OPCIONES

BUDAPEST: PRIMER DIA

 DIA 1: ANDRASSY UTCA, BASILICA DE SAN ESTEBAN, PUENTE DE LAS CADENAS, SINAGOGA KAZINCZY, CAFE NEW YORK, PASEO POR LA RIBERA DEL DANUBIO Y  SZIMPLA KERT (BAR RUINA)


Nada más llegar a nuestro hotel, situado junto a la estación de, nos ponemos en camino, preferimos andar a coger el tranvía y recorremos el Boulevard Terez hasta que nos cruzamos con la Andrassy Utca, la calle con más renombre en Budapest, donde abren sus puertas las principales boutiques y tiendas de lujo de renombre. 

La Andrassy Utca la puedes recorrer hacia el este, en dirección al Monumento de los Héroes o hacia el Oeste, en dirección a la Basílica de San Esteban. Si la recorres hacia el Oeste, a mi modo de ver los edificios no son algo excesivamente destacable, exceptuando el edificio de la ópera, por lo que para pasear está bien, pero no esperes mucho más, ... sin embargo si te diriges hacia la Plaza de los Héroes, no encontrarás tiendas, pero si podrás ver multitud  de casas señoriales del siglo XIX restauradas, con un amplio boulevard para pasear.

Como decía antes hay que destacar el Palacio de la Ópera, un edificio impresionante, que desafortunadamente no pudimos ver, al estar de obras. 

Como quiera que nos dirigimos al oeste, nuestra primera visita fue la Basílica de San Esteban, la catedral de Budapest. 

BASILICA DE SAN ESTEBAN

Está consagrada a San Esteban, el primer rey de Hungría, canonizado en el año 1083, y cuya mano incorrupta se conserva en el interior del templo como una de las principales reliquias de los húngaros.

La iglesia, cuya fachada da al Danubio y tiene 55 metros de ancha, es de estilo Neoclásico, de planta griega y con dos torres gemelas a modo de campanarios. En la de la derecha se conserva aún la campana más grande Hungría, mientras que la que estaba en la torre izquierda, fue fundida durante la segunda guerra mundial. Su construcción data de mediados del siglo XIX y se terminó a comienzos del siglo XX. Como curiosidad hay que destacar que la cúpula se derrumbó en 1868 por defectos en la construcción y tuvo que ser reconstruida.

Acceder a la catedral, no es gratis, el precio de la donación es de unos 200 florines, y 500 más si quieres acceder a la cúpula.

Tras visitar la catedral nos ponemos rumbo al Danubio, que está a pocos metros...hace un frío que pela, y la brisa que proviene del río te deja tiritando aún más...

Nos dirigimos al famoso Puente de las cadenas, y contemplamos el imponente hotel Four Seasons, ubicado en el Palacio Gresham, un edificio de estilo art noveau, que fue sede a comienzos de siglo de la empresa aseguradora británica Gresham y que a pesar de su esplendorosa imagen actual, pasó por épocas, donde fueron oficinas, apartamentos e incluso cuartel. Afortunadamente hoy está restaurado, y es uno de los edificios más lujosos de la capital Húngara.


Palacio Gresham


Por fin  llegamos al famoso puente de las cadenas, lamentablemente en obras durante nuestra visita. 

Antes de su construcción los habitantes de Budapest necesitaban de un transbordador para pasar de un lado al otro de la ciudad. Ante tal problema, a mediados del siglo XIX se construyó este puente, símbolo de la ciudad desde entonces. Durante la II guerra mundial fue dinamitado por las tropas alemanas durante su retirada, por lo que, lo que actualmente vemos es una reconstrucción del mismo de los años 50 del siglo pasado.


Puente de las cadenas

Dejamos el puente y volvemos sobre nuestros pasos, buscando un sitio para comer. Pasamos junto a la Sinagoga Kazinczy, en la calle del mismo nombre. La entrada cuesta unos 4 euros al cambio. El exterior es de estilo art nouveau, con varios ventanales y un gran rosetón central, aunque lo verdaderamente llamativo es su interior, con sus paredes azuladas y altos techos decorados. La sinagoga fue construida a comienzos del siglo XX por la comunidad judía de Pest, y englobaba tanto la propia sinagoga, como una cocina, una sede comunitaria y un jardín de infancia. El edificio estuvo ubicado en el área del gueto de Pest entre 1944 y 1945 y fue dañado por la Segunda Guerra Mundial, reconstruyéndose completamente tras acabar esta.

Visitamos la sinagoga en completa soledad, ya que no es la más visitada. Merece la pena, recorrerla pausadamente, contemplar los rollos de la torá, el arca, o “aron hakodesh” , la Bimá o el Amud, desde donde se dirige el rezo.




 

Tras salir de la sinagoga y en la misma calle Kazinczy nos encontramos con la entrada de uno de los RUINS BAR más famosos de todo Budapest El Szimpla Kert, que dada la hora, dejamos para visitarlo por la noche. En la calle todo es muy alternativo, casas decoradas con objetos dignos de una chatarrería, puertas decoradas, ... todo cabe en este rincón de Budapest.
  


 



Seguimos paseando y nos dirigimos ahora a otro de las paradas obligatorias de Budapest, la famosa Cafetería New York, donde creo que me he tomado la taza de chocolate más cara de mi vida. La verdad, es que el chocolate no tiene nada de especial, pero tomártelo en ese sitio es algo inolvidable. El café New York está hoy en día situado en el New York Palace Boscolo Hotel, en una de sus esquinas. Desde sus orígenes fue un centro de tertulia para los oriundos, especialmente a comienzos del siglo XX. Durante la segunda guerra mundial quedó muy deteriorado, y aunque se reabrió tras ella, no fue hasta el año 2006 cuando recobró por completo su esplendor. Esplendor que se puede ver en sus paredes con pan de oro, sus frescos, su decoración etc... Un lugar que no puedes perderte, aunque pagues 8,5 euros por un simple cappuccino, eso sí el servicio exquisito, como para no serlo.



 

Se hace de noche ya y pasamos por delante de la Gran Sinagoga de Budapest, en la calle Dohany. Se construyó a mediados del siglo XIX en estilo neomorisco, Su decoración está  inspirada en la arquitectura del norte de África y especial en la Alhambra de Granada. 



  

 Ha caido la noche y es pronto para cenar según el horario español.. a eso de las seis de la tarde acabamos de merendar... Así que aprovechamos para pasear por la ribera del Danubio, desde el Puente de Isabel hasta el Puente de las cadenas, para así ver los monumentos iluminados. 
   
Castillo de Buda

Ahora sí, después de pasar mucho frío en el paseo por la ribera del Danubio, es hora de resguardecerse en un bar ruina, comer algo y tomarse unas buenas pintas de cerveza. Pasamos antes por el Budapest Eye, una noria gigante que hay en la Plaza Isabel (erzebet), junto al Hotel Kempinski.
Llegamos nuevamente al Szimpla, situado en la calle Kazinzcy, en pleno barrio judío de la ciudad. Ocupa un antiguo edificio de dos plantas enorme, y con distintos ambientes, eso sí, con una decoración completamente alternativa, cualquier cosa que puedas encontrar en la basura es objeto de decoración en este bar, puedes pintar en las paredes, sentarte en cualquier sitio... pero con un ambiente del que disfrutarás tengas la edad que tengas. Puedes comer comida rápida a precios asequibles y sobre todo beber cerveza, mucha cerveza. Estuvimos más de dos horas dentro, disfrutando del ambiente, y prometimos visitarlo otra vez antes de irnos.


    





  

Acaba el primer día, bastante completo, y con ganas de coger la cama. Nos alojamos el el T62 Hotel, junto a la estación de tren, habitaciones modernas, muy buena situación, precio y con una decoración muy chula.

T62 Hotel


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