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ANSOUIS

 

ANSOUIS

Habíamos llegado el día anterior al aeropuerto de Marsella y tras recoger el coche de alquiler, nos alojamos en el Ibis Styles Pertuis, un hotel con una buena relación calidad precio a una media hora del aeropuerto y en el trayecto hacia los pueblos de la Provenza.

ANSOUIS












Nos levantamos temprano para aprovechar el día, y tras desayunar nos ponemos rumbo al Luberon, una zona entre tres macizos montañosos donde están enclavados gran parte de los pueblos turísticos de la Provenza. Llegamos alrededor de las 9 de la mañana al primer pueblo ANSOUIS.


ANSOUIS 

Es un pequeño pueblo medieval, con callejuelas y casas de piedra en lo alto de un promontorio. Está rodeado de viñedos, y durante el camino encontramos numerosas bodegas (Caves) donde adquirir vino.

Encontrarás un aparcamiento a los pies del pueblo, que en verano es de pago, pero que en Octubre no lo es. Desde el aparcamiento puedes empezar a subir hacia el castillo, si bien te aconsejo que previamente recorras un trozo de carretera rodeada de arboles dando la espalda al pueblo, y cuando llegues al final, gírate y verás una hermosa postal de este típico pueblo.




Volvemos hacia el núcleo urbano y comenzamos a andar por la Rue de France, allí se sitúan la mayor parte de los restaurantes, cerrados a esas horas, pero que se ven son de nivel. También hay una patisserie, donde saboreamos unos deliciosos croissants.





Seguimos subiendo hacia el castillo y entramos por una de las puertas que permitían la entrada a la ciudad. Tras ésta una pequeña plaza que da acceso a la puerta del Castillo y a la Iglesia. 

Pasamos junto al campanario de la iglesia que es también la torre del reloj, con una estructura metálica desde donde cuelga una campana.














Encontramos abierta la Iglesia de Saint Martin, del siglo XI, donde se conservan las reliquias del conde Elzear de Sabran y de su esposa Delphine, quienes gobernaron la ciudad en el siglo XIV. 




















Por el contrario el castillo está cerrado, abre a partir de las 12 de la mañana y no todos los días, por lo que decidimos no esperar y pasear por las calles empedradas y disfrutar de las vistas de los viñedos desde las alturas.

Volvemos a coger el coche y nos dirigimos al siguiente pueblo, a menos de  minutos, Cucuron.

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