mayoría de los turistas llegan en autobuses. 

Iniciamos nuestra visita por la Rue Saint Michel, y ya comenzamos a ver unas casas sumamente cuidadas, con unos jardines y macetas con flores colocados para ser retratados. Nos paramos junto a un pozo, con agua y perfectamente restaurado.






Llegamos a una de las plazas principales, la Place de Halles. Esta plaza fue la principal de la localidad desde el siglo XVII y, dado el papel que desempeñaba, siguió siendo durante mucho tiempo uno de sus lugares mas importantes. Se trata de una lonja construida en forma de U, que albergaba las ferias y los mercados, y que también se utilizaba para celebrar el resto de ferias publicas.

A su derecha, se encuentra el Hotel Burban, un palacete que en el siglo XVII hizo las veces de prisión señorial, y a su izquierda el Hotel le Pelican, que anteriormente fue un albergue. A finales del siglo XIX, hospedo a muchos pintores, entre ellos a Alfred Klots, quien posteriormente adquirió el castillo. El Ayuntamiento queda justo en frente y está engalanado con las flores de glicinia. 




Tomamos ahora la Rue Candré, bajamos por ella hasta la puerta monumental denominada Porte de L´Etang. Esta puerta era una de las entradas de Rochefort. El eje Norte Sur de la localidad coincide con la ruta de la sal que en otros tiempos se transportaba desde la zona marítima hacia tierra dentro. En aquella época la Rue Candre era una calle principal por lo que se llamaba Gran Rue. Atravesamos la puerta de L´Etang y pasamos a contemplar los lavaderos.


Vemos dos lavaderos, el mas grande era el Lavadero municipal, del siglo XVI, y se alimentaba de las aguas del arroyo. Junto a él y mucho más pequeño se encuentra un lavadero privado.




Volvemos a subir por la Rue Etang y llegamos a la plaza de la Iglesia, lamentablemente estaba llena de andamios porque estaba en plena restauración, así que decidimos seguir hacia delante, y disfrutar de las pequeñas calles adoquinadas, y sus casas repletas d flores.

Así llegamos a la Place du Puits, otra de las bellas plazas de Rochefort. En esta plaza se manifiestan a todas luces distintas épocas arquitectónicas, con casas de granito, voladizos y entramados de madera.
En el edificio donde actualmente esta la oficina de turismo (el edificio con banderas en la foto) estaba situada el tribunal señorial. En la Place du Puits estuvo el primer mercado de la ciudad y según parece es el lugar donde se instalo la guillotina utilizada en el año 1973 para ejecutar a tres contrarevolucionarios condenados a muerte.










Después de la Place du Puits nos dirigimos hacia el castillo, aunque durante el camino no dejamos de seguir viendo casas floreadas, que se encuentran ocupadas actualmente por muchas tiendas de decoración.

Recorremos la calle Rue de Scourtets, como decía antes con multitud de casas de piedra y terraza. 

El sendero hacia el castillo se encuentra a pocos metros, entre arboles centenarios y un parque que por lo que vemos actualmente, se usa para los festivales del pueblo.




Entramos en el castillo por la que fue su puerta de acceso principal, actualmente en ruinas al igual que las murallas que lo rodeaban. No obstante y a pesar de estar parcialmente derruidas, el conjunto gracias a la maleza que lo rodea es fascinante. También encontramos algunas puertas que se han conservado del antiguo edificio del castillo, aun con su enrejado colocado y su escalinata de acceso.





La reconstrucción del castillo por parte del pintor americano Alfred Klots no fue completa sino más bien adapto partes de lo que quedaba del castillo en un alojamiento lujoso para el y su familia. Por ello y a pesar de su belleza lo que contemplamos es solo una parte del castillo de antaño. Evidentemente,varias imágenes valen mas que mil palabras, así que a disfrutar de las fotos.








Mapa de Rochefort en Terre


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