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AVIGNON

 AVIGNON

Tras dejar Le Isle Sur Sorgue nos dirigimos a la histórica ciudad de Avignon, sede del Papado durante el siglo XIV, en concreto desde 1309 hasta 1377. Empezamos mal la mañana porque reventamos una rueda, así que entre cambiar la rueda y el trastorno con el coche de alquiler, nuestra entrada no fue precisamente "triunfal".

Nos alojamos en el Hotel Regina, en pleno centro de Avignon, un buen hotel, pequeño pero en un sitio inmejorable y a un buen precio. El recepcionista nos facilito subir a la terraza del Hotel, con unas vistas increíbles.

Palais des Papes

Dejamos el coche en el parking de Palais des Papes, que además de estar en pleno centro, tiene una tarifa concertada con el Hotel, lo que nos resultó rentable y práctico.

Una vez dejamos el equipaje en el Hotel. nos dirigimos hasta el Palais des Papes, que está en pleno centro de Avignon, en la Place du Palais. Allí mismo se encuentra la Catedral de Notre Dame des Domes, el Hotel des Monnaies y el Petit Palais y muy cerca los Jardines del Doms, es decir las principales atracciones de la localidad.

El día que visitamos Avignon había una feria de productos italianos, con puestos de quesos, comidas y artesanía, por lo que aunque el ambiente era animado, no se podía contemplar la plaza en todo su esplendor.

Avignon, tiene sus orígenes en épocas celtas, y aunque tuvo su importancia durante la época romana, fue durante al baja Edad Media cuando realmente llegó a ser importante, tanto como el centro de la cristiandad. Y es que como dije antes, aquí residieron siete papas y dos antipapas. Los siete papas que residieron en Avignon fueron Clemente V, Juan XXII, Benedicto XII, Clemente VI, Inocencio VI, Urbano V y Gregorio XI, y lo hicieron por la fuerte hegemonía política que tuvieron en esa época los reyes de Francia, pues dominar el cónclave, era poder elegir al Papa, y tener un Papa nombrado por un cónclave preeminentemente francés, era deber cierta inclinación política hacia los reyes galos. Hay que pensar que en la Edad Media, los Papas tenían ejercían no solo un poder religioso, sino también político, pues era quien dirimía las dispuestas en los intereses divergentes de los distintos reinos.

A finales del siglo XIV, el Rey de Francia, que en aquella época andaba un poco despistado debido a la Guerra de los Cien Años, no consiguió influir en el cónclave como deseaba, y debido a ello se nombró un Papa proclive a volver a Roma, así que no se le ocurrió otra cosa que nombrar otro Papa, y así es como surge el Cisma de Occidente, que no se resolvió hasta 1417 y por el cual se llegaron a nombrar dos antipapas, Clemente VII y Benedicto XIII, que también residieron en Avignon. Benedicto XIII fue un Papa aragonés y murió en Peñíscola, abandonado por los cardenales, pero sin renunciar a su cargo.

Avignon, continuó siendo un feudo papal hasta el siglo XVIII, siendo gobernado por un delegado papal, que ejercía el poder político. En 1789, coincidiendo con la revolución francesa, los habitantes de Avignon expulsaron al delegado papal y se incorporaron al país galo.

Court d´Honneur
Después, de este resumen, volvamos a los lugares de interés de Avignon. Lo primero que hicimos fue visitar el Palacio de los Papas. Puedes comprar la entrada solo para el Palacio, o una conjunta con los jardines papales y con el puente de Saint Benezet. 

El coste de la entrada al palacio es de 12 euros y la combinada es de 17 euros. La visita al Palacio se hace con HistoriPad, al igual que en la Abadía de Senanque, lo que ameniza mucho la visita.



El palacio tuvo dos fases constructivas, la primera es el conocido como Palacio Vieux o palacio antiguo que fue mandado a construir por el Papa Benedicto XII. El otro palacio conocido como Palacio Neut o palacio Nuevo, tuvo un periodo constructivo más largo, y fue desarrollado a lo largo de la vida de tres Papas, Clemente VI, Inocencio VI y Urbano V.


Cuando entramos tras las taquillas entramos en el patio principal o Court d´Honneur y desde aquí comenzamos a seguir la ruta marcada por el Historipad, comenzando por el Palacio Vieux.



Cuando el Papa Benedicto XII se instala en Avignon, demuele el antiguo palacio episcopal y manda construir al arquitecto Mirapoix un edificio enorme para si y su corte. El edificio se construye como un recinto fortificado entorno a un claustro, flanqueado por cuatro torres defensivas, y es que en aquella época convulsa del siglo XIV, el poder terrenal de los papas tenía que ser protegido.

Tras unas escaleras llegamos al claustro, en la zona baja se accede al Palacio Vieux y si continuas subiendo al Palais Neut.  

En su interior pasamos por varias salas, en una de ellas se puede ver las distintas fases constructivas del Palacio a través de maquetas. Otras contienen capillas, salas donde despachaban los papas con los emisarios, la sala de entronización. Algunas se encuentran en buen estado, conservando gran parte del techo de madera y las pinturas murales, sin embargo otras fueron destrozadas tras la revolución francesa, cuando se usó el palacio como cuartel.


 

Terminamos con el Palacio Vieux y volvemos a salir al patio fortificado o Court d´Honneur, y nuevamente vamos hacia el claustro, pero esta vez se suben las escaleras y entramos en el Palacio Nuevo.

Fue Clemente VI el que encarga una nueva torre y otros edificios auxiliares, incluyendo una gran capilla de 52 metros que se usaba para las celebraciones papales. Tanto Inocencio VI como Urbano V, terminaron las torres defensivas y los patios fortificados, dejando el aspecto visual del Palacio. 
De las cosas que más me impresionaron fue la sala del trono papal, que conserva el techo y las pinturas del siglo XIV en perfecto estado.

También podemos encontrar las tumbas de los papas que habitaron el Palacio, 


Sala del Trono





Tras recorrer todas las salas, terminamos en la Iglesia del Palacio, lo más llamativo son los cuadros de todos los Papas que habitaron el Palacio tras el Altar Mayor.



Hemos pasado casi dos horas en el Palacio Papal, y puedo decir a modo de resumen que es un palacio austero, no tiene el esplendor del Vaticano o de cualquier palacio real europeo, pero sin duda tiene una carga histórica tan importante que creo que es una visita imprescindible para alguien a quien le guste la historia.

Hotel des Monnaies
Justo enfrente de la salida del Palais des Papes se encuentra el Hotel des Monnaies, construido en 1619 por el legado papal y del que destaca su imponente fachada de estilo italiano, donde se puede leer su año de construcción y el papado en el que fue edificado. Servía de cuartel a la guardia papal, y tras la revolución francesa, fueron dependencias municipales hasta que se vendió para instalar un hotel boutique.


Ahora nos dirigimos a la catedral de Notre Dame des Doms, que esta situada a la izquierda de la fachada del Palacio, justo encima de un promontorio al que se accede por una gran escalera. La catedral es de estilo románico, del siglo XII, pero fue ampliada durante el siglo XIV en adelante con distintas capillas laterales.                                                                                                                                                                  Probablemente una de las cosas que más destaca es la Virgen dorada que corona la torre campanario, que está hecha de plomo y fue colocada en el año 1859. Dentro además de pinturas y esculturas, destaca el mausoleo del Papa Juan XXII.

A la espalda de la catedral están los jardines de la Catedral, es un parque no muy extenso, sobre un promontorio que proporciona unas excelentes vistas sobre el Ródano. Desde aquí se pueden apreciar viñedos, un trasiego enorme de barcos, algunos cruceros fluviales y sobre todo, las ruinas del Pont de St. Bezenet.

Pont de St. Bezenet

Este puente, del que solo queda una parte del mismo, fue construido sobre las ruinas de un puente romano a finales del siglo XII y tenía una longitud original de mas de 900 metros. Originalmente era de madera, pero como quiera que fue destruido a comienzos del siglo XIII por el asedio francés durante la cruzada cátara, fue reconstruido en piedra. Las crecidas del Ródano fueron debilitando su estructura, haciéndolo cada vez más frágil pues no llegaba a repararse correctamente, por lo que finalmente una crecida del río en el año 1660, se llevó gran parte del puente, dejándolo en la situación actual, es decir con solo 4 de sus 22 arcos originales. 

Después de dar una vuelta por los Jardines de la Catedral, volvemos a la Plaza de los Papas, y vemos el último edificio de interés, el Petit Palais de Avignon, un antiguo palacio de la curia papal, fue convertido en el siglo XX en Museo de pintura y escultura medieval y del renacimiento.

Petit Palais


Dejamos ya la Plaza del Palacio y nos dirigimos a recorrer las calles medievales de Avignon, son calle estrechas, laberínticas, que terminan en alguna pequeña plaza donde sentarse tranquilamente a tomar un café. Hay que caminar sin rumbo fijo, y perderse, siempre hay rincones curiosos que encontrar.

Tras recorrer las calle, llegamos hasta las murallas de Avignon, perfectamente conservadas y que rodean todo el casco histórico.






Volvemos por la Rue de la Republique, llegamos a la Place de L´Horloge, donde se encuentra el Ayuntamiento, y muchísimos restaurantes.

Después de disfrutar un rato del ambiente de esta plaza, donde encontramos cantantes, mimos, y hasta un carrusel, volvemos para el Hotel, que esta a un minuto andando, y es en ese momento cuando podemos subir a la azotea, gracias a la amabilidad del conserje y disfrutar en un pase privado, de las maravillosas vistas de Avignon.

Vistas desde el Hotel Regina. Palacio de los Papas y Catedral de Notre Dame des Domes





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