OPCIONES

lunes, 31 de octubre de 2022

GUIA COMPLETA DE LA BASILICA DE LA SANTA CROCE (FLORENCIA)

GUIA COMPLETA DE LA BASILICA DE LA BASILICA DE LA SANTA CROCE


Piazza di la Santa Croce

Una de las principales atracciones turísticas de Florencia, es sin duda la Basílica de la Santa Croce y sin lugar a duda, es una visita que no puedes perderte. Está situada en la Plaza del mismo nombre, a cien metros del Palacio Vecchio y muy cerca de las orillas del Arno. Su visita es de pago, y si quieres admirarla en todo su esplendor y no tener problemas con la entrada, te recomiendo que compres la entrada previamente en la siguiente dirección, https://santacroce.midaticket.it. EL precio de la visita normal es de 8 euros, y de 12 euros si es con audio guía. Si quieres un mapa para tu visita, al final de la entrada encontrarás el mismo.

La entrada a la Basílica se encuentra en el lateral izquierdo de la misma, si miramos desde la fachada, y hay que tener en cuenta que hay gente esperando desde la primera hora de la mañana.

Antes de comenzar la visita hagamos un poco de historia....


La Santa Croce, es la iglesia franciscana más grande del mundo, y su historia se remonta a comienzos del siglo XIII. Según la tradición, los primeros compañeros de San Francisco llegaron a Florencia en 1209. Durante el siglo XIII y hasta entrada la peste en el siglo XIV las ciudades europeas crecieron por el auge de la producción de manufacturas y del comercio. Consecuencia de esta auge económico fue la migración de los campesinos del campo hacia la ciudad, campesinos que se instalaban extramuros de las ciudades. Los frailes de las nuevas órdenes religiosas mendicantes se instalaron entre estos habitantes, es decir extramuros, y unos de ellos fueron los franciscanos, quienes eligieron la orilla norte del Arno, en una zona pantanosa, a menudo invadida por las crecidas del río para instalarse.

Los primeros conocimientos escritos de la Iglesia datan de 1228, cuando San Francisco fue proclamado Santo dos años después de su muerte.

Entre 1252 y 1267 se sustituyó el primer edificio por un segundo, pero pronto ya no fue suficiente para albergar a los fieles y se proyectó un complejo mucho más grande: la primera piedra de la iglesia actual se colocó el 3 de mayo de 1294. Fue confiado al principal arquitecto florentino, Arnolfo di Cambio y, antes de su muerte entre 1302 y 1310, la parte del ábside estaba casi terminada. Las obras se terminaron a finales del siglo XIV, pero no fue hasta 1443 cuando fue consagrada por el Papa Eugenio IV. Fue ya a partir del siglo XIV cuando las paredes se decoraron con frescos: una técnica rápida y barata para contar episodios sagrados haciéndolos comprensibles incluso para los analfabetos.

En 1566, el duque Cosmo I de 'Medici encomendó a Giorgio Vasari la tarea de renovar las iglesias florentinas anexas a los conventos, incluida Santa Croce, para adaptarlas a las directivas del Concilio de Trento. Vasari derribó el tabique que impedía el contacto de los fieles con el altar mayor, sobre el que se colocó un gran copón para la Eucaristía, la finalidad de ese copón era resaltar la Presencia de Cristo a través de la Hostia sagrada, punto este en discusión con los protestantes. Además, Vasari, para obviar el desorden visual que contrastaba con la decoración y simetría impuesta por la Contrarreforma, se colocaron catorce nuevos altares simétricos adosados ​​a los muros laterales de la nave.

La iglesia fue primero un templo funerario de los franciscanos, luego de los miembros de las familias adineradas del barrio. Pero aunque se siguieron enterrando nobles a lo largo de los siglos, no es hasta comienzos del siglo XIX cuando la Iglesia se convierte en Panteón Nacional de Hombres Ilustres.

En el siglo XIX, dada la importancia que asumía la iglesia, se sintió la necesidad de completar la fachada que se terminó en 1865, coincidiendo con las celebraciones del sexto centenario del nacimiento de Dante.

RECORRIENDO LA BASILICA

El recorrido a la Basílica de la Santa Cruz consta de tres partes, la primera de ellas estaría estructurada en torno a la nave central y a las tumbas y cenotafios de los hombres ilustres, una segunda estructurada en torno a las capillas principales y la sacristía, y una tercera por los claustros y el cenáculo.

Comenzando con la primera de ellas, hay que decir que la iglesia tiene planta de cruz latina con cinco capillas a cada lado de la capilla mayor; a éstas se suman las capillas que se abren en los brazos del crucero. Las tres naves están separadas por pilares octogonales sobre los que se levantan arcos apuntados.

La nave central tiene 34 metros de alto y 20 metros de ancho fundiéndose con las naves laterales, y dando por tanto la sensación de una única e inmensa sala. 


El verticalismo gótico se ve atenuado por la cubierta de vigas de madera, que sustituyen a las bóvedas, y por las galerías que recorren los arcos de la nave central. La iluminación entra a través de unas magníficas vidrieras, que son originales, y se remontan al siglo XIV.

Sobre el suelo de la nave central y en el crucero aun se pueden ver tumbas con lápidas hoy casi desaparecidas por el paso del tiempo. Estas tumbas en sus orígenes eran ocupadas por los propios franciscanos, pero con el tiempo fueron utilizadas por los miembros dela nobleza local.

Así, Biordo degli Ubertini (fallecido en 1348) es recordado por una placa con el difunto con armadura enmarcada por un tabernáculo de estilo gótico, o por ejemplo la Lápida de Bartolomeo Valori (muerto en 1427) modelo para muchos otros: la representación se vuelve más realista con la eliminación del sagrario y teniendo en cuenta el uso del suelo de la obra.



                   



Capilla Mayor



Al final de la nave central se sitúa otra de las joyas de la Santa Croce, la Capilla Mayor. La capilla actual se debe fundamentalmente a la aportación de la familia Alberti, que eran propietarios de sociedades dedicadas a comercio y la banca. De hecho parte del legado familiar fue destinado a la construcción de la capilla. Durante el siglo XIV, Jacopo deglo Alberti, miembro de esta familia encarga para la capilla, La Leyenda de la Vera Cruz, frescos que relatan los acontecimientos históricos que rodean a la cruz de Cristo.

Si nos situamos frente a la Capilla Mayor, a su derecha podremos recorrer las capillas principales de la Basílica, pero ya entraremos más tarde en detalle.




            



         










PRINCIPALES TUMBAS Y CENOTAFIOS

Volviendo a la Nave central, y a las tumbas, podemos recorrer ahora las tumbas y cenotafios más importantes. Todas ellas están colocadas sobre las paredes de las naves laterales de la Basílica. Algunas son tumbas, y otras cenotafios, estos últimos no contienen al personaje fallecido, sino que son simplemente unos monumentos funerarios.


Si comenzamos por la entrada de la Basílica a la derecha encontraremos el primero de ellos y tal vez de los más llamativos, es el de Galileo Galilei.

Tumba de Galileo Galilei

Tumba de Galileo Galilei
En el centro del monumento funerario está la figura principal que es un busto de Galileo sosteniendo un telescopio en su mano. A ambos lados hay dos figuras femeninas que representan a la astronomía (izquierda) y a la geometría (derecha). La primera sostiene en su mano un esquema de un sistema heliocéntrico y la segunda tiene en su mano un libro con gráficos relacionados con el estudio del movimiento de los cuerpos. Debajo del busto de Galileo se puede observar a Júpiter y los cuatro satélites principales, uno de sus más trascendentales hallazgos con el telescopio.

Cuando Galileo murió en 1642, Ferdinando II, el Gran Duque de Toscana en ese momento, quiso que sus restos yacieran en una tumba dentro de la nave central de la Santa Croce cosa que el papa Urbano VIII no permitió debido a la condena que Galileo había recibido. En cambio, fue enterrado en una pequeña sala próxima a la capilla de las novicias. Finalmente, en el año 1736, el actual mausoleo fue construido y desde entonces Galileo descansa allí frente a la tumba del gran pintor Miguel Ángel.



Tumba de Miguel Ángel

Tumba de Miguel Ángel
Si cruzamos la gran nave central y no situamos en el lado opuesto a la tumba de Galileo, encontramos la tumba de Miguel Ángel Buonarroti. Miguel Ángel murió en 1564, cuando tenía 89 años. En ese momento no fue enterrado aquí, sino en Roma. Fue unos meses mas tarde a instancia de su sobrino Leonardo, cuando sus restos fueron trasladados a Florencia. Como su sobrino temía que obstaculizaran su traslado, ocultó el cuerpo de Miguel Ángel en un rollo de ropa y lo cargó en un carro con más mercancías. El cuerpo llegó a Florencia tres semanas mas tarde y fue enterrado en la Santa Croce, tal y como era su deseo.

La tumba fue realizada por Vasari, y sobre ella hay tres esculturas que representan las personificaciones de la pintura, la escultura y la arquitectura. Estas figuras parecen entristecidas por la desaparición del gran maestro. Pero toda la tumba es una mezcla de pintura, escultura y arquitectura.


Cenotafio de Dante Aligheri

Cenotafio de Dante
Situada junto a la tumba de Miguel Ángel se encuentra el cenotafio de Dante. Se trata de un Cenotafio porque los restos de Dante no están aquí, sino en Ravena, ciudad que acogió en su exilio al poeta florentino. Aunque Florencia reclamó sus restos, estos nunca se movieron de Ravena, por lo que en el siglo XIX se decidió construir un cenotafio en la Santa Croce.

En el mismo, Se representa a Dante sentado en lo alto del monumento, pensativo, con el torso desnudo envuelto en un manto, la cabeza cubierta y coronada de laureles; Más abajo, en el lado derecho de un sarcófago, la figura alegórica de Poesía derrumbada, llora por su desaparición, un libro abierto, una corona en la mano. Otra figura simbólica, la de Italia, se encuentra en el lado izquierdo, en la figura de la Diosa Cibeles que se alza sosteniendo el asta de un estandarte.

Púlpito de Benedetto da Maiano


Haciendo una pausa entre las tumbas de los personajes famosos, merece la pena pararse un momento junto al Púlpito de Benedetto da Maiano,

Este púlpito tiene forma pentagonal y fue encargado por el rico comerciante florentino y partidario de los Medici, Pietro Mellini, cuya familia vivía en el barrio de Santa Croce. Benedetto da Maiano construyó los escalones que conducen a su púlpito en el espesor del pilar, lo que requirió reforzar estructuralmente su base. Esto se debió a que el área bajo el patrocinio de Mellini se limitó al ribattimento , es decir, a la proyección de la forma octogonal del púlpito en el piso, marcado en mármol blanco y de colores y que contenía la lápida del patrocinador.






Tumba de Vittorio Alfieri

Tumba de Vittorio Alfieri
Junto al cenotafio de Dante, encontramos otra tumba realmente hermosa, la que rinde homenaje a Vittorio Alfieri, dramaturgo y poeta italiano del siglo XVIII. Cuando el poeta y dramaturgo Vittorio Alfieri murió en 1803, Luisa de Stolberg-Gedern, la condesa de Albany y su último amor, encargó al célebre escultor Antonio Canova que produjera una tumba monumental. Dada la importancia del monumento, se decidió erigirlo en un lugar privilegiado de la nave sur entre las tumbas de Miguel Ángel y Maquiavelo.

El monumento se centra en la majestuosa figura de Italia llorando ante una tumba adornada con un medallón que muestra el busto de Alfieri de perfil. Ante el sepulcro descansa un cuerno de la abundancia, mientras que los mascarones laterales aluden al arte de la tragedia y la corona de laurel y la lira a la poesía.





Tumba de Nicolás Maquiavelo

Siguiendo en el mismo sentido, la siguiente tumba que encontramos es la Tumba de Nicolas Maquiavelo.

Tumba de Maquiavelo
Los restos mortales del gran historiador y escritor Nicolás Maquiavelo fueron enterrados en la capilla de su familia en Santa Croce en 1527, el año de su muerte, en una tumba "sin particular distinción", debido a sus simpatías republicanas y su oposición a la tiranía en la última parte de su su carrera política lo había aislado y ganado la hostilidad de la familia Medici, hasta el punto de que se vio obligado a retirarse de la vida pública. De hecho, fue durante su ausencia forzosa cuando escribió su obra más célebre, El Príncipe . No fue gasta el siglo XVIII, cuando se plantea la realización de un monumento digno del gran escritor y político renacentista.

El diseño del sepulcro, bastante sencillo en comparación con los que lo rodean, es de estilo rococó clasicista centrado en la representación alegórica de la Política sentada sobre un sarcófago neorrenacentista, y sosteniendo en su mano derecha un medallón con el retrato de Maquiavelo, y en su izquierda una balanza que simboliza el equilibrio requerido en el ejercicio de las artes políticas, incluida la diplomacia. La base lleva una inscripción, que dice: "TANTO NOMINI NULLUM PAR ELOGIUM", ("ningún elogio es suficiente para un nombre tan grande").

La ANUNCIACION de Donatello

En el muro lateral derecho, junto a la tumba de Maquiavelo, se encuentra el Altar realizado por el mismísimo Donatello. No se sabe muy bien como llegó a estar colocado en esta pared, pero se supone que se colocó aquí tras derribarse un muro colocado cerca del altar mayor. La Anunciación , fue tallada por Donatello poco antes de partir hacia Padua, y fue encargada por Niccolò Cavalcanti , cuya hermana Ginebra estaba casada con Lorenzo de Medici, hermano del amigo cercano de Donatello, Cosmo de Medici.

Donatello ambienta su obra en un gran tabernáculo. La Virgen, cuya cabeza hace eco de la escultura griega del siglo V a. C., se inclina desde el ángel arrodillado hacia un atril y una puerta gemela. El conjunto está ricamente resaltado en oro.

La restauración realizada en el siglo XX, reveló que el monumento originalmente pudo haber sido pintado de blanco para imitar el mármol, mientras que el dorado del siglo XIX refleja los reflejos dorados originales.


 


Tumba de Leonardo Bruni


Tumba de Leonardo Bruni
Con las tumbas de Leonardo Bruni y Carlo Marsuppini, enfrentadas en las naves laterales de la iglesia, comienzan las tumbas de las familias más importantes de Florencia. Bruni fue un humanista, historiador y canciller de la República Florentina de mediados del siglo XV. La tumba fue creada por Bernardo Rosallino y con esta obra marca el prototipo del monumento funerario florentino del Renacimiento, tanto por el esquema compositivo como la linealidad y la claridad de la disposición arquitectónica, desprovista de figuras alegóricas y cortinas típicas de las tumbas medievales.

En el sarcófago, dos victorias aladas sostienen el epígrafe humanista en caracteres latinos, que traducidos dicen... "la muerte de Leonardo, la Historia llora, la Elocuencia es muda, y las musas griegas y latinas no pueden contener el llanto".

Tumba de Gioachino Rossini

Tumba de Rossini
El músico Gioachino Rossini murió en París en 1868 y el cuerpo fue enterrado en el cementerio de Père Lachaise. El Municipio de Florencia ofreció a su esposa Olympe Pélissier enterrarlo en Santa Croce, el lugar elegido para celebrar a los ilustres italianos, y abrió una suscripción pública al querer erigir un monumento a él. En 1887 los restos fueron exhumados y trasladados a Florencia, donde fueron recibidos con un solemne homenaje al querido artista.
La tumba, realizada en el Siglo XIX por Cassioli, tiene como referencias las tumbas de Bruni y Marsuppini y otros ejemplos renacentistas, pero actualiza el sistema con la inclusión de la gran figura de la Música envuelta en un suntuoso manto, que llora de pie junto al sarcófago.

Tumba de Niccolini

Tumba de Niccolini
La siguiente tumba que vemos es El monumento al poeta y dramaturgo Giovan Battista Niccolini que fue realizado por Pio Fedi, discípulo suyo y uno de los escultores más importantes de la época. La tumba está presidida por la figura alegórica de la Libertad de Poesía, que muestra una cadena rota en la mano alzada, símbolo de la reivindicada libertad de pensamiento, mientras que con el pie derecho pisa un fragmento. La otra mano sostiene una corona de laurel y una lira que descansan sobre un montón de volúmenes escritos por Niccolini, cuyo retrato aparece en un medallón sobre la urna.                                                                                                                                                                  Existe una sorprendente relación con la  Estatua de la Libertad de Nueva York y es que pudo haber sido la fuente de inspiración del artista francés, Bartholdi,  que creó su obra entre 1877 y 1886, tras un viaje a Italia un par de años antes, durante el cual pudo ver una primera versión del monumento a Niccolini.


CAPILLAS Y SACRISTIA

Una vez dejamos las tumbas, a mano derecha podemos contemplar dos de las capillas a mi juicio más bonitas de la Santa Croce, la primera de ellas es la Capella Castillani.


Capilla Castellani


La capilla Castellani debe su nombre a Michele di Vanni Castellani, quien encargó la construcción y decoración de una capilla en su testamento de 1383 para su familia.

Los frescos de las paredes y las bóvedas fueron realizados por Agnolo Gaddi y los artistas de su taller. El ciclo pictórico de la capilla ilustra cuatro Historias de santos: Juan Evangelista, Antonio Abad, Juan el Bautista y Nicolás de Bari. En los pilares, dentro de falsos nichos, hay frescos de figuras de santos vinculados a la Orden Franciscana y los cuatro evangelistas aparecen en las dovelas de las bóvedas y cuatro Doctores de la Iglesia.

Desde el siglo XIX la capilla alberga monumentos funerarios de personalidades extranjeras residentes en Florencia: el pintor polaco Michal Bogoria Skotnicki ; el diplomático y compositor polaco Michal Kleophas Oginski; Luisa di Stolberg-Gedern condesa D'Alban, compañera de Vittorio Alfieri.


                      

Capilla Baroncelli

 Capilla Baroncelli
Junto a la Capilla Castellani, al final del crucero derecho se sitúa esta capilla, que para mi es una de las más bonitas, dedicada a la Anunciación de María. Data de 1328, y fue construida por orden de unos ricos comerciantes florentinos. En la misma se relatan las Historia de la Virgen María, desde la concepción de Cristo, a la adoración de los Reyes Magos.

En las bóvedas y en el marco de la ventana con parteluz se representan las personificaciones de la Virtud, escogidas para ilustrar las cualidades de la Virgen ya la que también deben tender los franciscanos. En los arcos, en los pilares y en las ventanas hay personajes de la Biblia y santos que hacen referencia a la devoción mariana.

El altar está representado por una escena de la Coronación de la Virgen María, rodeada de Santos y Doctores de la Iglesia.

A finales del siglo XV, se encargaron algunas renovaciones de la capilla, incluida la ejecución del gran fresco en la pared oeste con la Madonna della Cintola pintado por Sebastiano Mainardi.

              

                   Historias de la Vida de la Virgen (Izq altar) y Madonna della Cintola


 Capilla de los Medici

Capilla Medici
La Capilla de los Medici no se encuentra ni en las naves principales de la Basílica, ni en el crucero de la misma, sino que para llegar a la misma hemos de dejar la Iglesia y adentrarnos en la zona de la Sacristía.


Tumba original de Galileo
Virgen en Majestad (A. della Robbia)
La capilla es una sala rectangular cubierta por dos bóvedas de crucería y cerrada por una bolsa cuadrada. Destinado a novicios, fue construido entre 1435 y 1445 gracias al patrocinio de Cosimo de 'Medici. La estructura renacentista de la capilla, probablemente diseñada por Michelozzo, se ha mantenido casi sin cambios, mientras que el mobiliario ha sufrido numerosos cambios, dado que se han retirado muchas obras por la propia Iglesia o por la pérdida que se sufrió durante las invasiones napoleónicas.

Si bien la decoración de la capilla parece austera, como ya he comentado, prácticamente nada de lo que se expone es de la época Medici, si destacan dos cosas: Una de ellas es la Virgen en Majestad, realizada en terracota vidriada en 1495 por Andrea della Robbia; la otra es un compartimento a la izquierda del altar, que marca el lugar donde fue enterrado Galileo Galilei a su muerte (1642), y cuyos restos no fueron trasladados al sepulcro monumental de la iglesia hasta 1737.

 La Sacristía

Muro Sur de la Sacristía
Tras la Capilla Medici entramos en uno de los lugares más hermosos de la Basílica, la Sacristía. La sacristía, como casi todo el mundo sabe es una sala anexa a la Iglesia donde se guardan los objetos relacionados con el culto católico, donde los sacerdotes se preparan para la Santa Misa... pero no por ello es un lugar sencillo, sino que puede ser un lugar donde se acumulan las obras de arte, como es el caso de la Santa Croce, y esto es debido a que probablemente no solo se usó como Sacristía, sino también como Sala Capitular, es decir donde la comunidad de religiosos se reunía durante el día para las reuniones.

En la Basílica de Santa Croce es un recinto rectangular, con un techo de madera entramada pintado. Se suele atribuir el apoyo de la construcción a la familia Peruzzi, pues sus escudos están presentes en las cuatro esquinas del recinto.

En el Muro Sur, que es por donde accedemos a la Sacristía, se puede ver un mural con la crucifixión, y a ambos lados de ésta, una escena del Monte Calvario y otra de la Ascensión de Cristo, ambas del siglo XIV.

Dentro de la capilla existente dentro de la Sacristía, destaca el Crucifijo de Cimabue, que sufrió un gran deterioro en las inundaciones de 1966, y que tras una rigurosa restauración de más de diez años ha podido recuperarse en parte, pues casi el 60% de la pintura se perdió e incluso la madera de la pintura se agrietó.

 

               


LOS CLAUSTROS Y EL CENÁCULO 

Claustro de los muertos
Salimos ya hacia el exterior de la Basílica, y tras pasar por la Capilla Pacci, nos encontramos con los Claustros. Santa Croce tiene dos claustros, el pequeño, llamado también de los muertos, y el grande también llamado de Brunelleschi.

Claustro de Brunelleschi
Los claustros se usaban para conectar los distintos espacios del convento, es decir, el refectorio, las capillas, el cenáculo, las celdas de los monjes y resto de estancias... En los mismos solo podían entrar los religiosos, aunque también se admitían a miembros de la nobleza que tuvieran enterramientos familiares en el convento. Este primer claustro, se diseñó en el siglo XIII, es decir al comienzo de la construcción de la Basílica, y también fue usado como cementerio, es por eso por lo que se le conoce como el Claustro de los Muertos. Este uso funerario se mantuvo hasta prácticamente el siglo XIX, cuando tras las obras para la remodelación de la fachada de la basílica se retiraron tanto las tumbas como los monumentos funerarios existentes. También en esa época, se demolió un edificio que donde se instaló la Inquisición, y en su defecto se construyó un pórtico elevado que flanquea a la Iglesia.

Desde el primer claustro se accede tanto al Cenáculo como al Segundo claustro. Nos adentramos primero en este ultimo, que duplica en tamaño al primero.  


Cenáculo

El cenáculo data de la primera mitad el siglo XIV, y era usado como refectorio, es decir, el lugar donde se reunían los monjes para comer, mientras uno de sus miembros leía pasajes de las escrituras.

Cenáculo

Hablando propiamente del edificio, hay que decir que es una gran sala rectangular, cubierta por un techo de celosía de madera, si bien destaca toda la pared trasera del Cenáculo , que está pintada con una compleja escena que incluye la Última Cena, la Crucifixión, los Estigmas de San Francisco y tres relatos sagrados relacionados con la comida.





Árbol de la Vida
La Crucifixión era la iconografía habitual de los refectorios conventuales más antiguos, pero en este fresco se añadía por primera vez la Última Cena , tema que será protagonista absoluto en los Cenáculos de los siglos XV y XVI. La cruz se representa como un "árbol de la vida" del que se ramifican doce ramas para formar medallones en los que bustos de profetas sostienen volutas que invitan a contemplar el sacrificio de Cristo. En la zona inferior está San Francisco, abrazado a la cruz y San Buenaventura, y en las esquinas los escudos de la familia Manfredi, que fueron los que encargaron la obra.

El recinto se usó durante los siglos no solo como Cenáculo, sino también como fábrica de alfombras, y almacén de obras de arte. Hoy, pertenece al Museo de la Santa Croce, como salas de exposiciones y conferencias.




MAPA PARA LA VISITA A LA SANTA CROCE
































martes, 25 de octubre de 2022

CINCO DIAS POR LA TOSCANA

 CINCO DÍAS POR LA TOSCANA

Un viaje por la Toscana es uno de esos viajes que siempre tienes pendiente. Todos los viajeros quedamos iluminados por la capital de la Toscana, Florencia, donde el arte y la historia se funden y eclipsan a los alrededores. Pero bien mirado, La Toscana es mucho más, es conocer ciudades impresionantes como Siena o Lucca, es pasear por pueblos con un encanto inigualable como San Gimignano, Volterra o Monpulciano, es bañarse en las Termas de San Filipo, o saborear una buena copa de Chiantti mientras ves como se pone el sol entre los cipreses toscanos.


La Toscana es una de las regiones más importantes y grandes de Italia,  su capital es Florencia, y limita al norte con la región de Emilia Romagna, al sur con el Lacio, y el oeste con el Mar Tirreno y su patrimonio histórico y artístico no tiene parangón. Está dividida en 9 provincias administrativas, y sus ciudades más importantes son Lucca, Pisa, Siena y Florencia. Sus valles más famosos son el valle del Chiantti y sobre todo el Valle D´orcia.


Antes de ir a la Toscana siempre surgen algunas preguntas... que intentaré responderte de forma clara y concisa...

  • ¿Cómo llego a la Toscana? Puedes volar a Florencia, Pisa o Bolonia. En estas dos últimas hay vuelos low cost, por lo que es más económico. Bolonia está aproximadamente a hora y cuarto de Florencia, y Pisa a unos 45 minutos.
  • ¿Cómo me muevo? Mi recomendación es que alquiles un coche, es imprescindible si quieres salir de Florencia, y visitar el Valle D´Orcia. Ten en cuenta que para ir de Bolonia a Florencia has de coger autopista, mientras que entre los pueblos son carreteras de una sola dirección pero en muy buen estado.
  • ¿Dónde me alojo? Pues en esta zona si quieres vivir el ambiente Toscano, yo te recomiendo que te alojes en un AGROTURISMO, que son como pequeños hoteles rurales situados en fincas, donde además de comer bien, te imbuirás en la Toscana. EN el caso de Florencia, si vas con coche, es importante que e alojes en un hotel con aparcamiento. A lo largo del post, pondremos los sitios donde nos hemos alojado.
  • ¿Cuánto tiempo necesito para conocer la Toscana? Para conocer perfectamente la Toscana, es necesario al menos una semana, pero puedes conocer perfectamente sus lugares esenciales en cinco días. Nosotros pudimos disfrutar de la Toscana durante cinco, días y con este itinerario, puedes recorrer los principales atractivos de la zona, disfrutando de su cultura, gastronomía y paisajes, sin pegarte una paliza y haciendo un poco de todo...
  • ¿Cuándo ir a la Toscana? La mejor época es la primavera, nosotros fuimos en Mayo. Los campos están verdes con colores intensos, la temperatura es muy agradable, apenas llueve y no hay masas ingentes de turistas,

En resumen, no puedes dejar de ir a la Toscana, es de esos sitios, que la realidad supera a la ficción. Si quieres conocer con más detalle los lugares que visitamos, solo tienes que picar en el enlace. 

PRIMER DIA: LUCCA Y PISA

SEGUNDO DIA: VOLTERRA, SAN GIMIGNANO, MONTERIGGIONI, SIENA Y CERTOSA DE PONTIGNANO

TERCER DIA: DUOMO DE SIENA, MONTALCINO, CIPRESES DE SAN QUIRICO D´ORCIA, PIENZA, BAGNO VIGNONI Y TERMAS DE SAN FILIPPO

CUARTO DIA: MONTEPULCIANO, CASTELLINA IN CHIANTI Y VISITA A FLORENCIA

QUINTO DIA: FLORENCIA: VISITA AL PALAZZO VECCHIO Y A LA BASILICA SANTA CROCCE