OPCIONES

domingo, 29 de diciembre de 2019

CARDIFF

CARDIFF


Cardiff es la última parada de nuestro viaje por los Cotswolds. Llegamos a la capital del País de Gales a media mañana tras haber visitado la impresionante Abadía de Tintern, cerca de la frontera con Inglaterra.


Cardiff para ser una capital, no es una ciudad grande, parece más bien un ciudad del tamaño de Granada o Córdoba, de hecho su población ronda los 300.000 habitantes. Una de las cosas que vas a notar es lo fácil que es moverse por Cardiff, ya que el centro histórico es relativamente pequeño y puedes ir andando a cualquier sitio. Nosotros llegamos el coche, y aparcar es relativamente sencillo, hay bastantes aparcamientos, aunque de pago todos, y bien sea en zona azul o en parkings vigilados no tendrás mucha complicación. Nos alojamos en el Park Radisson Inn City Center, en el centro de la ciudad, y justo enfrente hay un gran parking.

Las primeras constancias de Cardiff como emplazamiento relevante, tiene lugar durante la época romana, cuando el emplazamiento junto al río Taff, que cruza la ciudad, fue elegido como emplazamiento para una fortificación. Esta fortificación, de la que aun se pueden ver los restos en el Castillo de Cardiff, permaneció como baluarte romano hasta su abandono en el siglo V. 

Tras el abandono romano de la zona, el emplazamiento quedó prácticamente abandonado, hasta principios del siglo XI cuando un señor feudal, Robert Fitzhamon , comenzó a rehabilitar la zona, especialmente las murallas y el Castillo. La Edad Media viene marcada en la ciudad por la inmigración de colonos provenientes de Inglaterra, y el desarrollo del Puerto como elemento comercial indispensable, dotando a la ciudad de una población que oscilaba entorno a las 2.000 personas.

Durante siglos Cardiff permaneció estable, enclave de relevantes batallas de la Guerra civil Inglesa, pero sin relevancia política ni económica. Pero todo cambió con la revolución industrial, verdadero motor de la ciudad, ya que su Puerto se convirtió en un enclave idónea para la salida del carbón de los valles de su zona próxima.

Durante el siglo XX la ciudad sufrió una importante reconversión industrial, siendo en la actualidad un centro financiero y administrativo con una creciente industria turística.

Una vez nos hemos hecho una idea de la historia de Cardiff, entramos en materia. Dejamos las maletas en el Hotel, y dado que era ya media mañana, nos dirigimos directamente a la atracción principal de la ciudad, el Castillo de Cardiff. Para ello, caminamos a lo largo de The Hayes, una de las zonas comerciales de la ciudad. Llegamos al Castillo a través de la Working Street, todo el centro está repleto de puestos de comida y regalos en un inmenso mercadillo de navidad.


        


La visita al Castillo de Cardiff, cuesta 13,5 libras, te da acceso a los terrenos del castillo, a los apartamentos, ala castillo normando, a la reconstrucción de la puerta romana, y a los túneles y museos de la guerra del soldado gales. Además, tienes un audio guía gratis en tu idioma. Existe la posibilidad de visitar habitaciones adicionales del castillo por 3,75 libras más, si bien ese tour es guiado por personal del castillo y solo en inglés.

Castillo Normando, Murallas y Puerta romana.


Se accede al castillo por la Castle Street, desde fuera, además de la puerta de acceso se ve la torre del mismo. Se accede al interior y a la derecha encuentras las taquillas donde te dan el audioguía. En el interior del recinto de las taquillas, en su sótano se encuentra el museo militar.Justo en el sótano se pueden ver aun los cimientos de las murallas romanas que rodeaban el recinto.

Nada más salir al exterior, y situándonos en el patio central de espaldas a la entrada, aprovechamos para situarnos. De frente nos encontramos la reconstrucción de la puerta romana, un poco a la izquierda en la misma dirección encontramos el castillo normando y a la izquierda encontramos la residencia palaciega. A nuestras espalda, además de la puerta se encuentra la Torre Negra, de la que más adelante hablaré.

El gran patio interior, se encontraba antiguamente dividida por un muro que separaba la zona publica de la zona privada. En la zona publica se encontraban algunos edificios administrativos, que con las reformas posteriores fueron derribados e incorporados al recinto principal. En la zona izquierda del antiguo muro se encontraba la zona privada, con la residencia noble, que fue ampliada y reformada en varias ocasiones a través de los siglos.

Reconstrucción Puerta Romana


Nos acercamos a la zona frontal y nos encontramos con una reconstrucción de una puerta romana. El primer fuerte romano que existió en la zona se construyó alrededor del año 55 DC. y se ocupó hasta el año 80 DC. Era una estructura rectangular mucho más grande que el sitio actual, y formó parte de la frontera sur romana en Gales. Cuando la frontera avanzó, las defensas se volvieron menos importantes y el fuerte fue reemplazado por una secuencia de dos fortificaciones, mucho más pequeñas, en el lado norte del sitio actual.

Puerta Romana

En el siglo III se construyó un cuarto fuerte para combatir la amenaza pirata a lo largo de la costa, y son de este fuerte la base de los restos romanos que se ven en el sitio del castillo.El fuerte tenía un diseño casi cuadrado, de casi 200 metros de largo y 200 metros de ancho. Esta fortaleza romana probablemente estuvo ocupada al menos hasta el final del siglo IV, aunque posteriormente fue abandonada y no se volvió a reocupar hasta el siglo XI.

La actual puerta que podemos ver, fue una reconstrucción realizada a finales del siglo XIX por el propietario del castillo, el Marques de Bute. La puerta tiene hasta tres pisos, con escaleras interiores para acceder a los distintas plantas. Desde la primera y segunda se accede a la muralla que contiene un pasadizo interior. Realmente este pasadizo se piensa que fue un exceso de celo de los arqueólogos de finales de siglo, ya que solo en Roma y Bizancio se encontraron murallas con este pasadizo interior, y Cardiff nunca tuvo la importancia económica como para permitirse un tipo de construcción tan laboriosa.


Castillo Normando
Para ir a la siguiente zona de visita, hay que volver sobre nuestros propios pasos, vadear la antigua muralla que separaba la zona publica de la privada y embocar un camino que nos lleva al castillo normando.

Los normandos comenzaron a hacer incursiones en el sur de Gales a finales de la década de 1060. Su avance por toda Inglaterra estuvo marcado por la construcción de castillos, con frecuencia en antiguos sitios romanos, y la creación de señoríos regionales. El castillo de Cardiff fue construido durante este período. Se cree que el Señor normando Robert Fitzhamon construyó la primera fortificación alrededor de 1091 y usó el castillo como base para la ocupación del resto de la zona en los años siguientes. El sitio del castillo era ideal, estaba cerca del mar, lo que servía para obtener suministros fácilmente por barco y además estaba protegido por los ríos Taff y Rhymney. Los normandos aprovecharon los restos romanos, utilizando los restos de las murallas para construir el perímetro exterior, cavando una trinchera y fortificando los restos de las murallas con la tierra extraída, formando así una muralla defensiva. En una esquina del castillo, se construyó un torreón de madera sobre un montículo de tierra de 12 metros de altura, al que rodearon por un foso. 

Las antiguas murallas romanas se habían derrumbado y los normandos utilizaron sus restos como base para el perímetro exterior del castillo, cavando una trinchera defensiva y montando un banco de tierra con los sobre las fortificaciones romanas. Los normandos dividieron aún más el castillo con una pared interna para formar un patio interior y otro exterior. En la esquina noroeste del castillo, se construyó un torreón de madera sobre un motín de tierra de 12 metros de altura, rodeado por un foso. 


Estadio del Millenium
Fue en el siglo XII cuando la edificación de madera se convirtió en el castillo que hoy conocemos. Podemos acceder al interior después de unas elevadas escaleras, en su interior encontramos un patio amurallado como patio de armas, desde allí se acceder a la torre principal o torre del homenaje. En la primera planta era la zona donde estaban los guardias, mientras que los pisos superiores era la zona noble. En la segunda planta se accede a una terraza desde donde se puede contemplar perfectamente la superficie del castillo, incluso desde aquí se pueden otras zonas de la ciudad, como el Estadio del Milleniun o el Parlamento.



Durante el siglo XV se reforzaron las murallas, se reformo la entrada del castillo y se construyo la llamada torre negra, que se usaba como torre defensiva del castillo e incluso como prisión.

Palacio del Castillo de Cardiff
La otra zona del castillo es la zona noble o palaciega, que se encuentra a la izquierda del castillo normando, es inconfundible por el aire barroco del palacio y su torre con forma de aguja.

A finales del siglo XVIII, el primer marques de Bute, comenzó a renovar la propiedad, para lo que contrató a un arquitecto llamado Capability Brown. Durante las obras el muro de piedra que separaba la zona exterior e interior fue destruido con pólvora, así como todos los edificios administrativos de la zona exterior. En la zona externa, se allanó todo el patio exterior y se cubrió con césped, mientras que en la residencia interior se demolieron estancias y se construyeron dos alas nuevas según los gustos de la época.



La última gran transformación tiene lugar en el siglo XIX cuando el tercer Marques de Bute, contrata al arquitecto William Burges, que transformaron las estancias dotándolas de un ambiente gótico medieval. A el se debe gran parte de las estancias que podemos ver durante nuestro recorrido, la torre del reloj, la Torre de Invitados, la Sala Árabe, la Sala Chaucer, la Guardería, la Biblioteca, la Sala de Banquetes y las habitaciones para Lord y Lady Bute.



Nada mas entrar dentro del Palacio nos encontramos con una sala espectacular, el Salón Árabe. La sala fue diseñada en la década de 1880 por  William Burges, quien se inspiró en sus viajes a varios rincones remotos del mundo, pero particularmente por el diseño morisco. 

Fue pensado como un salón para mujeres, lo que probablemente influyó en el diseño.  Hay que fijarse en su alta bóveda, con dos pisos, pero hay mucho más en lo que fijarse como por ejemplo, las cornisas, las paredes y baldosas de mármol y la chimenea.


Salón Árabe
Salón Árabe



Otro de los salones que impresionan es el Salón de Baile. Sencillamente es impresionante, con sis techos trabajados en madera, sus lamparas colgantes y toda esa decoración intensa que quiere transportarte a los castillos medievales centroeuropeos. Si algo llama la atención es sin duda la chimenea, sobre esta hay la representación de un castillo de la época normanda. Se muestra a Robert, conde de Gloucester, saliendo del castillo, con su esposa saludando y tocando trompetas en las almenas que anuncian su partida.


Salón de Baile
Salón de Baile


Seguimos hacia delante y nos paramos en otra sala que quiera el hipo, el comedor, donde nuevamente la chimenea destaca sobre cualquier otro elemento.





Por último, bajamos unas escaleras y nos situamos en la biblioteca. Además de en todos los libros, escritorios de madera nogal ventanales y vidrieras, hay que fijarse especialmente en la chimenea. Sobre la chimenea hay varias figuras dedicadas al propio Marques de Bute, un afamado lingüista. Cuatro representan los antiguos alfabetos griego, asirio, hebreo y egipcio, mientras que se cree que la quinta figura representa al propio Bute, vestido como un monje celta.



Biblioteca

Dejamos ya el palacio, y volvemos a los exteriores, nos dirigimos a la torre del reloj, por si podemos subir, pero desafortunadamente estaba cerrada y solo se puede acceder a determinadas horas y previo pago de una entrada aparte. Nos cuentan aquí la audioguía la historia de una de las sirvientas que vivió en la torre antes y durante la segunda mundial, relatando unos episodios parecidos a los que aparecen en las series británicas de época. 



Gárgolas de la Torre del Reloj
Torre del reloj y pasadizo



Abandonamos ya el castillo de Cardiff, hemos estado casi dos horas dentro y ya el frío y la noche empieza a caer. Aprovechamos para comer en el mercadillo de navidad. Como he dicho antes hay puestos de comida y regalos por toda The Hayes. Además en esa calle junto con la aledaña St Marys Street se encuentran todos los comercios más importantes de la ciudad, además de restaurantes y pubs donde tomar una cerveza.
Pasamos lo que nos queda de día paseando y aprovechando para hacer las ultimas compras. Cardiff está lleno de rincones con detalles, como la zona de The Hayes, o la zona donde se encuentra el Ayuntamiento. No pudimos conocerlos en profundidad, por un lado no tuvimos tiempo, y por otro el clima no colaboraba, con una lluvia a veces intensa y desagradable para esta en la calle. 

Por la noche aprovechamos para cenar algo distinto, nos fuimos a un Vietnamita, "Pho Cardiff", en la Church Street. Cuando acabes de cenar, justo en la misma calle hay varios pubs donde tomarte una buena pinta. 













jueves, 26 de diciembre de 2019

LOS COTSWOLDS

LOS COTSWOLDS


Castle Combe
En muchas ocasiones tendemos a personalizar un país en sus ciudades, tal es el caso de Inglaterra donde Londres, Liverpool, Oxford, Cambridge u otras absorben toda nuestra atención. Sin embargo esta forma de pensar nos lleva a dejar a un lado lugares enormemente hermosos, tal es el caso de los Cotswolds, o los que en la lejanía llamaríamos la Campiña inglesa.

Los Costswolds están situados al oeste de Inglaterra, a unas dos horas y media de Londres, aunque te será más fácil si vuelas a los aeropuertos de Bristol o Cardiff, todos ellos conectados con vuelos low cost desde España. Para visitarlos es imprescindible que alquiles un coche, ya que los pueblos son numerosos, donde no pasarás más de un par de horas en cada uno de ellos, por lo que moverte por otro medio de transporte debe ser complicado.

Bibury
Una de las cosas que seguro te plantearás es que pueblos visitar... es complicado, después de meses preparando el viaje creo que puedo recomendar algunos de los más hermosos, aunque seguro no están todos los que deben estar y me he dejado algunos en la lista. Has de tener en cuenta que en Invierno, a las cuatro de la tarde es de noche en Gran Bretaña, por lo que el tiempo del que dispones para hacer turismo es ciertamente limitado, así que si vas en esta época como nosotros, has de priorizar.

Lo mejor es planificarte una ruta, ten en cuenta que al ser pueblos en medio de la campiña, las carreteras son estrechas, si a esto le sumas conducir por la izquierda, los tiempos de desplazamiento se alargan. En nuestra ruta incorporamos algunas ciudades que no son propiamente de los Costwolds, pero que  por su importancia, no queríamos dejar de visitar en este viaje.






DIA I: AEROPUERTO DE BRISTOL-HOTEL BRISTOL

DIA II: CASTLE COMBE, LACOCK y BATH

DIA III: WELLS, GLADSTONBURY, SHAFTESBURY y SALISBURY

DIA IV: STONEHENGE, BIBURY, BOURTON ON THE WATERLOWER SLAUGHTER

DIA V: PAINSWICK, ABADIA DE TINTERN y CARDIFF




Los Cotswolds se extienden  a través de  6 condados: Gloucestershire, Oxfordshire, South Warwickshire, Worcestershire, Wiltshire y Bath & North East Somerset. Es una zona repleta de pequeños pueblos, a cual mas hermoso, con pocas viviendas y habitantes, pero con mucho ambiente, especialmente en verano. Es uno de los sitios favoritos de los británicos para sus vacaciones, por lo que encontraréis muchos restaurantes y muchos sitios con encanto para alojaros.

Sin duda otro de sus atractivos es el hecho de que ha sido escenarios de muchas películas conocidas, como algunas de la saga de Harry Potter, War Horse, Stardust o Downton Abbey.

Si quieres saber más sobre los pueblos de los Cotswolds, solo tienes que pinchar en los enlaces.

CASTLE COMBE                                              SHAFTESBURY
LACOCK                                                         BIBURY
GLADSTONBURY                                             BOURTON ON THE WATER
PAINSWICK                                                     LOWER SLAUGHTER


Painswick




STONEHENGE

STONEHENGE

Stonehenge es uno de los lugares turísticos por excelencia, probablemente porque lo hemos visto en tantas películas, documentales y series que se ha convertido en un elemento a visitar en cuanto se tiene la menor oportunidad.

En todas las vueltas que he dado por Europa, era una de las asignaturas pendientes que tenía, y no podía dejar escapar la oportunidad de visitar este conjunto neolítico que tanta fama atesora.

Stonehenge esta situado a escasos kilómetros de Salisbury, la antigua Sarum. 








Para poder visitar Stonehenge puedes hacer dos cosas o sacar previamente las entradas por su pagina web ( https://www.english-heritage.org.uk/visit/places/stonehenge ), o bien sacarlos en la taquilla directamente. Las ventajas de sacarlas por la web, es que puedes elegir día y hora, y por supuesto ahorrarte las colas. Obteniéndolas por la web, obtienes un reguardo que luego canjeas por las entradas en una taquilla especial. Rápido, sencillo y seguro. Nosotros optamos por esta opción y la verdad es que fue realmente fácil y cómodo. En Invierno no se suelen producir colas, pero en verano por lo visto, las colas son tremendas. Si vas en coche, en el exterior hay un parking gratuito, pero vimos llegar cuando salíamos muchos autobuses turísticos de excursiones organizadas.

La visita se divide en tres partes, la primera es un museo donde se recoge la historia de la zona, la segunda es una recreación de un poblado de los constructores de estas estructuras y la tercera es el monumento megalítico propiamente dicho.

Stonehenge no es simplemente el circulo de piedras que todos vemos en los documentales, sino que comprende una amplia zona de restos, túmulos y enterramientos, y su historia se remonta mucho más allá de la colocación de las grandes piedras.

Los arqueólogos consideran como probables las fechas de construcción de las distintas fases y utilización entre el 3100 AC. y el 2000 AC. El foso y montículos circulares, los que constituyen la primera fase del monumento, se han datado en unos 5100 años atrás. La datación por radiocarbono sugiere que la primera piedra azul fue erigida entre el 2400 y el 2200 AC. aunque no se descarta que hubiera habido asentamientos o usos de la zona anteriores al 3100 AC.

En la zona del museo se pueden ver varias exposiciones interactivas y audiovisuales que nos trasportan en el tiempo, desde que la zona era una simple pradera, a cuando se fueron utilizando como lugares de enterramientos  o cuando finalmente se usó como lugar de culto. La visita al museo te llevará entre 15 y 30 minutos, dependiendo de las ganas de profundizar que tengas.



Saliendo del museo, se accede directamente a una recreación de un poblado donde vivían los constructores del monumento. Además de la representación de una gran piedra y del modo en que se supone eran transportadas, el resto del conjunto esta formado por una cabañas de adobe con un techo de caña. Aunque en la recreación del transporte de la piedra se vean unos troncos como medio de desplazamiento, las ultimas investigaciones indican que es probable que se hayan podido usar bolas de madera o piedra o cojinetes a modo de rodamientos en vez de los troncos de piedra.

Desde aquí , hay un camino marcado que nos lleva hasta los autobuses, y es que para llegar al propio monumento hay que ir en autobuses públicos, y en menos de cinco minutos te plantas en el.


Cuando llegamos somos realmente afortunados, al haber elegido las entradas en el primer turno horario, no encontramos prácticamente a nadie en los alrededores. Para entender Stonehenge y no quedarnos simplemente en observar un conjunto de piedras, hay que entender su importancia en su simbolismo.

La finalidad que tuvo la construcción de este gran monumento se ignora, pero se supone que se utilizaba como observatorio astronómico que servía para predecir las estaciones. Así en el solsticio de verano, el Sol salía justo atravesando el eje de la construcción, lo que hace suponer que los constructores tenían conocimientos de astronomía. El mismo día, el Sol se ocultaba atravesando el eje, donde se han encontrado multitud de huesos de animales y objetos que evidencian que se celebraban grandes fiestas o sacrificios, probablemente al anochecer. 




En sus orígenes era un monumento circular de carácter ritual rodeado por un talud y un foso, de modo similar a muchos otros situados en el sur de Inglaterra. 


A lo largo de los siglos, el monumento tomó su aspecto actual, para lo cual se transportaron 32 bloques de arenisca desde las montañas de Preseli, al suroeste de Gales y la piedra del «Altar» fue traída desde una región cercana a Milford Haven.

Analizando el conjunto de piedras, hay que decir que son grandes bloques de rocas sedimentarias e ígneas distribuidas en cuatro circunferencias concéntricas. La exterior tiene treinta metros de diámetro, y esta formado por grandes piedras rectangulares de arenisca que, originalmente, estaban coronada por dinteles también de piedra, de los que hoy en día solo quedan siete en su estado original.Dentro de esta hilera exterior se encuentra otro círculo de bloques más pequeños de arenisca azulada. Esta encierra una estructura con forma de herradura construida con piedras de arenisca del mismo color. En su interior permanece una losa de arenisca conocida como «el Altar».


A la hora de visitar el monumento, hay un camino que lo rodea, así que puedes verlo desde distintas perspectivas, ahora bien, no puedes acercarte ya que el sendero está acordonado y no se puede salir de el. Es conveniente ir temprano para hacer buenas fotos, ya que cuando habíamos dado la vuelta a su alrededor empezaron a llegar enjambres de turistas, y el sitio perdió parte de la magia que le envuelve.



Cuando terminas el recorrido, vuelves al autobús, que te deja en la entrada del complejo. Hemos tardado alrededor de dos horas en visitarlo, y mientras salimos, y a pesar de la lluvia que empieza a caer, siguen llegando turistas... Dejo un breve vídeo del lugar para que os podáis hacer una idea del complejo.



miércoles, 25 de diciembre de 2019

WELLS


WELLS

Después de contemplar las vistas desde el Alexandra Park, ponemos rumbo a nuestra siguiente parada, la ciudad de Wells, a  tan solo 45 minutos del mirador. Wells es una ciudad pequeña, de unos 12.000 habitantes, y es famosa especialmente por su espectacular catedral.

Su historia se remonta a la época romana, cuando se sabe que existió un asentamiento, debido a la existencia de fuentes, que hoy en día pueden encontrarse en los jardines del Palacio Episcopal. Posteriormente su historia ha estado ligada a la iglesia ya que fue sede del Obispado de Wells y Bath, motivo por el que se construyeron su imponente iglesia y su Palacio Episcopal.

Hoy en día su patrimonio histórico le permite fomentar su economía, habiendo sido elegida como lugar de rodaje de series como Poldark y  The White Princess, o películas como Dunkerke.

Nuestro encuentro con Wells fue en su mercado (A), un mercado muy animado, con comida, artículos de regalo, ropa... sumamente animado. El mercado se encuentra muy cerca del Palacio Episcopal, y a la que accedemos a través de una puerta en la muralla, llamada The Bishops Eye (B)

Mapa de Wells



Entrada al Palacio Episcopal
Una vez entramos en la zona del Palacio Episcopal (C), nos encontramos con una zona amurallada con un foso con agua. A la zona interior se accede por una puerta amurallada. En su interior podemos ver la zona exterior del palacio, con un camino que bordea la zona central. En un extremo están las taquillas, ya que el acceso al interior del palacio es de pago. 

El Palacio ha sido el hogar de los obispos de Bath and Wells durante más de 800 años y data de principios del siglo XIII cuando el obispo Jocelin Trotman recibió una licencia de la corona para construir una residencia y un parque de ciervos en tierra al sur de la Catedral de San Andrés. 








Palacio Episcopal


Salimos del Palacio Episcopal y volvemos sobre nuestros pasos para a través de un pasaje llamado Paupers Gate, alcanzar la Catedral de Wells (D). 

La Catedral de Wells, realizada en estilo gótico inglés, fue construida durante más de tres siglos, concretamente entre los años 1175 y 1490, aunque la mayor parte se realizó durante el primer siglo. 

Fachada de la Catedral de Wells


El gótico inglés se caracteriza por la horizontalidad: las puertas no destacan ni en dimensiones, ni en riqueza escultórica y, además, las torres, en uno y en otro extremo, están integradas en el edificio y son posteriores, estas en concreto fueron construidas entre 1315 y 1435 y se trata de cuerpos independientes. 

Nave Principal con Arcos de tijera
Su fachada principal es simplemente impresionante, tanto por su anchura, con una longitud de 46 metros entre torre y torre, como por su conjunto escultórico, con 365 estatuas policromadas, realizadas en el siglo XIII que representan reyes, caballeros y santos, la mayoría de ellos de medidas naturales.

Lo que te llamará nada más entrar en la nace principal, será unas grandes estructuras en forma de tijera. En 1313 se había construido una torre alta coronada por una aguja de madera cubierta de plomo, pero como los cimientos no eran estables, comenzaron a aparecer grandes grietas en la estructura de la torre. Temiendo un colapso total, se hicieron varios intentos de fortalecimiento interno y refuerzo, hasta que el famoso albañil William Joy puso en marcha los famosos 'arcos de tijera' como una solución final.


Cuando entramos pudimos encontrarnos con algo excepcional, el coro catedralicio cantando, la sonoridad es asombrosa, así que no pudimos hacer otra cosa que sentarnos plácidamente a escuchar una música celestial.


El reloj de Wells


Después de un buen rato, seguimos recorriendo la nave central, y encontramos en uno de sus laterales, el famoso reloj de la catedral de Wells. 

El reloj se considera como el segundo mecanismo de reloj más antiguo de Gran Bretaña, y probablemente del mundo, que sigue en uso. El reloj data de finales del siglo XIV y su esfera sigue siendo la original. Está representado el universo, con el sol y la luna girando alrededor de una tierra fija en el centro. Cuando el reloj marca cada cuarto, por encima del reloj aparecen unos caballeros de justas y giran como si estuviesen peleando.




Vidriera de Jesé

















Si seguimos la nave central, y tras los arcos en forma de tijera, en el crucero, nos encontramos la sillería del coro y el órgano y frente a éste, la hermosa vidriera llamada la "Vidriera de Jesé", del siglo XIV,  y que es  una de las pocas vidrieras que escapó intacta tras la Guerra Civil inglesa entre parlamentaristas y realistas. 

Lo que se puede ver en la actualidad, es exactamente lo mismo que crearon los artesanos hace mas de seiscientos años.

Al final de la nace central, en el ábside, encontramos otro bello conjunto de vidrieras, enmarcados en unas ventanas con arcos ojivales.








Recorremos las naves laterales, realmente hermosas y repletas de tumbas y túmulos hasta llegar a la sala capitular.

Sala Capitular
            


La sala capitular es una de las partes más antiguas de la catedral, concretamente del siglo X,  es una hermosa sala de forma octogonal, con una columna central. El interior de la sala capitular, está habilitado hoy en día como un museo sobre la historia de la construcción de la iglesia.


      



En una de las puertas laterales, tenemos acceso a un bellísimo claustro que conecta con la catedral. En su interior hay tumbas de hace varios siglos que salpican un césped verde y bien cuidado. Recorremos los pasillos del claustro y desde un acceso del mismo pasamos a un patio trasero de la catedral, donde encontramos un verdadero remanso de paz.

Parte trasera de la Catedral
           


Dejamos la catedral no sin antes sentarnos un buen rato a escuchar nuevamente al coro, un verdadero lujo que encontramos de casualidad.



Salimos de la catedral y bordeamos la misma hacia una de las calles de casas habitadas más antiguas de Inglaterra, llamada "Vicars Close". Antes de llegar, nos encontramos con un bello reloj exterior, donde dos caballeros tocan campanas marcando las horas, sobre una esfera blanca. (E)

                      


Llegamos ya a la calle que mencionaba antes, la Vicars Close (F), una calle empedrada, con casas a ambos lados y con un edificio al final de la misma, la biblioteca de los vicarios. El conjunto fue diseñado para proporcionar alojamiento comunitario para el Coro de los Vicarios, que cantaban el culto diario dentro de la Catedral. Esta tradición centenaria continúa hoy en día, siendo muy valorada culturalmente en el país.

Las casas se construyeron en el siglo XIV bajo la dirección del obispo Ralph de Shrewsbury y las chimeneas se agregaron en el siglo XV. Originalmente se construyeron 42 casas (una por vicario), pero algunas se combinaron después de la Reforma cuando se permitió casar a los vicarios. Hoy en día, existen 27 residencias, una capilla, biblioteca, tesorería y sala de actos. También hay un comedor conectado a la Catedral por una pasarela cubierta, el Puente Chain Gate. Vemos entrar y salir gente de las casas, y es que hoy en día todavía viven los doce hombres del coro de los vicarios actuales y los organistas de la catedral.


Vicars Close





Biblioteca de los Vicarios