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jueves, 16 de agosto de 2018

BRAGA


BRAGA

Muy cerca de la localidad  Guimaraes, a tan solo 24 kilómetros. se encuentra el municipio de Braga. Los orígenes de Braga se remontan al neolítico, y por allí pasaron romanos, suevos y vándalos. Fue conquistada en el 716 por los musulmanes, pero la dominación solo duró 150 años, pues rápidamente fue reconquistada por los cristianos. Su dominio osciló durante siglos entre los incipientes reinos cristianos, Galicia, León y finalmente Portugal.

La ciudad fue dominio del Arzobispo de Braga. Verdaderos terratenientes de la localidad durante cientos de años, dominaron. modificaron y diseñaron su ciudad a su gusto, y dejaron una huella imborrable en la localidad.

Antes de llegar al centro de Braga hay que hacer una parada imprescindible, el Santuario de Bom Jesús do Monte. 

SANTUARIO BOM JESUS DO MONTE


El conjunto arquitectónico del Bom Jesus do Monte, es quizás el más majestuoso, el más poético y el más monumental sacro-monte construido en Europa, donde predomina la arquitectura religiosa, barroca, rococó y neoclásica . 

Se remontan al siglo XIV las primeras manifestaciones humanas en el lugar, la edificación de una cruz y la construcción de una pequeña ermita dedicada a la Santa Cruz, convirtiéndose en un lugar de peregrinación para la gente del lugar.

Corrió el año 1629, cuando un puñado de devotos bracarenses pensaron en la fundación de una cofradía, bajo la invocación del Buen Jesús del Monte, para reavivar la extinta devoción a la Santa Cruz. Es a partir de 1629 que se instituyó una cofradía y con las limosnas de los cofrades, fundaron pequeñitas Capillas de los Pasos de la Santísima Pasión de Jesucristo, que en su origen eran sólo nichos muy pequeños.



En 1720, Don Rodrigo de Moura Telles, viendo el estado lamentable a que había llegado el templo debido al casi abandono, se nombra Juez de la Cofradía e inicia un proceso de rehabilitación total de la estancia: construye un nuevo aunque pequeño templo, de forma elíptica; delineó los escalones iniciándolos por el pórtico; las Capillas del Vía Crucis; los escenarios de los cinco sentidos.

Monseñor Gaspar de Braganza, en 1773, a petición de la cofradía del Buen Jesús, logró que el Papa Clemente XIV concediera gracias espirituales y un Jubileo.

Con la afluencia extraordinaria de devotos, de limosnas y de donaciones, el templo de reducidas dimensiones, construido en tiempo de D. Rodrigo de Moura Teles, se había vuelto pequeño para la cantidad de peregrinos que acudían. Se proyectó entonces una nueva construcción, tarea que realizó el arquitecto Carlos Amarante, hombre de la confianza y de la corte del Arzobispo de Braga D. Gaspar de Bragança. La primera piedra sería colocada el 1 de junio de 1784, coincidiendo con la tradicional festividad y romería del Espíritu Santo.

Este monte santo, de influencia directa de los santuarios de Europa central e italianos, está constituido por una enorme escalera, subiendo en zigzag, ligando varias ermitas de planta centralizada, construidas en épocas distintas, donde se integran los varios pasos del Vía Crucis compuestos, por lo que se ha convertido en una de las más antiguas del mundo.

La escalera principal se denomina Escalera de los Cinco Sentidos, fue mandada construir a principios del siglo XVIII por el arzobispo de Braga D. Rodrigo de Moura Teles, pero concluida con posterioridad a su muerte. 


Escalera de los cinco sentidos.
La escalera de los cinco sentidos, comienza en la Fuente de las Cinco Llagas, o Fuente de las Cinco Corrientes. Las cinco fuentes alegóricas a cada uno de los sentidos humanos, en estilo rococó, que allí se erigen majestuosamente en alces, lanzando agua por los órganos respetuosos del sentido que cada una representa y con figuras de animales, en la medida en que todo lo que es sensorial es del dominio del reino animal. La intención era que el peregrino se adaptara al lugar gracias a los sentidos. Por medio de ellos, el hombre se da cuenta fácilmente de lo especial que es esta colina sagrada; se adentra en el ambiente que lo rodea e interactua con la naturaleza.


Conforme vamos subiendo, vamos viendo a uno y otro lado de las escaleras, las distintas capillas, la capilla de la crucifixión, la capilla de las caídas, la capilla de la ascensión... 

Una vez llegamos arriba tenemos de frente a la Basílica. El templo actual viene a sustituir al anterior, concebido en vida de D. Rodrigo de Moura Teles, demolido en 1788.

El actual santuario, fue diseñado por el genial arquitecto Carlos Amarante Braga, y es un ejemplo significativo de los primeros edificios de la neoclásico portugués


Santuario Bom Jesús do Monte


Pero también hay otros lugares en los alrededores, como la cascada, el terreiro de los evangelistas, ... lo mejor es pasear tranquilamente por los alrededores y disfrutar de los jardines y miradores que adornan el conjunto arquitectónico.




Dejamos el entorno del Santuario del BOM JESUS DO MONTE, y nos vamos al centro de Braga, que está a unos diez minutos en coche. Atrás queda un lugar de visita imprescindible en el viaje al norte de Portugal, que sin duda no debes pasar por alto.

Aparcamos cerca del Ayuntamiento, en zona azul, en la Praça do Municipio, donde está el Ayuntamiento de Braga, de estilo barroco, y justamente en el otro extremo de esta plaza está el Palacio Arzobispal, que contiene actualmente la biblioteca municipal.

Ayuntamiento de Braga

Continuando a la derecha de la plaza, encontramos la Catedral de Braga, o la Se como allí se llama. La catedral tiene un aspecto extraño, ya que no es una catedral al uso. No hay una gran nave, entorno a la que hay capillas menores, sino que es un entramado extraño de patios y pequeñas capillas que te dejan un poco desconcertado. La capilla principal, destaca por sus azulejos y por contener en su interior las tumbas de los Arzobispos de Braga.



Catedral de Braga




Desde el patio central se puede acceder a la planta superior, que contiene un museo sobre el patrimonio religioso de la catedral, aunque eso si, previo pago de una pequeña cantidad.

Ya fuera de la catedral, salimos al Largo do Paço, y en un plaza donde encontramos al frente el Palacio episcopal de Braga, donde residían históricamente los arzobispos de Braga y hoy es una Biblioteca Municipal. En el centro, una fuente con forma de torreón, sobre el que sobresale lo que me pareció un arcángel.

Recorriendo el Largo de Paço, vemos la zona más comercial de Braga, repleta de tiendas, y cafeterías. Al final de la misma llegamos a la Plaza de la República, con un amplio bulevar en el centro. Recorrimos un poco el bulevar, a la derecha la Iglesia Dos Congregados. 

Plaza de la República
Volviendo sobre nuestros pasos vemos un edificio con una gran arcada ocupada en su totalidad por restaurantes. Justo detrás de esa arcada asoma los restos del castillo de Braga, lo que queda de él, la Torre del Homenaje, con un estructura cuadrada y almenada.

Iglesia Dos Terceiros









Justo al lado de la Torre del Homenaje se encuentra una pequeña capilla llamada Iglesia Dos terceiros, por ser de esta orden religiosa.

Tomamos la Rua das Capelistas y seguidamente giramos a la izquierda para encontrarnos de bruces con uno de los rincones más bonitos de Braga, los Jardines de Santa Bárbara.












El Jardín de Santa Bárbara es un jardín público que se encuentra ubicado en el centro de la ciudad junto al Palacio Episcopal de Braga.

Jardín de Santa Bárbara
Los jardines datan del siglo XVII, y cuentan con estrechos caminos rodeados por un mar de flores y setos con formas llamativas. En el centro hay una fuente donde se alza la estatua de Santa Bárbara, que le da nombre a este jardín.










Aprovechamos para pasear por estos hermosos jardines mientras nos tomamos un delicioso pastel que compramos justo en una deliciosa cafetería pastelería que esta justo en una de las esquinas del Jardín, el "Restaurante de postres".




Jardín de Santa Bárbara

Jardín de Santa Bárbara



Capilla Dos Coimbras
Nuestra última visita fue una capilla pequeña pero no por eso menos hermosa, la Capilla de los Coimbras.

La Capilla de los Coimbras también es conocida como Capilla de Nuestra Señora de la Conceição.

Fue construida en el S. XVI (1525) por orden de D. João Coimbra. Justo al lado de la capilla, se puede ver su antigua residencia que conserva elementos manuelinos, revelando la época en la que fue construida. En la fachada, podemos ver el blasón de armas de la familia Coimbra.

En el interior, merecen especial atención el altar principal y la escultura del Señor en el sepulcro. El retablo está encuadrado por paneles de azulejo del S. XVIII, alusivos al tema de la creación del mundo.


Interior Capilla dos Coimbras

lunes, 13 de agosto de 2018

GUIMARAES

GUIMARAES


Una de las joyas de Norte de Portugal es la localidad de Guimaraes, cuyo centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2001.

Castillo de Guimaraes
Se atribuye la fundación de la ciudad a un noble, vasallo del rey de Asturias Alfonso III, Vimara Pérez, quien daría nombre a la ciudad, originalmente llamada Vimaranes. 

Posteriormente sus herederos fundaron un monasterio, luego el castillo y entorno a ellos se consolidó la población ya hoy conocida como Guimaraes.

Nuestra visita comienza por el Castillo de Guimaraes. Se construyó por orden de la condesa de Portugal Mumadosa Dias en el siglo XI para defender el monasterio que se había construido en las cercanías. Esta zona, era frontera con los territorios árabes y asolado por las invasiones vikingas. En el siglo XII llegaron a la zona el conde Enrique de Borgoña. quien es realizan ampliaciones en el castillo para convertirlo además de elemento defensivo, su vivienda residencial.

Aunque el castillo fue importante para la consolidación del reino portugués, con el tiempo acabó en el olvido y el abandono. No fue hasta el siglo XX cuando fue declarado Monumento Nacional y se restaura.

Castillo de Guimaraes















Se pueden visitar las murallas y en su torre del homenaje se encuentra un museo militar, asi que si vas justo de tiempo, un paseo por los alrededores es mas que suficiente.


Muy cerca se encuentra la Iglesia de San Miguel, que más que una iglesia es una capilla con una significación histórica muy relevante, pues cuenta la leyenda que fue aquí donde fue bautizado el primer rey de Portugal, D. Alfonso Henriques. Es de estilo románico y de pequeñas dimensiones, y hay que fijarse en el suelo, que está realizado de lapidas de sepultura de nobles portugueses vinculados con la formación de la nación portuguesa.


Iglesia de San Miguel do Castelo



A escasos metros de la Iglesia de San Miguel, encontramos otro de los lugares simbólicos de Guimaraes, el Palacio de los Duques de Guimaraes. La primera edificación data del siglo XV, mandada edificar por D. Alfonso, Duque de Braganza. El palacio tiene características de casa fortificada, donde destacan un buen numero de chimeneas cilíndricas. Su interior contiene un museo sobre las conquistas portuguesas americanas y africanas.


Junto a unos metros del Palacio de los Duques de Braganza, se encuentra el monumento a Alfonso Henriques, primer rey de Portugal. Fue en Guimaraes donde se enfrentaron las tropas que apoyaban a D. Alfonso a las tropas leonesas, consiguiendo la victoria y afianzando la independencia del entonces condado portugués.

Monumento a Alfonso Henriques

Desde alli nos vamos hacia el centro de la localidad, por la Rua das Trinas y la Rua Joao Lopes de Faira, llena de casas señoriales y rincones con encanto. Entre ellas el Largo dos Laranjais.

La Casa Laranjais, es una casa solariega barroca que data del siglo 14. Destacan las puertas de la fachada manuelina y la torre del siglo XVIII

Largo dos Laranjais



Praça de Sao Tiago
Aprovechamos para comer, cerca de la Plaza de Sao Tiago, verdadero centro neurálgico y turístico de la localidad. La plaza está llena de casas señoriales, y restaurantes repletas de terrazas. Según cuenta la tradición, una imagen de la Virgen de Santa María fue llevada a Guimarães por el apóstol S. Tiago, y colocada en un templo que pasó a llamarse Praça de Sao Tiago (Santiago).





Plaza de Sao Tiago

Comemos muy cerca de esta plaza, en el Histórico Papaboa, situado en el Largo de Misericordia, un buen restaurante con una fabulosa terraza interior.

En esta misma calle, y después de comer, encontramos la Iglesia de la Misericordia.


Largo de Misericordia



Iglesia de la Misericordia








Continuamos nuestro camino por la Rua de la Reina Doña María II, para llegar al Largo de Oliveira, donde se encuentran tres de los principales monumentos de Guimaraes, la Iglesia de Nuestra Señora de Oliveira, el Monumento al Salado y el Antiguo Palacio del Consejo.

La Iglesia de nuestra Señora de Oliveira fue fundada por Alfonso Henriques, y reedificada en 1388 por Juan I en agradecimiento a la Virgen por su victoria en la batalla de Aljubarrota. La nueva iglesia, cuyo arquitecto fue el toledano Juan García, ocupó parte del claustro y fue necesario demoler una de sus galerías. La torre manuelina, que data del año 1515, fue mandada a construir por Pedro Esteves Cogominho, un caballero de la casa de los duque de Braganza. 

El origen de esta iglesia se remonta al monasterio que fundó la condesa Mumadosa Dias, en el año 950 y para cuya protección se construyó el castillo. En su testamento donó todos sus bienes a este monasterio. Tal fue la importancia de este monasterio que no respondía ante la autoridad del arzobispo de Braga, sino exclusivamente de la Santa Sede, lo que originó graves conflictos Iglesia estado.





Otro de los monumentos que podemos encontrar en el Largo de Oliveira es el Monumento al Salado, de estilo gótico, que conmemora la Batalla del Salado, en la que las tropas portuguesas y castellanas derrotaron a los benimerines procedente de Marruecos en las cercanías de Tarifa (Cadiz) en el año 1340. El monumento está justo enfrente del pórtico de la Iglesia de Nuestra Señora.


Monumento al Salado
El último monumento que encontramos en el Largo de Oliveira es la Antigua Casa del Consejo, un edificio amurallado del siglo XIV con unos bajos sobre arcos que comunican con la Plaça Sao Tiago. Actualmente el edificio contiene un museo de arte moderno.


Antigua Casa del Consejo


Volvemos ya sobre nuestros pasos hacia el Castillo, y pasamos por delante del Convento del Carmen. del año 1685, de estilo barroco. El convento fue dedicado a Santa Teresa, aunque a comienzos del año 1700, una bula papal autorizó a las recogidas de Santa Teresa a tomar el velo de religiosas carmelitas descalzas, pero como el altar mayor estaba ocupado por la imagen de Nuestra Señora del Carmen, que era muy venerada el nombre quedó como Convento del Carmen.

Convento del Carmen

PARQUE NACIONAL PEREDA GERES

PARQUE NACIONAL PEREDA GERES



El parque Nacional de Pereda Geres, está situado al norte de Portugal, en la zona limítrofe con la frontera española por Galicia. Es el único Parque Nacional portugués, y fue creado en el año 1971. Sin duda, es un lugar estupendo si quieres pasar un día rodeado de la naturaleza, en un entorno repleto de arroyos, bosques y cascadas por doquier.





Si piensas visitar este Parque Nacional lo primero que debes hacer es planificar un poco tu ruta, y ajustarla a los días que quieres estar. Has de tener en cuenta que todas las carretreas que lo recorren son carreteras de montaña por lo que un trayecto de 20 kilómetros te puede llevar una hora.


Además no todas los puntos de interés son accesibles en coches, en algunos casos, tendrás que dejarlo e ir andando un rato, así que mejor planifícalo. En el siguiente mapa te pondré los puntos de mayor interés dentro del Parque. 





Lo primero que tienes que tener claro a la hora de planificarte es que es lo que prefieres ver, si prefieres ver santuarios y castillos medievales o si por el contrario te va más la naturaleza y disfrutar de las cascadas que este parque te puede ofrecer.

Si tu opción es la primera no puedes dejar de ir a el Castillo de Lindoso y a la población de Soajo, para después ir a los Santuarios de San Bento y al de Pitoes das Junias. Hemos leido buenas referencias de ellos, y aunque quisimos visitar algunos de estos sitios, tras ver el tiempo que nos llevaba recorrer los kilómetros por las complicadas carreteras del Parque, tuvimos que declinar visitarlas y centrarnos en la segunda opción, disfrutar de los miradores y de las cascadas del parque.

Dentro de las cascadas, que hay varias, nosotros visitamos tres de ellas, la Cascada de Portela do Homem, la Cascada do Arado y la Cascada Tahití, bañándonos en la primera y en la última. No puedes tampoco dejar de ir al mirador de Pedra Bela, ni hacer paradas para ver los tupidos bosques del Parque Nacional.


Cuando llegamos al Parque lo primero que hicimos fue ir hacia la oficina de información y turismo, donde nos indicaron los lugares imprescindibles para visitar en un día. Te dan un mapa, y a comenzar el camino. Nos recomendaron que la primera parada la hiciéramos en el sitio más lejos, en la Cascada de Portela do Homem, a pocos kilómetros ya de la frontera española. 

Cascada de Portela

Desde la entrada del parque hasta la Cascada de Portela hay unos 20 kilómetros, pero tardarás unos 40 minutos en llegar. Tendrás que dejar el coche junto a la carretera porque no hay aparcamiento, pero sin duda el camino tiene su recompensa.

Cascada de Portela
Si no tienes idea de bañarte, la cascada se puede ver desde un puente que cruza la carretera, aunque sin la menor sombre de dudas, tienes que hacer todo lo posible por sumergirte en esas aguas cristalinas y heladas de la cascada.

Para bajar a la cascada debes tomar el camino que sale de la derecha, justo por donde pasa la calzada romana que se dirige hacia Galicia. La calzada está perfectamente conservada y tienes que recorrerla unos metros para ver la desviación a la cascada. Para bajar tienes que tener cierta agilidad, y es imposible para personas que tengan dificultades para subir y bajar piedras de considerable tamaño.

Después de una complicada bajada, llegamos a una zona de rocas donde puedes cambiarte y dejar las mochilas, y a solo unos metros tienes la cascada y el lago. El agua es de color esmeralda y cristalina, pero helada en su temperatura. Cuesta sumergirte, pero una vez dentro, la sensación es increíble.







Puedes tener la sensación de como te cae el agua de la catarata encima mientras te bañas e incluso para los más atrevidos, saltar desde las rocas al lago esmeralda. Cuando termines, cuidado al subir, si difícil era bajar, la subida no es más fácil ni mucho menos.


Nos volvemos a montar en el coche y ponemos rumbo ahora a otro de los puntos de interés, el Mirador de Pedra Bela. Como era ya hora de comer, aprovechamos para hacer una parada en Geres en un restaurante, comer bacalao ao brasa y continuar con mas energías. 

Durante el camino, otra vez por sinuosas carreteras, hacemos más de una parada para ver los frondosos bosques del parque, repletos de helechos y de árboles cubiertos de enredaderas.

Son más de 10 kilómetros los que hacemos viendo el mismo paisaje, verde a un lado y otro de la carretera, con árboles que cubren la misma y no dejan ver el sol.
























Llegamos al Mirador de Pedra Bela, desde donde se pueden ver unas vistas muy bonitas del lago creado por la presa del Río Cavado. Desde la cima hay un mirador donde no solo se divisa el lago, sino también el pueblo de Geres y también todas las zonas boscosas de los alrededores.




Mirador de Pedra Bela


Cascada do Arado


La siguiente parada de nuestro recorrido fue la Cascada do Arado, la más alta de la zona. Para alcanzarla, tienes que andar un buen trecho, salvo que vayas en todoterreno, en cuyo caso puedes adentrarte por el camino de tierra y llegar cerca de la cascada. Nosotros tomamos el camino de tierra hasta un puente donde dejamos el coche y comenzamos a subir. La subida no es fácil porque se intercalan tramos de subida por piedras con escalones, así que cuando llegas a la cumbre llegas ya cansado, pues son al menos diez minutos subiendo.


La cascada tiene una doble caída con una doble poza, tanto en la primera caída como en la segunda. Se puede ver perfectamente desde un mirador que hay al final del sendero escalonado. La primera caída es la más pequeña, y la poza tiene un difícil acceso para bañarse. La segunda caída es la más alta, y su poza se sitúa al nivel del río. Desde el mirador hay un pequeño sendero de tierra muy empinado que baja hasta la orilla del río, aunque no puedo hablar de la dificultad porque decidimos no tomarlo y aprovechar para alcanzar la última cascada del día, la cascada Tahití.


Cascada do Arado
Río Arado




Desde la cascada do Arado hasta la cascada Tahití hay unos 6 kilómetros que tardarás unos 25 minutos en recorrer en coche, Al llegar encontrarás aparcamiento a ambos lados de la carretera y comenzarás a bajar por un sendero. La cascada Tahiti es en realidad una sucesión de saltos cascadas que descienden entre las montañas. No encuentras una cascada con un salto enorme, pero si una sucesión de ellas que hacen que el entorno sea sorprendente y muy bello.

Esta sucesión de cascadas forman pozas en muchos puntos, por lo que no dejaras de ver gente tumbada entre las rocas de la cascada o aprovechando para bañarse en las pozas. Pasamos toda lo que quedaba de tarde en esta cascada, había poca gente, una tranquilidad absoluta y la oportunidad de tener una poza con cascada para ti solo... La oportunidad era única y no pudimos resistirnos a quedarnos un buen rato.

Cascada Tahití





Cascada Tahití


Después de echar la tarde en las cascadas ponemos rumbo a la salida del Parque, nos lleva más de media hora alcanzar la oficina de turismo. Durante el camino, vemos la zona más comercial del parque nacional, ya cerca de la presa, lleno de restaurante y actividades acuáticas. Tendremos que volver para ver la parte más cultural del parque, pero eso será en otra ocasión...