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lunes, 30 de diciembre de 2024

IGLESIA FORTIFICADA DE HARMAN


GUIA DE LA IGLESIA FORTIFICADA DE HARMAN


Tras visitar el castillo de Bran, volvemos al coche y en poco más de media hora podemos visitar dos de las iglesias fortificadas más impresionantes de Rumanía, la de Hartmann y la de Prejmer. Para nosotros fueron de las visitas que mas nos impresionaron de todo el viaje, porque al estar fuera de los circuitos turísticos masivos, conservan su esencia, y puedes sentir el retroceder varios siglos atrás, por lo que si en algún momento se plantea la pregunta de si se merece ir o no, la respuesta es rotundamente SI.

Iglesia Fortificada de Harman


La Iglesia Fortificada de Hartman, está a escasos kilómetros de Brasov, su horario es distinto en invierno y verano, siendo este de 9 a 18 horas en época estival. La entrada, que cuesta 15 LEI, la puedes comprar al acceder al recinto. Te recomiendo ir a visitarlas por la tarde, ya que estas iglesias están muy poco concurridas, y por la tarde aun menos, de hecho nosotros vimos ambas iglesias solos.

Para contextualizar la visita hay que volver a insistir en el establecimiento en la zona de comunidades sajonas durante los siglos XIII en adelante. Estas comunidades fundaron varias localidades y se establecieron en la zona en distintos emplazamientos, en una zona conocida históricamente como Siebenburgen, lo que traducido es "7 ciudades", en relación a las siete ciudades más importantes fundadas por los sajones. En todos las iglesias fortificadas encontraremos algo en común, todos los textos e inscripciones están en alemán antiguo, reminiscencia del pasado sajón de sus habitantes, que nunca perdieron su idioma materno.

Uno de los emplazamientos de estas comunidades fue Harman. Los inicios de la población Hárman, como tantos otros de la zona, están relacionados con el dominio de la Orden de los Caballeros Teutónicos en el período 1211- 1225, cuando como he dicho antes se fundaron poblaciones y se atrajeron a los colonos alemanes.


El recinto está configurado de forma ovalada con una Iglesia en el centro y una gran muralla que protege todo el recinto. Adosadas a la muralla en su interior, se abren un gran numero de estancias que servían para todos los menesteres de la comunidad, como escuelas, graneros, carpinterías, dormitorios y capillas. Hay que tener en cuenta, que al ser zona fronteriza las invasiones eran continuas, por lo que las comunidades sajonas se refugiaban continuamente en el interior amurallado.

Murallas de Harman
Antes de entrar en el recinto interior observamos las murallas, que si bien se tienen constancia de ellas desde el siglo XIII, se ampliaron en el siglo XV hasta los 12 metros de altura para poder resistir las incursiones otomanas. En la parte superior del muro se construyó un corredor de defensa cubierto, que conectaba todas las torres de defensa y que estaba equipado con bocas de fuego.

Patio Interior
La entrada en la fortaleza era el punto más vulnerable, razón por la cual estaba mejor fortificada. La torre puerta, llamada torre de los carniceros era la más grande de las torres de defensa. 






El acceso fortificado por carretera, conducía a un puente móvil que cruzaba el foso de agua. 

Este acceso tenía una longitud de unos 20 metros y era asegurado por varias puertas. Hoy en día el foso de agua ha sido rellenado de tierra, pero hay que imaginarse lo inexpugnable que era en época medieval, un recinto como este defendido por estas inmensas murallas y con un foso de agua como protección.


Una vez dentro, entorno al patio interior y adosados a las murallas, vemos varias habitaciones en doble altura, a las que se accede a través de escaleras de madera que aun se conservan intactas. El uso de estas habitaciones era diverso, en la planta baja había bodegas, carpinterías y herrerías, mientras que en la planta superior, además de alojamientos, había una escuela, que aun conserva los elementos originales del siglo pasado. 



Escuela de Harman


En el centro del recinto se conserva la Iglesia, cuya parte oriental aun conserva el estilo románico del siglo XIII. El interior es sencillamente impresionante, aun conservan gran parte de los elementos originales del siglo XVIII, como los bancos y el altar.

En su interior, son varios los elementos sobre los que hay que fijarse, como por ejemplo el altar, que es de estilo barroco, realizado en el año 1787. Otro elemento es el púlpito de madera que data de finales del siglo XVII  y está directamente unido a la pared y al que se accede desde la sacristía.

La tribuna de madera en el oeste de la nave ofrece espacio para el órgano y varias filas de bancos. EL órgano actual aun funciona y es de mediados del siglo XIX.

Un detalle muy especial de esta iglesia son los llamados bancos de mujeres que datan de 1753, ubicados en el centro de la nave. Estaban hechos de vigas de abeto y carecían de respaldo. Los bancos estaban reservados para las mujeres casadas cuyos vestidos necesitaban que no tuvieran respaldo.



Torre Capilla
Una de las zonas más asombrosas y fascinantes del recinto es la llamada Torre Capilla, un edificio, adosado a la muralla que data del año 1300, en su zona inferior había una bodega mientras que en la zona superior se hallaba una capilla. Con motivo de la fortificación del conjunto durante el siglo XV , el edificio de la capilla se convirtió en una torre de defensa por lo que se agrandaron muros y se usaron las ventanas como bocanas de fuego. Hoy en día, se han recuperado gran parte de las pinturas murales de la capilla, que fueron realizados en el siglo XV.


 

Las imágenes de los murales describen la las formas de adquirir la salvación eterna. En el tramo occidental de la bóveda se representan la imagen del Paraíso y las obras de caridad que contrastan con el Infierno y la leyenda de Lázaro, mientras en el este se presentan el Credo y textos similares del Antiguo Testamento . En el centro, la culminación del ciclo de la salvación, es la escena de la crucifixión de Jesús en la pared oriental. Está flanqueada por la ilustración de los estados sociales medievales (los que oran, los que luchan y los que trabajan), así como por la parábola evangélica del recaudador de impuestos y el fariseo.

 


Seguimos dando vueltas por el recinto, como he dicho antes solos, sino cruzarnos con nadie, salvo el encargado de vigilar el recinto, al que vemos reparando y limpiando partes del mismo. Ha sido una de las visitas que más hemos disfrutado, porque te transporta a una época, ya extinta, de una Europa que ya no existe.

Dejamos Harman y nos dirigimos a otra de las iglesias fortificadas, que también nos dejó con la boca abierta, la Iglesia Fortificada de Prejmer.



























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