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viernes, 18 de mayo de 2018

ISLANDIA: DE SELJALANDSFOSS Y A FOSS A SIDU



ISLANDIA 


CATARATAS SELJALANDSFOSS Y SKOGAFOSS, GLACIAR SOLHEIMAJÖKULL, ACANTILADOS DE DYRHOLAEY, PLAYA DE REYNISFJARA, CUEVA DE HÁLSANEFSHELLIR, CAMPOS DE LAUFSKÁLAVARDA Y ELDHRAUN, CATARATAS DE STJORNARFOSS, KIRKJUGOLF Y FOSS A SIDU



Es nuestro segundo día de viaje y nos ponemos en marcha temprano como vendrá siendo tónica habitual, pues hoy nos espera una ruta muy intensa. Nuestra primera parada será la catarata de Seljalandsfoss.


Ruta segundo día


SELJALANDSFOSS y GLJUFRAFOSS


Seljalandsfoss










La cascada de Seljalandsfoss es fácil de encontrar ya que está al borde la carretera número 1 o Ring Road y dista unos 22 kilómetros de Hvolsvollur, donde estaba nuestro hotel.

Seljalandsfoss






La cascada es famosa por poder pasar por el interior de la misma y ver la cascada por el interior. Esto es un hecho que seguro puedes hacer en Verano, pero en Invierno, los caminos están helados y una valla prohíbe el paso hacia el interior, por lo que nos perdimos esta experiencia.

La cascada tiene unos 60 metros de altura, cayendo el agua sobre una pequeña piscina. Si te situas frente a la caida principal se puede ver el estrecho camino que se adentra en la roca y que transcurre tras la cascada.




Tras quedarte un rato absorto con las vistas, el gran acantilado con sus paredes aun nevadas, el agua cayendo y chocando sobre el lago y el estruendo del agua, giramos a la izquierda para dirigirnos a otra catarata menos conocida, llamada Gljúfrafoss.


SELJALANDSFOSS



Gljufrafoss
La cascada de Gljúfrafoss está a unos 600 metros de Seljalandsfoss, y se accede a ella por un sendero muy cómodo en unos diez minutos. Durante el trayecto puedes ver dos cataratas menores, que si bien no son impresionantes, al menos dan más solemnidad si cabe al paisaje.


Gljufrafoss es una catarata que queda dentro de una cueva, es decir desde fuera de la cueva no puedes verla claramente, sino que debes adentrarte en la misma a través de un riachuelo. Este riachuelo lleva un agua helada, directamente del glaciar, que si bien puedes atreverte a cruzarlo en verano, en Invierno es otro cantar. Nosotros la vimos desde fuera de la gruta, ahora bien, como no queríamos perdernos otra visión de la catarata, escalamos por la montaña hasta situarnos encima de la propia gruta y ver la caída de la catarata. Este acceso está justo a la derecha de la catarata y solo debes subir si tienes suficiente agilidad para trepar.


Gljufrafoss desde la cima











Volvemos sobre nuestros pasos contemplando nuevamente Seljalandsfoss, nos quedamos con las ganas de visitarla por dentro, pero tras intentar acercarnos a la valla que impedía la entrada y casi matarnos de un resbalón desistimos de hacerlo.

Nuestra siguiente parada, una de las cascadas más bonitas del viaje, Skogafoss.

SKOGAFOSS

Skogafoss




Skogafoss

La catarata de Skogafoss es una de las más bonitas que hemos encontrado en nuestro viaje a Islandia. Es muy fácil de encontrar, pues al igual que la catarata de Seljalandsfoss está a pie de la Ring Road, a solo 25 minutos de la anterior. Hay una desviación a la izquierda y en unos minutos llegas al aparcamiento. Desde allí solo tienes que andar unos minutos hasta alcanzar la base de la cascada.

Las cataratas se forman cuando el río Skógá se sumerge por completo en la amplia meseta formada entre los famosos volcanes Eyjafjallajökull y Katla. El tamaño considerable del Skógá junto con el lecho de roca basáltica permite que el agua cubra un amplio espacio, permitiendo que las caídas se extiendan a más de 30 metros de ancho en promedio. Esta anchura y una altura de casi 70 metros hace que Skogafoss sea un espectáculo de la naturaleza.






Llegamos temprano pero ya había gente acercándose a la base de la catarata para hacer fotos. El suelo, de rocas pequeñas muy pulidas estaba completamente helado por lo que había que tener mucho cuidado al andar. Como puedes acercarte mucho a la cascada, la considerable altura de la cascada hace que te mojes por completo, así que procura llevar impermeable y tener cuidado con la cámara.


Skogafoss desde el mirador

















Una vez has hecho cientos de fotos en la caída de la catarata puedes contemplar otra maravillosa vista de la catarata subiendo hasta la cima de la misma. Para ello deberás emprender una trepidante subida a través de cientos y cientos peldaños de escaleras: el ascenso es considerablemente más agotador de lo que parece, así que tómalo con muchísima paciencia. Una vez llegamos a la cima, hay un mirador desde el que se contempla la impresionante caída y la desembocadura del río Skoga. Girando a la derecha, y a través de una puerta del cercado adyacente puedes remontar el río Skoga y ver caer el caudal de agua a través de la catarata.


Como consejo, ir lo más temprano o lo más tarde posible, antes de la llegada de los autobuses de turistas, pues Skogafoss no dista mucho de Reikiavik, y ello hace que haya muchas excursiones. 



Dejamos Skogafoss, cansados de tantas escaleras pero alucinados aun con el paisaje y la majestuosidad de Skogafoss, nuestra próxima parada es el Glaciar Solheimajökull.

GLACIAR SOLHEIMAJÖKULL







Muy cerca de Skogafoss, a tan solo diez minutos en coche, tenemos nuestro primer encuentro con un glaciar. Es una visita muy recomendable en todos los casos, aunque si tu viaje lo tienes exclusivamente planeado en torno al circulo dorado, la visita se convierte en imprescindible, pues el resto de glaciares que encontraras están más alejados.








Para llegar al glaciar debes dejar la Ring Road y adentrarte por la carretera 221. Una vez llegues al aparcamiento tienes unos 15 minutos andando hasta llegar al lago glaciar. 


El glaciar Sólheimajökull tiene entre 10 y 13 kilómetros de largo, desde el borde del volcán Katla y aproximadamente de 1 a 2 kilómetros de ancho, cubre alrededor de 44 kilómetros cuadrados y se cree que el espesor promedio del hielo del glaciar es de alrededor de 200 metros. Al igual que muchos glaciares en Islandia se ha estado derritiendo bastante rápido desde el año 1993 y se estima que está perdiendo entre 10 y 20 metros de espesor cada año.


El glaciar Solheumajokull es el lugar perfecto para ver cómo el cambio climático ha afectado al medio ambiente durante las últimas décadas. Hoy hay una laguna glaciar frente al glaciar que comenzó a formarse en el año 2007. La laguna tiene unos 70 metros de profundidad tomando como referencia el borde del glaciar y si el derretimiento continuara como lo ha estado en las últimas décadas, llegará a tener una extensión de más de 4 kms. A pesar de lo que se nos viene encima con el cambio climático, observar los iceberg flotando en el lago glaciar con el glaciar enfrente es sencillamente incomparable. 



El glaciar Sólheimajökull está conectado con el gran volcán Katla . Si hubiese una erupción volcánica en dicho volcán, podría haber una inundación debido al derretimiento del hielo de los glaciares. Desde el momento de la colonización de Islandia, hace alrededor de 1200 años ha habido dos o tres inundaciones documentadas.





La visita al glaciar te puede llevar una hora mas o menos, ya que puedes llegar hasta la cercanía del glaciar gracias a un sendero y hacer la vuelta desde las orillas del lago glaciar.




ACANTILADOS DE DYRHOLAEY


Para llegar a los acantilados de Dyrholaey hay que volver a tomar la Ring Road (carretera nº 1) y posteriormente girar a la derecha por la carretera 218. Esta última carretera bordea una especie de laguna conectada por la playa de Reynisfjra al mar. Las vistas de esta carretera son preciosas, con gran cantidad de cisnes, patos y otras anátidos. La carretera 218 termina en una pista, que puedes seguir hasta el final para ver las vistas de la playa o girar a la derecha y comenzar a subir hacia los acantilados de Dyrjolaey. 

Dyrhólaey es la parte más meridional de la parte continental de Islandia, es de origen volcánico y una vez fue una isla antes de unirse a la isla de Islandia. 


Nosotros giramos primero hacia los acantilados y tomamos la pista, en un estado bastante malo, con numerosos baches y socavones. Íbamos en un 4x4 y no tuvimos grandes problemas, pero nos cruzamos con algún turismo y seguramente algún arañazo en los bajos se llevarían. Dado que en Islandia estás muy alejado de cualquier taller, jugársela a tener un problema con el coche es un locura.


Tras unos diez minutos de subida, alcanzamos la cima, donde hay un aparcamiento y desde donde surge un sendero peatonal que recorre la zona. La cima es una planicie, dominada por un faro que se puede ver desde fuera pero no entrar. El Faro tiene tres edificios unidos. El edificio principal del faro es una torre cuadrada de hormigón pintado de blanco, con una franja roja y a ambos lados de la torre principal hay dos edificios anexos habilitados para el cuidador del faro. La parte superior de la torre está rematada con una gran linterna roja de metal. 




El sendero comienza por el lado derecho del faro y lo primero que ves es un mirador desde donde contemplar una inmensa playa de arena negra. Recuerdo haber visto esta playa en algún episodio de la serie Vikings. Desde la altura hay numerosas aves dejándose caer desde los acantilados cercanos.

Puedes llevarte mucho tiempo embobado contemplando las vistas, y aunque golpeado por un fuerte viento, te resistes a abandonar el lugar.



Continuamos el sendero  y llegamos al lugar estrella de Dyrholaey, un acantilado de más de 120 metros, con un arco en el centro tallado por el mar a lo largo de los siglos. Hay que decir como curiosidad, que el arco es tan grande que un piloto voló a través del arco en 1993.


Acantilado de Dyrholaey

PLAYA DE REYNIFSJARA

Después de dar un paseo por los alrededores, y caminar durante un buen rato por los acantilados, volvemos al coche y bajamos hasta el cruce con la pista. Nuestro objetivo es ir a ver desde Dyrholaey a la playa de Reynisfjara. A solo cinco minutos encontramos el aparcamiento y desde allí el mirador hacia la considerada una de las diez mejores playas playas no tropicales del planeta. Es también de arena negra y separa el par de la laguna que se crea en el interior. 

Playa de Reynifsjara


Desde este punto no solo se ve la extensa playa de arena negra, sino también la cueva de Halsanefshellir, así como las rocas de Reynisdrangar.

Otra de las cosas que llama mucho la atención es una enorme piedra que se alza en medio de la playa incomprensiblemente.


Playa de Reynisfjara

CUEVA DE HALSANEFSHELLIR
Dejamos los acantilados de Dyrholaey y bordeamos la laguna para ver la cueva de Halsanefshellir y andar por la misma playa de Raynisfjara. Para hacerlo, volvemos a coger la carretera 218, enlazamos con la carretera 1 dirección Vik, y giramos hacia la derecha por la carretera 215. Ambas carreteras están asfaltadas por lo que no hay problemas para alcanzar el destino. Al llegar hay un gran aparcamiento y una cafetería. 


Halsanefshellir
Playa de Reynifs
Bajamos y anduvimos un rato por la arena de Reynisfjara, y vemos antes que nada un gran cartel con advertencias. Reynisfjara es una plata muy peligrosa, en primer lugar porque sus olas son muy violentas, tomando una altura inesperada que les hace adentrase en la costa y arrastrarte hacia el mar. 








Una vez has sido tragado por la ola, estás perdido pues las corrientes en la costa son muy fuertes, de hecho se puede ver una instantánea tomada en Enero de 2017 del momento en que una turista china murió cuando fue arrastrada por las aguas. Se aconseja no volver nunca la espalda a las olas, y mantener una distancia segura de 20-30 metros.





Lo primero que visitamos es la cueva de Halsanefshellir, llama la atención las columnas de basalto que forman la cueva. Estas columnas, de forma poliédrica, normalmente hexagonal, se forman cuando la corriente de lava ascendente choca con una corriente fría. Es un sitio muy pintoresco, y no puedes resistirte a hacerte una foto subido a esas grandes columnas basálticas.

REYNISDRANGAR

Justo al lado de la playa, se pueden ver las famosas rocas de Reynisdrangar. Cuenta una leyenda islandesa que estas rocas fueron una vez trolls que trataban de sacar barcos del océano, tan entusiasmado estaban que el amanecer les pilló y se convirtieron en piedra. Otra leyenda cuenta de un marido cuya esposa fue secuestrada y asesinada por dos trolls, los siguió hasta la playa y los congeló para que nunca mas volviesen a matar.

Reynisdrangar


Vuelta al coche... y nos ponemos rumbo al norte, aun nos quedan muchas paradas antes de llegar al Hotel, es media tarde y aun nos quedan varias horas de luz.

LAUFSKALAVARDA


Pasamos por Vik, un pueblo como todos los que hemos visto pequeño, pero nos sorprende con una gran centro comercial, con tienda de souvenirs, ropa, un supermercado y una cafetería donde sirven un maravilloso chocolate. Descansamos aquí un buen rato, el frío y el estar arriba para abajo te deja molido, asi que el chocolate nos sienta de maravilla y te pone las pilas para continuar.



A una media hora hacemos una nueva parada, en un lugar llamado Laufskalavarda. No es un sitio que tendría nada especial, salvo por las montañas de piedra que todos los turistas han ido haciendo a lo largo de los años. Al final han terminado formando un extraño paisaje


Laufskalavarda


ELDHRAUN


Vamos camino del cañón de Fjaðrárgljúfur, y por el camino comenzamos a ver inmensos campos de lava, cubiertos por un espeso manto de liquen. Estos campos de lava se extienden desde el macizo glaciar hasta prácticamente la costa.




Paramos y anduvimos un rato por los senderos existentes, no puedes evitar andar sobre ellos, es como andar sobre una alfombra extendida sobre las rocas.

Los campos se extienden durante decenas de kilómetros, por lo que las paradas serán continuas durante el camino.


Eldhraun, campos de lava y musgo


El primer y único chasco del viaje fue el del Cañón Fjaðrárgljúfur, pues cuando llegamos a la desviación vimos que estaba cerrada y que una valla prohibía el paso. Por lo visto el estado de los senderos, llenos de fango por el deshielo y las placas de hielo aun existentes, impedían el tránsito por el cañón, así que no tuvimos más remedio que seguir nuestro camino.

Aprovechamos para hacer un par de paradas que no teniamos previstas, pues aun teniamos tiempo antes de llegar al hotel.

Paramos cerca de Kirkjubæjarklaustur, donde habíamos leido que había un par de cataratas y un suelo basáltico.




La primera de las cataratas en Systrafoss y la verdad es que no merece mucho la pena, a penas si pudimos verla y tampoco era muy espectacular. 






STJORNARFOSS

La siguiente catarata si fue bastante mas espectacular, la catarata de Stjornarfoss. Se alcanza esta catarata desde la carretera N1, y posteriormente tomando la carretera 203 hacia Geirland. Hay un pequeño parking, y después tienes que andar por un sendero durante unos diez minutos hasta la catarata. 

Stjornarfoss


Stjórnarfoss tiene dos caídas, una primera caída que retumba 12 metros abajo sobre una rampa inclinada de roca volcánica, y una segunda caída de 10 metros que cae sobre una lengua de basalto de forma muy extraña, como si fuera una magdalena, que crea una caída en forma de cúpula convexa bastante simétrica.

La distancia entre los niveles superiores e inferiores de la caída es suficiente para que el nivel superior quede completamente oculto a la vista cuando se uno se encuentra al pie de las cataratas, y solo se puede ver cuando estás más atrás (cerca del puente). 

Stjornarfoss

KIRKJUGOLF

Kirkjugolf
Muy cerca de allí encontramos un suelo basáltico llamado Kirkjugolf, considerado monumento natural desde 1987.

Tiene una extensión de 80 m² de extensión, y tiene la forma de suelo plano porque fue erosionado y formado por glaciares y por las mareas, ya que esta zona estuvo durante mucho tiempo debajo del mar. El basalto columnar se forma cuando el flujo de lava se enfría y se acumulan fuerzas de contracción. Las grietas se forman horizontalmente y la extensa red de fracturas que se desarrolla da como resultado la formación de seis lados de las columnas. En muchas sitios pudimos ver formaciones basálticas de este tipo, en especial en cataratas y grutas, pero aquí es la primera vez que la vemos en el suelo.

El nombre de Kirkjugolf, hace referencia a la posible existencia de una iglesia, creada por ermitaños durante la primera época del cristianismo, aunque en realidad no hay evidencias físicas de la existencia de ninguna iglesia en la zona, no obstante hace que el lugar esté cargado de simbolismo para los islandeses.

Foss a Sidu
FOSS A SIDU

Ya nos queda poco para alcanzar el Hotel y acabar las visitas del día, pero antes pasamos por la última catarata de la jornada, Foss a Sidu, que puedes ver desde la misma N1, la Ring Road.


No es una catarata cuyo volumen sea impresionante, todo lo contrario tiene más bien un hilo muy fino de caída de agua, si bien desde una gran altura.

La catarata cae 82 metros en total, con una primera caída de 72 metros, que cae sobre un lecho de roca y una segunda caída de unos 10 metros que cae sobre enormes rocas esparcidas por la ladera a cada lado del canal del arroyo. Es una catarata que durante el deshielo tiene un gran caudal, pero que en verano se reduce considerablemente.






Finalmente llegamos al Hotel, el Foss Hotel Nuppar, un hotel muy recomendable, de diseño, en medio de la nada, completamente rodeado de naturaleza, pero con todos los estándares para descansar y reponer fuerzas.



IR AL DIA TRES: DEL PARQUE NACIONAL SKAFTAFELL A LA LAGUNA JOKURSARLON

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