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domingo, 10 de junio de 2018

ISLANDIA: REYKJAFOSS, VIDIMÝRARKIRKJA, VATNSDALSHÓLAR, CAÑON DE KOLIGLJÚFUR, BORGARVIRKI, HVITSERKUR, FOCAS EN LA PENINSULA DE VATNESS, CRATER DE GRABROK, DEILDARTUNGUHVER, HRAUNFOSSAR Y BARNAFOSS

ISLANDIA


REYKJAFOSS, VIDIMÝRARKIRKJA, VATNSDALSHÓLAR, CAÑON DE KOLUGLJÚFUR, BORGARVIRKI, HVITSERKUR, FOCAS EN LA PENINSULA DE VATNESS, CRATER DE GRABROK, DEILDARTUNGUHVER, HRAUNFOSSAR Y BARNAFOSS


Penúltimo día de viaje y tal vez el que teníamos previsto hacer más kilómetros que ningún otro día, pues prácticamente teníamos que pasar del norte hasta el Sur, pasando por la península de Vatness.



Nos ponemos en marcha muy temprano, nos habíamos quedado en el Hotel Varhmalid, limpio y funcional, algo caro para lo que ofrece, pero en la zona de Varmahlid hay menor oferta de hoteles.

REYKJAFOSS

Muy cerca del hotel, tenemos nuestra primera visita, una catarata llamada Reykjafoss. Hay unos 5 minutos hasta la cascada y es complicado llegar porque no se ve con claridad la salida. Desde Varmahlid debes tomar la carretera asfaltada 752, y apenas a dos minutos hay una desviación a la izquierda por la carretera 753, tras pasar por un puente sobre un río debes volver a girar a la izquierda y continuar por un sendero de grava, verás un cartel indicativo que pone Fosslaug. Tienes que dejar el coche y andar unos 15 minutos. 





Pasamos por campos con caballos, y hay que cruzar varias verjas que hay que dejar cerradas para que no escapen los animales. Llevamos más de veinte minutos sin ver a nadie y la sensación de soledad es total, solo rota por el creciente estruendo del agua, la catarata estaba próxima.








Cuando por fin alcanzamos la catarata, podemos ver cómo es una cascada con dos niveles, la primera cae y forma una pequeña bancada que inmediatamente vuelve a caer, en total no más de veinte metros de altura. El río Huseyjarkvisl llega por dos direcciones, por la zona superior de la cascada y por la parte oeste a través de un profundo cañón.

Reykjafoss




Cerca de la catarata hay una poza termal llamada Fosslaug, pero nosotros no terminamos de encontrarla. Tampoco pusimos mucho empeño, primero porque eran las 9 de la mañana y segundo porque ya habíamos tenido los últimos días una buena dosis de piscinas termales.

VIDIMÝRARKIRKJA


Volvemos sobre nuestros pasos en dirección Varhmalid y hacemos una breve parada para ver una iglesia típica islandesa. Apenas tardamos 5 o 10 minutos en llegar. La iglesia Víðimrarkirkja es una de las pocas iglesias conservadas de césped en Islandia. A principios del siglo XX, su elevado estado de deterioro hacía pensar en lo peor, pero el Museo Nacional de Islandia se hizo cargo de la restauración y actualmente es una joya histórica,. Hay seis capillas e iglesias de este tipo en Islandia que se conservan en buen estado, de ellas solo tres, incluida ésta, conservan el culto religioso.



Existía una iglesia en este lugar desde el siglo XII, pero la actual iglesia fue construida en 1834. Tiene el techo y las paredes de césped, pero con frontones de madera en la parte trasera y delantera. Dos pequeñas campanas cuelgan de una especie de arcada con función de puerta y campanario, desde el que se accede al camposanto. Está rodeada de una valla entorno a la iglesia y a un jardín que tiene en la entrada. No quisimos saltarnos la valla, así que estuvimos viéndola solamente por fuera.



VATNSDALSHÓLAR


Nos ponemos esta vez de verdad en marcha y conducimos durante 70 kms hacia el sur por la N1, y hacemos una breve parada en Vatnsdalshólar.


Vatnsdalshólar es un grupo de colinas de todos los tamaños a lo largo de la desembocadura del valle Vatnsdalur. Hay muchas teorías sobre la formación de estos montículos aunque las ultimas indican que no provienen del retroceso de los glaciares, sino de derrumbes de niveles superiores de la corteza.


Estas colinas se consideran una de las tres cosas "innumerables" en Islandia junto con los lagos en Arnarvatnsheidi y las islas en Breidarfjord en el oeste. 

Recordamos este sitio por haber encontrado un perro de una de las granjas que no dejó de seguirnos durante todo el tiempo y que no había forma de quitárnoslo de encima...








CAÑÓN DE KOLUGLJÚFUR

Kolulfoss


Kolugljúfur es un desfiladero en el río Víðidalsá, que atraviesa el valle de Víðidalur. El cañón tiene un kilómetro de largo y aproximadamente 25 metros de profundidad.


El cañón de Koligljúfur se encuenta a unos treinta kilómetros de Vatnsdalshólar continuando por la N1 y desviándose luego hacia el Este por la carretera 715.

Tras atravesar un puente y aparcar junto a un merendero, enseguida se ve el cañón. Hay dos rutas que puedes seguir, que parten a ambas orillas del cañón. Antes de comenzar por cualquiera de ellas tienes que situarte en medio del puente para ver la catarata Kolufoss, que se forma antes de que las aguas del río entren en el cañón.





Cuenta la leyenda que en Kolugljúfur, vivía la giganta Kola, y de ahí proviene el nombre del cañón. La giganta tenía en el cañón, su cama y su caldero. 




De los dos senderos que hay, el que queda a la izquierda del cañón es tal vez el más impresionante pero a su vez el que más cuidado has de tener. Su camino es serpenteante y se encuentra al borde del acantilado del cañón por lo que has de tener mucha precaución. Este sendero transcurre durante un kilómetro y no tiene salida, es decir tendrás que volver sobre tus pasos pero sin duda merece la pena la caminata.

El sendero que parte por la derecha es más amable, no tienes que subir y bajar por piedras aunque sí atravesar algún riachuelo, y si no vas con cuidado puedes terminar cayendo en él.  Desde este camino se tienen las vistas más amplias del cañón ya que hay un vértice que te permite verlo en toda su amplitud.

Kolulfoss


  
Kolugljúfur

Desde el vértice o promontorio puedes ver a tu izquierda al fondo la cascada de Kolulfoss, y como las aguas entran a toda velocidad por el cañón, mientras que a tu izquierda se observa como continua el río Víðidalsá.

Kolugljúfur

Nos quedamos aquí más de una hora, y es que entre que hicimos ambos senderos y que hicimos innumerables paradas para hacer fotos, el tiempo se pasó volando. Es hora de ponernos en marcha para ir a la península de Vatness, que en un principio no teníamos programado, pero dado que íbamos bien de tiempo, y nunca se sabe cuándo puedes volver a Islandia, no podíamos perder la oportunidad.

LA PENÍNSULA DE VATNESS

La península de Vatness está situada al norte del cañón del Kolugljúfur. Recorrerla te llevará alrededor de dos o tres horas, pues los 90 kilómetros de carretera que rodean la península, son de grava y no puedes superar los 80 kms/hora, además según las zonas se encuentra en mejor o peor estado y puede ocurrir que tengas que ir muy lento.

Tres paradas son imprescindibles dentro de la península de Vatness, la primera es la antigua fortaleza de Borgarvirki, la segunda es el monumento natural de Hvitserkur y la tercera el avistamiento de focas. 

Tras dejar el cañón nos dirigimos a la primera de estas paradas, Borgarvirki. 

BORGARVIRKI



Borgarvirki es una antigua ciudadela, que según la leyenda fue utilizada como fortaleza durante la época vikinga debido a su excepcional situación, sobre un promontorio que domina toda la península de Vatnes y en especial el lago Vesturhopsva.

Se accede por la carretera 717, que no es más que una pista de tierra que sale de 711.



Tiene entre 10 y 15 metros de altura y se sitúa a 177 metros sobre el nivel del mar. Puedes dejar el coche en un aparcamiento de donde parte un sendero que lleva al interior de la fortaleza a través de un camino muy rocoso y de difícil acceso. Se ha reconstruido parte de la muralla, y en el interior de la fortaleza hay una abolladura hueca en el medio  de unos 5-6 metros de profundidad y desde donde se puede ver que las paredes de piedra están hechas por el hombre.


Lo más destacable de Borgarvirki, es sin duda las vistas desde la cima, en pocos sitios puedes disfrutar de unas vistas tan impresionantes como aquí.








HVITSERKUR

Dejamos Borgarvirki y seguimos nuestro camino por la carretera 717, una carretera de grava, muy estrecha y a veces en mal estado. Además nos encontramos con una máquina que iba alisando la graba, pero ocupaba prácticamente toda la calzada, así que tuvimos que ir muy lentos parte del camino. Menos mal que desde Borgarvirki a Hvitserkur solo hay 20 minutos.

Hvitserkur

Hvitserkur es una formación rocosa en medio del mar, de unos 15 metros de altura y que sobresale directamente del mar. Algunos dicen que se parece a un dinosaurio, pero yo sinceramente lo que vi es un rinoceronte bebiendo agua del mar... 

Hvitserkur

En Hvitserkur han anidado durante generaciones multitud de aves marinas, especialmente gaviotas que han dejado su marca en forma de depósitos de guano. Este guano que es de color blanco cubre parte de la roca, pintándolo de blanco. Por esta razón la roca se llama Hvitserkur, que significa camisa blanca.





Hay un mirador desde donde se puede ver perfectamente la formación rocosa, con una caída de agua a la izquierda. Hay un sendero que permite bajar hasta la playa, pero que nosotros no tomamos.

Las vistas son formidables, playas de arena negra, azul del mar, cadenas montañosas nevadas, corrientes marinas...









AVISTAMIENTO DE FOCAS EN LA PENINSULA VATNESS


Continuamos bordeando la península Vatness, esperando encontrar un lugar donde ver las focas. La verdad es que no teníamos grandes expectativas, pensábamos que era como otras atracciones que tanto se publicitan y que luego son difíciles de ver.

Anduvimos por la carretera 711, pasamos el punto mas septentrional de la península y comenzamos a bajar nuevamente. A mitad de camino vimos un cartel que ponía avistamiento de focas y decidimos probar. Alcanzamos un aparcamiento de donde parte un sendero que bordea la costa.

Como vimos que el sendero era largo y no queriamos darnos la paliza en vano, aprovechamos que pasaban otros turistas de vuelta y le preguntamos que si había focas, y para nuestra sorpresa nos dijeron que si, que había muchas, y que estaban plácidamente en una playa.







Después de unos vente minutos andando, llegamos a una pequeña bahía con una playa, allí encontramos mas de treinta focas, de todos los tamaños, unas nadando, tomando el sol, o simplemente observándonos fijamente.









Dejamos la península de Vatness con muy buen sabor de boca, ver las focas en libertad ha sido algo inesperado y fascinante, sobre todo porque no esperábamos ver tantas y tan cerca.

Ponemos rumbo al sur, aun teníamos varias cosas que ver hoy y nos queda la parte de ruta más larga, unos 150 kilómetros, más de dos horas de camino hasta el cráter de Grabrok.

CRATER DE GRABROK

El cráter de Gabrok es un área protegida y monumento natural desde el año 1962. Realmente en el área no hay un cráter sino tres cráteres de unos 3600 años de antigüedad, el Stora Grabrok (Gran cráter), el Litla Grabrok (pequeño cráter) y Grabrokarfell.  


El Litla Grabrok ha desaparecido prácticamente debido a las carreteras y movimientos de tierras que se hicieron antes de que el área fuese protegida. Sin embargo Stora Grabrok se eleva majestuosamente al pie de la carretera N1, así que no tiene pérdida.

Subida a Gran Grabrok



Los cráteres de Grabrok forman parte del sistema volcánico de Ljosufjoll, que se extiende hacia la península de Snaefellsnes.  Toda la zona ha sido un campo de lava basáltica y desde la cima se puede ver con facilidad.







Es asombroso ver como en Islandia tienen habilitados todos los sitios para poderlos visitar. Para visitar el Gran Grabrok han construido una escalera de madera que te lleva hasta la cima, por lo que simplemente teniendo un poco de fondo físico es fácil alcanzar el cono y disfrutar de unas vistas maravillosas.



Después de pasear por el Gran cráter, toca bajar y seguir la marcha... está cayendo la tarde y aún nos quedan por ver los manantiales de Deidartunguhver y dos preciosas cataratas Hraunfossar y Barnafoss.


Deildartunguhver



Para llegar al manantial de Deildartunguhver tienes que seguir por la N1 y después tomar la carretera 50. El atractivo de llegar hasta aquí es que se puede ver la fuente termal más caudalosa de Europa, 180 litros por segundo a unos 97 grados centígrados. 








Al llegar y dejar el coche, nos acercamos a las fuentes termales, es curioso ver como sale el agua de la roca hirviendo. Han construido un Restaurante con Spa y baños termales junto al manantial, llamado Krauma.


La zona perteneció a la misma familia durante 200 años antes de que fuera expropiada por el estado de Islandia. Durante siglos, se usaba el vapor del manantial para calentar la granja de la familia. A mediados del siglo XX se construyeron tuberías que llevan al agua a ciudades tan lejanas como Borganes o Akranes. Por estas tuberías, a pesar de recorrer casi 60 kms, solo pierden una treintena de grados.





HRAUNFOSSAR Y BARNAFOSS

Hraunfossar

Nuestra última visita del día son las cataratas de Hraunfossar y Barnafoss. Teníamos que acelerar porque el sol se estaba poniendo y no podíamos perder tiempo. Tardamos unos 20 minutos desde Deildartunguhver, por la carretera 518.

Cuando llegamos, como en casi todo los sitios de Islandia, había un aparcamiento habilitado, y como también venía siendo habitual a estas horas, no había nadie por los alrededores, solo un viento casi huracanado.



La primera catarata que se ve es Hraunfossar, que significa catarata de lava, es sin duda una catarata diferente pues no tiene una gran caída pero es muy ancha, casi 900 metros y el agua surge debajo de la tierra. 

Es una catarata diferente, tal vez en ello radique su encanto, pero desde luego no debes perdértela.



Hraunfossar





A pocos pasos de allí se sitúa BARNAFOSS, hay una pasaje de madera que conecta ambas cascadas y no hay más de cinco minutos entre una y otra. Hay habilitado un puente de madera que pasar por encima del caudal del agua y que permite ver ambas cascadas.

Barnafoss, es llamada también "la catarata de los niños". Antiguamente había un arco de piedra que durante el invierno crecía con el hielo y era usado por los aldeanos y el ganado para cruzar el río. 

Cuenta la leyenda que un día de Navidad, una granjera fue a la misa de Navidad y dejó a los niños en casa. Cuando volvió los niños no estaban, pero sus huellas llevaban hacia el río. Los niños habían intentado cruzar el río por un arco de piedra y hielo que había sobre la catarata pero cayeron y se ahogaron. La madre, destruyó el antiguo arco para evitar más accidentes y desde entonces a Barnafoss se le conoce como la catarata de los niños.







Hemos conseguido ver todo lo que pretendíamos antes de que cayese el Sol, así que nos dirigimos al Icelandair Hamar Hotel Borgarnes para pasar la noche. El hotel está fenomenal y lo mejor fueron los Hots tube que tenían para los huéspedes y donde pasamos hasta la media noche metidos hablando con unos islandeses que estaban allí alojados y que nos pusieron al día de muchas curiosidades islandesas, ...socializando...





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