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jueves, 21 de marzo de 2024

AUTSCHWITZ

 VISITA AL CAMPO DE CONCENTRACION DE AUTSCHWITZ



El campo de concentración de Autschwitz está situado junto a la localidad polaca de Oświęcim, y debe su nombre a la germanización del nombre polaco de la localidad. Está situado a unos 43 kms. de Cracovia, por lo que es fácil que para su visita puedas reservar unos de los muchos tours guiados que se ofrecen en el centro de Cracovia, o si quieres, puedes hacerlo por tu cuenta alquilando un coche.


Las dos veces que he visitado Austchwitz, lo he hecho por mi cuanta, alquilando un coche, porque ello te permite en el mismo día visitar las minas de Sal de wieliczka, que están a menos de una hora de Autschwitz. Muchas cosas han cambiado desde la primera vez que fu  a Autschwitz, esencialmente en la organización del lugar, mientras la primera vez te permitía ir mucho más por libre, la reciente construcción de un centro de visitantes, ha hecho que todo el lugar esté mas reglado, tanto para moverte por los sitios como por los tiempos que puedes dedicarle. Por otro lado, el número de visitantes ha crecido sustancialmente, resultando la visita a veces incómoda, ya que muchos de los visitantes consideran el lugar más como un parque temático que como un lugar para observar y reflexionar sobre lo que las ideas radicales y xenófobas hacen que hombres normales se conviertan en verdaderos monstruos.

Volviendo a la visita de Auschwitz, una recomendación a hacer es que no vayas a visitarlo sin tener sacada previamente la entrada, ya que como dije antes, el incremento de visitas ha crecido exponencialmente. Puedes sacar tu entrada directamente en este enlace que es la página oficina... , entrar en "reservas" y elegir el tipo de tour.

Hay tours en varios idiomas, incluso en español. Yo lo he realizado una vez con guía (en inglés) y otro por libre, y personalmente lo disfruté más por libre, ya que todo está explicado perfectamente en carteles informativos, y puedes ir deteniéndote más tiempo en aquellos detalles que te llamen más la atención.


AUTSCHWITZ I


Nada más llegar al centro de visitantes, verás un gran complejo de hormigón frente a un gran aparcamiento, es por ahí por donde debes entrar. Si vas en un tour guiado, te darán unos auriculares, donde escuchar los comentarios del guía del propio campo, y sino puedes alquilar audio guías en tu propio idioma. Una vez pasas el control de seguridad, recorrerás unos largos pasadizos y en unos minutos estarás en las puertas del antiguo campo de concentración.

La visita comienza con el campo llamado Auschwitz I, una antiguo cuartel de las fuerzas armadas polcas, convertido posteriormente en prisión y posteriormente en Campo de concentración. A eso es debido su configuración, unos grandes edificios en forma de bloques de ladrillo. En sus orígenes albergó a prisioneros polcas, intelectuales y opositores al régimen nazi aunque posteriormente derivó en centro de torturas, de hecho , en estas instalaciones murieron mas de 70.000 personas.




El camino te lleva directamente a la entrada principal, esa entrada tan fotogénica con el rótulo "Arbeit macht Frei", "El trabajo os hace libre", algo irónico para lo que sucedía puertas adentro. Por este lugar pasaban diariamente los presos hacia los trabajos forzados mientras una banda de música, compuesta por lo propios presos, tocaba a la entrada y salida del campo.


Tras andar por uno de los caminos principales de acceso se llegan a los barracones, todos numerados y con una temática cada uno de ellos.

Recipientes de Zyclon B
En algunos podrás ver los enseres requisados por las SS y que eran enviados a una zona del campo conocida como Kanada. Allí eran recopilados todos estos enseres, y reutilizados con otras finalidades para el esfuerzo de guerra. Así son varias las salas donde se ven maletas, con los nombre de los propietarios aun escritas, gafas, cacerolas, muletas, elementos ortopédicos o cosas tan horripilantes como los propios recipientes del Zyclon B (el gas usado en las cámaras de gas), o cantidades ingentes pelo humano que era reutilizado para cuerdas, colchones y hasta ropa.



 
Muletas


 

En el bloque 29, se creó en el verano de 1943 por órdenes de Himmler, un burdel, se llamaba Frauenblock, y se utilizaba para premiar a prisioneros privilegiados. Los guardias seleccionaban a las prisioneras polacas, también había «voluntarias» atraídas por las mejores condiciones alimentarias.

Fotografías de los deportados
En otro de los barracones, se exponen como vivían los primeros prisioneros del campo, habitaciones abarrotadas, durmiendo sobre suelos de hormigón, sobre jergones de paja, o con suerte en unas literas a compartir en entre varios prisioneros. Una de las cosas que llama la atención son las fotos de los prisioneros, con su fecha de entrada en el campo y la fecha de su defunción, y es que en los orígenes del funcionamiento del campo, se documentaba todo por parte de las SS, se les hacía foto y se llevaba un registro de todos y cada uno de los prisioneros. Sobrecoge ver como algunos solo permanecían con vida, días, escasas semanas y raro era quien sobrevivía mas de unos meses.

En este mismo barracón, el bloque 11, se accede al sótano de las torturas, donde eran confinados durante días o semanas, presos que por alguna circunstancia eran de interés de las SS mortificar, de cara a obtener información o hacerle pagar por alguna infracción. Se narra como un cura polaco, cambió su puesto por el de otro preso, y cuales fueron las torturas a las que fue sometido, e incluso la celda donde murió. Una de las torturas más cruentas era meter a cuatro presos en un recinto de menos de un metro cuadrado para que no pudieran sentarse, solo estar de pie, uno junto a los otros, durante días. 

La verdad, es que una cosa es escribirlo y otra verlo, pones los pelos de punta.


A la salida de este barracón, el situado en el extremo derecho del campo, se accede a un patio donde eran fusilados los prisioneros. Aun se pueden ver los rastros de las balas sobre el muro del recinto. En otro de los extremos del patio, cuelgan dos palos en diagonal, donde eran colgados los prisioneros, sujetos a la misma por las manos atadas a sus espaldas. 




Zona de Vigilancia
Al salir del bloque recorremos los edificios y observamos las defensas del recinto, una doble verja de espinos, electrificada, y torres de vigilancia cada 100 metros... Volvemos sobre nuestros pasos y pasamos por el lugar donde se situaba la orquesta, que como dije antes tocaba a la entrada y salida de los prisioneros del recinto. Para más ironía, se encuentra junto a unas enormes vigas donde eran ahorcados los prisioneros. Imaginar la escena de una orquesta tocando, mientras prisioneros famélicos se dirigen a los campos de trabajo, mientras algunos de sus compañeros colgaban de las vigas, te dice hasta donde es capaz de llegar el ser humano cuando se desnaturaliza, cuando no es capaz de discernir lo que tiene enfrente y se limita a considerarlos objetos.


Plataforma donde tocaba la orquesta



Las últimas zona a visitar en Auschwitz I, es la zona de las cámaras crematorias. Antes de llegar al recinto, pasamos por un monolito que recuerda donde fue ahorcado en 1947, Rudolf Hoss, comandante de los campos de exterminio de Asuchwitz. Volviendo a la visita, hay que recordar que en 1951 se hicieron los primeros experimentos con Zyclon B en el bloque 11, del que ya he hablado, y como resultaron un éxito para los nazis (mataron a casi 1000 personas), se decidieron a construir una cámara de gas y un crematorio. Como quiera que las cámaras en Auschwitz II Birkenau fueron destruidas antes de abandonar el campo, aquí podemos ver, como eran, como se usaban y como se deshacían de los cuerpos de los prisioneros.

Crematorio de Auschwitz I



Con esta última visita dejamos el campo de Austchwitz I, como dije antes, las facilidades de la visita han mejorado mucho en los últimos años, y ahora, para desplazarte del primer campo al segundo, conocido como Birkenau, no tienes que hacerlo por tus propios medios, sino que hay autobuses lanzaderas que te dejan a la entrada del campo. El tercer campo Monowitz, estaba destinado a trabajadores empleados en fábricas y su acceso es muy cercano a Birkenau.

AUTCHWITZ II BIRKENAU

Tras tomar el autobús lanzadera, en menos de 5 minutos estamos a la entrada del Campo nº2, Autschwitz Birkenau. Este campo es mucho más extenso que el anterior, medía 2, 5 kilómetros de ancho por 2 kilómetros de largo, y llegó a albergar a más de 100.000 prisioneros. Todo el estaba rodeada de alambradas electrificadas, con torres de vigilancia cada 100 metros. Algunas de estas torres aun están en pie, y eran vigiladas por soldados de las SS con orden de disparar si algún prisionero se acercaba a ellas. 

Entrada ferroviaria a Birkenau


A diferencia de los Campos I y III de Austchwitz, el campo número II, Birkenau, estaba destinado exclusivamente al exterminio sistemático y programado de judíos, prisioneros rusos, y otras minorías étnicas. Se estima que en Auschwitz Birkenau murieron más de un millón de personas, en su mayoría judíos.

El campo se divide en dos zonas, divididas por las vías del tren, por donde llegaban los convoyes especiales de distintas partes de Europa. Al final de las vías hay un andén y unos de los vagones en los que llegaban hacinados los prisioneros. En el andén era donde se hacía la selección, los que se consideraban válidos para los trabajos en las fábricas de Auschwitz I y III (Monowitz) eran seleccionados y enviados a barracones, el resto, en su gran mayoría, ancianos, mujeres y niños, era conminados a tomar un camino a mano derecha, y que aún puee verse, que se dirigí directamente a las cámaras de gas.

Vagón en el arcén de selección de prisioneros


En Austchwitz Birkenau, no se conserva ninguna cámara de gas intacta, pues fueron voladas por los alemanes antes de dejar el campo, pero si hay testimonios de como era el proceso. Tomaban el camino que antes mencioné pensando que iban a ser realojados, llegaban a una amplia habitación donde había escrito en varios idiomas que debían desnudarse para tomar un baño y que sus pertenencias se les devolverían posteriormente. Una vez todos desnudos, se dirigían a una habitación continua para tomar las supuestas duchas, momento en el que los guardias y los sonderkommandos (judíos a la orden de las SS para las labores de ejecución de tareas en las cámaras de gas y crematorios) salían y cerraban herméticamente la sala. Por la zona del techo se soltaba el Zyclon B, y en unos minutos todos los prisioneros habían fallecido.  A continuación los Sonderkommandos retiraban los cadáveres, que se llevaban a incinerar, se aireaba la sala, y vuelta a empezar.... Como escribió el historiador judío Raul Hilberg, "
El recién llegado descendía del tren por la mañana, por la tarde su cadáver ya había sido quemado y sus ropas empaquetadas, almacenadas y expedidas a Alemania".

Aunque hacer fotos en Austchwitz estaba prohibido, tras la guerra se recuperaron fotos realizadas por la propia S.S. donde puede apreciarse como operaba el proceso de selección en el campo. 


Si quieres ver fotos reales de dicho proceso, te recomiendo la siguiente página, pues como se suele decir una imagen vale más que mil palabras... 

https://www.yadvashem.org/yv/es/exhibitions/auschwitz-album

Antiguas cuadras convertidas en barracones

A la derecha de las vías del tren, aun se conservan unos cuantos barracones de madera donde eran alojados en un primer momento los prisioneros seleccionados para trabajos forzados, eran los llamados barracones de cuarentena.



Interior barracones de madera

Hay que decir, que no todos los barracones del campo se conservan en pie, sino que la gran mayoría fueron derribados tras la guerra, especialmente aquellos que eran de madera y del que solo se han conservado unos pocos. Estos bloques de madera, eran antiguas cuadras para los caballos de las S.S. que por necesidad se reconvirtieron en zonas de alojamiento. En el interior se instalaron o bien letrinas, o bien literas donde estaban hacinados los prisioneros. 


Interior barracones de madera

Aunque de los barracones de madera se conserven a penas una veintena, puede apreciarse la extensión del campo por los cimientos de los mismos, que eran de piedra y aún se conservan. A pesar de que la ampliación prevista del campo nunca llegó a terminarse, llegaron a construirse más de 200 barracones de este tipo.





Si volvemos sobre nuestros pasos y seguimos paralelos a las vías del tren, llegamos a la zona del Memorial a las víctimas. Allí están representadas todas las nacionalidades  de los prisioneros que murieron en Birkenau, en sus propios idiomas. Me llamó la atención uno que estaba sefardí, el antiguo castellano hablado por los judíos sefardíes, que fueron expulsados de España en 1492.

A ambos lados del memorial pueden verse los restos de las cámaras de gas, aunque puedes apreciar mucho mejor los restos de la Cámara 2, situado a la izquierda del memorial. En el campo había cuatro cámaras de gas, cada una de ellas con un crematorio, y tenían una capacidad de 2500 prisioneros en cada turno, y funcionaban día y noche. Poco puede apreciarse de la forma de las cámaras y crematorios, pero puedes hacerte una idea tras la visita previa a Autchwitz I.

Como decía antes, de las cámaras solo quedan los restos, ya que fueron destruidas con explosivos por las propias SS, el 24 de Noviembre de 1944, pues ante el avance ruso en el frente, querían esconder las atrocidades allí realizadas.


Restos de la Cámara de Gas nº II


Barracones de ladrillos

Continuamos el recorrido y entramos en una zona donde aún se conservan barracones de ladrillo. La razón es que en los comienzos de la urbanización del campo de Birkenau, se reutilizaron materiales de una población cercana, y aunque el suelo es ahora de cemento, durante la II Guerra mundial, eran de tierra, por lo que en invierno, durante la época de lluvias se volvía un verdadero lodazal sobre el que los prisioneros tenían que moverse y dormir. 

Entrada Barracón

En esta zona, puedes entrar en varios de los barracones que se encuentran abiertos, recorrerlos tranquilamente y ver como tendría que ser el día a día de los prisioneros, el hacinamiento, la humedad, el hambre... 

Los barracones tienen todos la misma disposición, tras entrar por una pequeña entrada, donde hay una pequeña habitación donde dormía un vigilante del Sonderkommando, el barracón se abría a ambos lados, con dos hileras de literas hasta el techo. Cada litera tenía tres niveles, el bajo, donde los prisioneros dormían sobre el suelo, usando paja para aislarse de la humedad, el nivel medio y el nivel superior. El más cotizado era el medio, pues es donde hacía más calor, ya que en el inferior había mucha humedad y en superior goteras. Cada nivel de literas tenía una capacidad para tres prisioneros, pero eran hacinados seis en cada nivel.

Interior barracón


Letrinas

Al final del pasillo estaban las letrinas, y los lavabos para lavarse. Los que se conservan fueron los que se instalaron ya al final de la vida del campo, siendo los anteriores a estos mucho más rústicos y antihigiénicos. Hay que imaginarse, la salubridad en un barracón donde había más de 300 prisioneros, desnutridos y enfermos, sin saneamiento y con humedades.


Uno de los barracones más visitados es el médico, donde Josef Mengele realizaba sus experimentos con gemelos y mujeres, aunque a mi el que más me impresionó fue el barracón de los niños, pues entre tanta monstruosidad, las paredes estaban decoradas con dibujos pidiendo silencio, como si fuese una guardería...


Interior barracón
 
Estufa



Tras la visita a esta zona, volvemos a la entrada de Birkenau, para volver a tomar el bus que nos deja a la entrada del Complejo. Pasamos por delante de AUTSCHWITZ III, donde hay un museo, que no visitamos, y es que la visita se hace intensa y llega un momento que te colapsa... 

Monowitz empezó a funcionar en Octubre de 1942, y se utilizó básicamente para aloja a trabajadores de una fábrica dedicada a la fabricación de caucho sintético. Aunque pareciese que los trabajadores de esta fábrica eran unos privilegiados, no era así, ya que periódicamente eran reemplazados por nuevos trabajadores y los anteriores enviados a las cámaras de gas.

Y ya con esto terminamos nuestra visita a Auschwitz, un imprescindible de cualquier viaje a Polonia, no por el valor turístico, que no lo tiene, sino por el valor moral, e histórico que posee, y como enseñanza de hacia donde llevan los extremismos y los nacionalismos, sean del sentido que sean.


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