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sábado, 9 de agosto de 2025

LOS TUNELES DE CUCHI

 LOS TUNELES DE CUCHI y TARDE DE COMPRAS EN SAIGON

Una de las visitas que puedes hacer desde Ho Chi Minh City y que creo que es imprescindible para conocer un poco más la historia reciente de Vietnam, es la visita a los Túneles de Cu Chi. Están situados a unos 50 km de Ho Chi Minh City, pero tardarás al menos una hora y media en llegar, ya que se hace una parada intermedia.

Campamento guerrillero del VietCong

La mejor forma de hacer esta visita es con un tour, que puedes reservar en páginas como Civitatis o GetYourGuide, o en cualquier agencia de viajes que encuentres en la ciudad. Son tours económicos, que normalmente rondan los 10 a 15 euros por persona, e incluyen el viaje en bus, la visita con guía a los túneles y una parada en un centro de arte local a medio camino. Si tienes dudas sobre qué tour elegir, no le des muchas vueltas: son todos muy similares, salvo por pequeños detalles como si incluyen comida o no. En cualquier caso, se detendrán en un restaurante por si quieres comer algo (eso sí, pagándolo tú), pero como todo es bastante asequible, vale la pena aprovechar. Un consejo: mejor haz la visita por la mañana. Pasarás menos calor y te quedará la tarde libre para seguir explorando la ciudad.

La importancia de los túneles radica en que sirvieron como base de operaciones, refugio y centro logístico para la guerrilla del Viet Cong. El Viet Cong no era el ejército regular del Norte, sino guerrillas comunistas que operaban en el Sur con el apoyo del Norte. Por eso conocían bien el terreno y lo utilizaban como ventaja estratégica.

Al llegar, lo primero que harás será entrar en el centro de visitantes, donde se proyecta un breve documental con imágenes reales de la guerra y de la vida en los túneles. Dura unos 20 minutos y es una buena introducción para contextualizar lo que verás después.

A continuación, el guía te lleva por varias zonas. La primera es una pequeña trampa camuflada en el suelo, en la que los guerrilleros podían esconderse de las patrullas estadounidenses. El agujero es tan estrecho que apenas cabe una persona, y aunque entrar pueda parecer una locura para un occidental, hay que tener en cuenta que los vietnamitas eran mucho más menudos.

Luego pasarás por una zona donde se muestran algunas de las trampas creadas por los guerrilleros, muchas de ellas verdaderamente ingeniosas (y escalofriantes). Hay pozos con clavos en el fondo, trampas que se activan al abrir puertas... El objetivo no era matar al enemigo, sino dejarlo herido e inutilizado, lo que a largo plazo era más efectivo: un soldado herido no solo queda fuera de combate, sino que necesita la ayuda de otro compañero, lo que reduce aún más la capacidad del enemigo.



Pozo de ventilación
También verás los pozos de ventilación de los túneles, indispensables para renovar el aire en las galerías subterráneas. Estaban tan bien camuflados que pasaban desapercibidos entre los árboles y piedras. Los túneles eran un verdadero laberinto, con habitaciones, salas de reunión e incluso hospitales.

Otra sección muestra una recreación de la vida cotidiana en los campamentos guerrilleros, con figuras representando a los combatientes y restos de armamento como un tanque estadounidense abandonado.


Más adelante, si te animas, podrás participar en una actividad opcional: disparar un AK47. No es barato (el precio rondaba el euro por bala, con un mínimo de 20 balas), y casi nadie de nuestro grupo lo hizo. Pero lo realmente impactante es el estruendo de los disparos en mitad del bosque. Te hace pensar en lo aterrador que debía ser para los soldados oír esos tiros sin saber de dónde venían.

Una de las partes más impactantes es el recorrido subterráneo por uno de los túneles. Se accede por un lado del bosque y se sale por otro tras recorrer unos 50 metros. El pasadizo mantiene dimensiones similares a las originales: muy bajo, estrecho, oscuro y caluroso. Si tienes claustrofobia, no entres. Hay que caminar en cuclillas todo el tiempo, y si eres alto, incluso de rodillas. Es una experiencia muy intensa y auténtica, pero puede resultar agobiante. Muchas personas del grupo no se atrevieron a entrar o abandonaron antes de empezar, ya que una vez dentro no puedes volver atrás.




Finalmente, la visita termina en un pequeño campamento con antiguos fogones. Aquí se ofrece una degustación de raíz de yuca hervida (mandioca), un alimento básico para los guerrilleros. Sencilla pero nutritiva, la sirven con una mezcla de cacahuetes, sal y azúcar. Puede que su sabor no sea muy emocionante, pero comerla allí, en ese contexto, es una forma más de conectar con la historia.

Y así termina la visita. Nos despedimos con la imagen de un busto de Ho Chi Minh, símbolo de la unidad nacional. Después, nos dirigimos a un restaurante cercano donde algunos aprovecharon para tomar algo fresco y otros nos animamos a comer algo más contundente, como siempre, a precios muy asequibles.




COMPRAR EN SAIGON: MERCADO DE BEN THANH Y SAIGON CENTER


Volvemos a eso de las 3 de la tarde, y como ya habíamos comido durante la excursión a los Túneles de Cu Chi, decidimos refrescarnos con un baño en la piscina antes de aprovechar la tarde para ir de compras y visitar lo que nos quedaba por ver en la ciudad.

Si vas a ir de compras en Ho Chi Minh City, te recomendaría dos lugares imprescindibles:


Mercado de Ben Thanh
MERCADO DE BEN THANH 

Situado en pleno corazón de la ciudad, este mercado no tiene pérdida: está un poco más adelante del Ayuntamiento. Es el mercado más antiguo y grande de la ciudad, y en él encontrarás absolutamente de todo: comida, souvenirs, ropa, zapatos, relojes, y una gran variedad de imitaciones.

El mercado cuenta con dos plantas. Mi recomendación, después de haberlo recorrido entero, es que primero sondees precios en la planta baja y luego cierres la compra en la planta alta. Como la mayoría de los turistas no sube, los vendedores de arriba tienen menos oportunidades de venta y suelen ofrecer precios más competitivos.

Recuerda que regatear es imprescindible. Un precio razonable suele estar alrededor del 40% de lo que te piden inicialmente. Un punto a favor: los comerciantes no son insistentes ni agobiantes, lo que hace que la experiencia de compra sea mucho más agradable.

En cuanto a lo que puedes encontrar, la lista es interminable: zapatos, camisetas, camisas, bolsos, maletas, mochilas, anoraks, pantalones, ropa de abrigo... todo tipo de imitaciones de marcas muy conocidas como North Face, Arc'teryx, Patagonia, Nike, Adidas, Fjällräven y muchas más, a precios que representan una décima parte de lo que pagarías en España.

SAIGON CENTER, El otro lugar que recomiendo para comprar imitaciones es el Saigon Center. Se trata de un centro comercial de una sola planta, más pequeño que el Mercado de Ben Thanh, pero con una selección más variada y productos de mejor calidad.

Allí encontramos marcas que no había en Ben Thanh, y además cuenta con una gran ventaja: mientras que la mayor parte de las tiendas del mercado cierra a las seis de la tarde, en el Saigon Center muchas permanecen abiertas hasta muy tarde, lo que permite comprar con más tranquilidad y sin prisas.

Si tu idea es llevarte algo de recuerdo o simplemente quieres aprovechar los buenos precios, ambos lugares merecen la visita.


THE APARTAMENTS

The Apartaments
Uno de los lugares que no deberías dejar de visitar en Ho Chi Minh City es un rincón muy singular llamado The Cafe Apartments. A simple vista, este edificio parece casi ruinoso, como tantos otros que verás en Vietnam, con su fachada envejecida y su aspecto decadente. Sin embargo, basta con cruzar la entrada para descubrir un mundo completamente distinto.

Este antiguo bloque de apartamentos se ha transformado en un espacio creativo y vibrante: cada uno de sus antiguos pisos alberga ahora una cafetería diferente, con estilos y ambientaciones variadas. Desde los balcones de estas cafeterías se tiene una vista privilegiada sobre la animada Avenida Nguyen Hue, una de las más bulliciosas y animadas de Saigón, especialmente por la noche.



Tomarse un café en uno de estos balcones es una experiencia inolvidable: desde allí se contempla el caos ordenado de la ciudad, con su incesante movimiento de motos, luces de neón, música y vida. Pero si el lugar impresiona de día, por la noche adquiere una atmósfera mágica. La avenida se llena de locales y turistas paseando, niños jugando a juegos tradicionales vietnamitas, vendedores ambulantes ofreciendo comida callejera y un ambiente general que transmite la esencia del ritmo de vida en Vietnam: bullicioso pero acogedor, caótico pero entrañable.

Y ya que hablamos de cafés, Vietnam cuenta con una cultura cafetera riquísima y muy diferente a la europea. Durante nuestro viaje, probamos tres de los tipos más populares y curiosos:

a) Café de huevo (Ca phe trung)
Este café nació en Hanoi en los años 40, cuando la leche era un producto escaso. Un camarero del hotel Sofitel Legend Metropole ideó una alternativa batiendo yemas de huevo con azúcar y leche condensada, creando una crema densa y dulce que se vierte sobre un café negro fuerte. El resultado recuerda a un tiramisú líquido o a una natilla, y puede tomarse caliente o frío. Es una experiencia obligatoria para cualquier visitante de Vietnam.

b) Café de sal (Ca phe muoi)
Típico de Hue, antigua capital imperial del país, este café sorprende por su peculiar combinación de sabores. Se prepara con café filtrado en la tradicional "phin" vietnamita, al que se le añade leche condensada y una pizca de sal. Esta fórmula resalta los matices del café y suaviza su amargor, ofreciendo un equilibrio perfecto entre dulce y salado. Aunque nació en el centro de Vietnam, hoy es posible encontrarlo en muchas otras ciudades.

c) Café de coco (Ca phe cot dua)
Ideal para los calurosos días del sur de Vietnam, el café de coco es una opción moderna y muy refrescante. Se elabora mezclando café negro con leche condensada y una crema de coco batida, que se sirve con hielo picado. Su sabor es dulce, cremoso y con un delicioso toque tropical. Es muy popular en Ho Chi Minh City y en general en el sur del país.

Probar estos tres tipos de café no solo es una aventura para el paladar, sino también una manera de conectar con la cultura vietnamita desde una de sus costumbres más arraigadas. Si estás en Saigón, no dejes pasar la oportunidad de sentarte en uno de los balcones de The Cafe Apartments con uno de estos cafés en mano, mientras observas el latir de la ciudad desde las alturas.




Y con esto nos despedimos de Saigón, una ciudad que para nosotros fue la puerta de entrada a Vietnam. Un primer contacto con un mundo de costumbres diametralmente opuestas a las nuestras, de un caos ordenado que sorprende y de una cultura embriagadora y apasionante.

Por la mañana tomamos un avión rumbo al centro del país. Nuestro destino: Da Nang, desde donde nos desplazaremos por carretera hasta Hoi An, la siguiente parada en este viaje fascinante por Vietnam.











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